Aumento de salario mínimo y nuevos precios acordados
- Opinión
“No esperes resultados distintos si haces las cosas del mismo modo” Albert Einstein.
La noche del viernes 30 de noviembre de 2018, día que marcaron los primeros 100 días de la implementación del denominado Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica, como la mayoría de mis compatriotas, me cree muchas expectativas con respecto a los anuncios del Presidente Nicolás Maduro Moros. Luego de conocidas las medidas a implementar, no me sorprendieron en lo más mínimo.
No obstante, como siempre me ha gustado pensar con cabeza propia, formándome mis propios criterios y no repitiendo de manera acrítica las posiciones de algunos y algunas, porque no nos beneficia en nada, siempre me ha gustado llegar a conclusiones en el marco de la calma y la serenidad, aun en los momentos más duros y complejos. Es lo que se impone en escenarios de dificultades y complejidades, y más cuando estos están signados por un halo de incertidumbre sobre los acontecimientos por venir.
Asimismo, y aunque parezca contradictorio, y algunos puedan verlo como “oportunismo”, en estos momentos se impone la prudencia, más cuando de alguna manera te conviertes en referente y formador de opinión en diversos espacios donde estos modestos aportes son publicados. Es por ello que, no podemos dejar la objetividad y de destacar en nuestras opiniones, las realidades sobre lo que están viviendo muchos de nuestros compatriotas.
Es de ahí, que producto de la investigación y el análisis, y rememorando un poco la infancia que algunos tuvimos, que ubique el mito griego de Sísifo, que quiero permitirme compartir con todas y todos ustedes. Esto con la finalidad de explicar y analizar ciertos fenómenos como lo hizo en su debida oportunidad Jesús de Nazareth, quien lo hacía a través de parábolas o ejemplos, a fin de poder hacer entender el mensaje que se quiere transmitir a través de este artículo.
Sísifo fue uno de los personajes más astutos de la mitología griega, existiendo un nutrido grupo de leyendas que hablan de él. Era hijo de Eolo y Enáreta, y se dice que reinaba en la región de Corinto, que había sido fundada por él, aunque con el nombre de Éfira. Rodeó todas las ciudades con grandes murallas para obligar a los viajeros a pagarle onerosos tributos cuando pasaran por allí. Sus gran inteligencia le sirvió para obtener múltiples beneficios en todos los aspectos de la vida, pero su falta de ética en algunos de sus actos, le valió en algunas circunstancias y determinados momentos, la consideración de ladrón y malhechor.
Se dice en la mitología, que Sísifo tenía un vecino envidioso que, una vez robó sus rebaños llamado Autólico. Sísifo nada pudo hacer en ese momento para recuperar sus reses, pero, cuando tiempo después, volvió a sufrir la desaparición de parte de su ganado, acudió a Autólico para acusarle de ladrón y demostrándole la fechoría cometida entre los rebaños de éste, porque se veían muchas ovejas con la leyenda “me ha robado Autólico” grabada en sus pezuñas. Admirado de la listeza de Sísifo, Autólico le entregó a Sísifo la mano de su hija Anticlea con el objetivo de tener una descendencia tan astuta como la de él. Para ello, tuvo que detener la boda que al día siguiente se celebraría entre Anticlea y Laertes, el que hasta ese momento había sido su pretendiente. Como consecuencia de esta unión, de acuerdo a la opinión de algunos autores, y considerada llevada a cabo sin boda alguna, habría nacido el magnánimo héroe Odiseo (Ulises).
Cuenta la leyenda que la muerte de Sísifo sobrevino a causa de un castigo divino, existiendo contradicciones sobre el detonante del mismo, existiendo dos versiones diferentes. La primera de ellas indica que Sísifo se llevaba muy mal con su hermano Salmoneo, que quiso matarlo, y para ello consulto de la forma más adecuada a Apolo, a través del oráculo de Delfos. El oráculo le dijo que lo tendría que hacer uniéndose carnalmente con Tiro, su sobrina, y dale muchos hijos. Tal mala intención producto del incesto, habría provocado su muerte. La segunda tesis desarrollada versa sobre lo siguiente: Zeus raptó una vez, como tantas obras, a la bella Egina, con la intención de poseerla. Buscándola, su padre Asopo, pasó por Corinto donde intentó que Sísifo le ayudara a encontrarla, o al menos, le indicase una pista para localizarla. Ante esto, Sísifo que había visto a Zeus escapar con Egina, le indicó a Asopo que le diría el nombre del raptor de su hija a cambio que le hiciese una fuente en sus reinos, y así fue.
