El referéndum del 9
- Análisis
Hay diversas opiniones en torno al referéndum que, finalmente, se celebrará el domingo 9 del presente en todo el país. La falta de tiempo, y los candentes acontecimientos políticos que se operaran aquí desde los primeros días de octubre, signados por la detención de Keiko Fujimori; hasta el reciente frustrado “asilo” de Alan García; han cautivado tanto el interés ciudadano, que el tema de la próxima consulta quedó largamente relegado.
Pero, como todos los plazos se cumplen, y todas fechas se vencen; es claro que este domingo se habrá de definir el sentido de la consulta formulada por el Poder Ejecutivo, y aprobada a regañadientes –y con trampas- por el Congreso de la República. En torno a ella, sin embargo, subsiste un clima de confusión que ha desorientado incluso a segmentos de la sociedad ganados siempre por el debate político.
En los predios de la izquierda, ha ganado puntos también este clima de confusión. Ha habido quienes han dicho que el Referéndum es tan sólo una “maniobra distractiva”, una “cortina de humo”, o una “treta del Gobierno” para sorprender incauto Es bueno, entonces esbozar una explicación de asuntos que pueden ayudar a entender la esencia de los temas en cuestión. Veamos.
Lo primero que se debe precisar es la actitud que han asumido las fuerzas que hoy copan el escenario nacional. Por el lado de “la derecha”, Fuerza Popular y el cogollo alanista del APRA; se ha objetado categóricamente la consulta en marcha. No sólo lo voceros del Keiskismo se refirieron a ella como “un mamarracho”, sino que acusaron también al gobierno de usarla para “dar paso” a la instauración de una supuesta “dictadura”.
Arguyendo esa tesis, se ha comparado las diligencias judiciales incoadas contra Keiko Fujimori y su equipo de gestión; con los “procesos de Moscú” en los años 30 del siglo pasado; se ha sustentado la idea de un “Golpe” en Marcha y se ha publicitado hasta la saciedad una presunta –e inexistente- persecución política contra algunas de las figuras del Perú de hoy.
Desde algunos predios de la izquierda se han usado otros argumentos pero curiosamente, se ha coincidido con los portavoces de la Mafia en materia concreta. En efecto, se ha llamado a “derrotar el referéndum” logrando que la ciudadanía vote en contra de todas las propuestas: No. No. No y No, se ha alzado como una suerte de “fórmula mágica” que habrá de servir para “derrotar a Vizcarra”. Ha sido esa la recomendación de Keiko, del APRA, y hasta de Flórez Araoz, por si necesiten nuevos aliados.
En esa línea se ha usado un planteo falso: Lo que el país requiere -se ha dicho- no