Asopo pudo hacer brotar el agua porque era un dios- río. Enojadísimo Zeus por tal acción, condenó a Sísifo a la muerte enviándole a Tánato (era la personificación de la muerte sin violencia. Se dice que su toque era suave como el de su gemelo Hipnos, que personificaba el sueño). No obstante, el valiente y audaz Sísifo consiguió encadenarlo, logrando así no solo librarse de su propia defunción, sino evitando que durante mucho tiempo ningún hombre muriese. De nuevo tuvo que actuar Zeus para liberar a Tánato, recibiendo, por fin, Sísifo la sentencia de muerte.
A pesar de todo, y este hecho es ya común en las dos versiones narradas en el párrafo anterior, Sísifo aleccionó a su mujer para que cuando muriese no llevase a cabo los cortejos fúnebres. Su esposa así lo hizo y cuando Sísifo llegó al infierno se quejó ante Hades de lo que había hecho su familia y le pidió que le concediera volver a la tierra para aleccionar a sus allegados sobre las exequias que debían llevar a cabo. Hades le concedió tal deseo con la condición de que volviese pronto. Sin embargo, Sísifo, divertidísimo ante la inocencia divina, se jactó en el mundo real sobre lo ocurrido y, por supuesto, no volvió en mucho tiempo. Finalmente, Hermes o tal vez Teseo, le devolvieron al inframundo donde se le condenó a un castigo cruel: debía subir un enorme peñasco (piedra, roca) a una cima alta del inframundo, y cuando estaba a punto de lograrlo, volvía a caérsele y tenía que subirla de nuevo y desde la parte más baja. Tal tarea solo se detuvo durante el intento de Orfeo de recobrar el alma de Eurídice pero después continúo por toda la eternidad.
Con la transcripción de este extenso relato, se resume mi opinión sobre la medida implementada recientemente por el ciudadano Presidente de la República, Nicolás Maduro, respecto al aumento de salario y ahora desde el día de ayer, con la publicación en Gaceta Oficial de los precios “acordados” de 30 productos, entre alimentos y artículos de limpieza del hogar y personal.
No es que me disguste el aumento del salario y el intento de preservar el poder adquisitivo de la familia venezolana. Pero, tales medidas (y eso que no soy economista) a mi juicio, no representan la alternativa ni la solución definitiva a la actual problemática que vive importantes sectores de la población venezolana, que realmente la están pasando muy mal.
Tampoco comparto el criterio de algunos que las medidas de Maduro nos colocan en un estado peor al que nos encontrábamos previo al 20 de agosto con la implementación del Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica. Antes bien, pienso que como el relato de Sísifo, volvimos nuevamente al principio, al comienzo de todo, y nos toca subir, otra vez, el enorme peñasco que desde hace un poco más de cinco años, nos corresponde tratar de colocar en la cima.
Ciertamente, es loable el esfuerzo del Primer Mandatario Nacional de preservar las conquistas sociales y laborales pautadas en convenciones colectivas firmadas con sectores gremiales y sindicales en el país. Pero creo que no se ha dado cuenta el Jefe de Estado que su equipo económico le ha metido (y desde hace bastante rato) varios strikes cuyas nefastas consecuencias las paga él. Y me refiero al factor de cálculo de beneficios pautados en contratos colectivos, que motivaron, por parte del Ministerio del Poder Popular para la Planificación, a la publicación de instructivos para los cálculos de los mismos. Según las explicaciones de algunos buenos amigos, el factor de cálculo incluidos en tales instrumentos, los cuales se hacen en base al “petro”, a razón de 225 bolívares soberanos y asumiendo la referencia de 0,025 petros, y no en base al salario base y de su división entre treinta días, como se estipulaba anteriormente, por lo que dicho factor de “corrección” constituiría un FRAUDE, porque igualan a la clase trabajadora a ganar, en el mejor de los casos, a salario mínimo, y no un poco por encima (y cuya referencia anterior era el salario mínimo en base a múltiplos o arranques de múltiplos de este). Eso en un escenario de hiperinflación inducida, resulta FATAL, y constituye un factor altamente DESMORALIZADOR para resistir los actuales embates en los que nos encontramos en estos momentos.
Y aún me faltaría el cálculo del bono de alimentación (popularmente conocido como cesta ticket socialista) y otros conceptos, que harían mucha más extensa la explicación, y que podemos dedicar en próximos artículos de opinión, una vez comience a implementarse en toda su extensión las medidas anunciadas por el Presidente el pasado 30 de noviembre de 2018.
Creo que por poco menos que esto, en lo concerniente a los desaciertos que ha habido en materia económica, era motivo para rasparse completico al gabinete económico. Pero realmente no entiendo la estrategia económica del presidente Nicolás Maduro.
Hasta ahora, creo que uno de los elementos a destacar del plan económico del Presidente Maduro, ha sido que no se han presentado (por lo menos hasta ahora no lo he notado) problemas de consideración en cuanto al efectivo en la calle. Al parecer, la implementación del nuevo cono monetario ha resuelto esta situación.
Y el pueblo, que es sabio y paciente, lo entiende mejor (y que a veces castiga sin “palo y sin mandador”), sin academicismos rebuscados y retóricas vacías y huecas. Si aplicásemos un nuevo ejemplo para entender la actual situación, lo expresaríamos de la siguiente forma: “no son los mangos compañeros y compañeras, sino es la cerca.”
¿Será que habrá que escribir sobre los y las jalabolas, y su papel reaccionario en la actual coyuntura que padece el país? La economía es el principal líder subversivo, y el componente más poderoso que pudiera derrocar el actual Gobierno encabezado por el presidente Nicolás Maduro.
No podemos obviar, que hay sectores en el país que están trabajando para tal fin. Y aunque en estos momentos están siendo subestimados, se encuentran en un proceso de reorganización y acumulación de fuerzas, de cara al zarpazo. Y la vanguardia de la conspiración es encabezada por dirigentes del denominado “chavismo originario”.
Y un termómetro de como puedan estar los ánimos de nuestro pueblo serán los comicios del próximo domingo 9 de diciembre. Si bien es cierto que históricamente los comicios municipales de elección de concejales y concejalas han registrado los mayores índices de abstención, estos se realizaran en el marco de la imposición de medidas coercitivas unilaterales contra nuestro país y de una compleja situación económica que se ha traducido en malestar y descontento de nuestra gente. Y es evidente que actores políticos nacionales e internacionales vinculados a grupos representativos de oposición al gobierno bolivariano, los utilizarán, tal y como lo hizo Carmona Estanga hace 18 años cuando un 10 de diciembre de 2001 llamó a un paro empresarial- sindical en coordinación con el entonces presidente de la CTV, Carlos Ortega, como ensayo a lo que ocurriría 4 meses después, como punto de inflexión para todos los planes de injerencia e intervención contra nuestra Patria.
Es evidente que se nos está planteando, aunque algunos nos tilden de paranoicos, la posibilidad de desarrollo de accionar subversivo, bajo el camuflaje y la modalidad de la promoción de una agenda de conflictividad social y laboral. Desde hace rato y en artículos durante la vida terrenal del Comandante Chávez, se planteó sobre este escenario.
Pero que se me entienda bien. Tampoco se puede criminalizar ni tildar todo reclamo o legitima protesta de sectores sindicales, gremiales o sociales del país como “traidores a la Revolución” o de “contrarrevolucionarios” por reclamar lo justo. Lo que pretendo advertir es que estas justas reivindicaciones populares pueden ser utilizadas por grupos generadores de desestabilización y violencia, para tergiversarlas y desviarlas en sus fines originarios, y utilizarlas con fines politiqueros e inconfesables.
En fin, así están planteadas las contradicciones a las vísperas del asueto navideño y de Año Nuevo.
Así que debemos estar preparados y dispuestos, porque nos espera un convulso año 2019.
Juan Martorano
Abogado, activista por los Derechos Humanos, militante revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas
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@juanmartorano
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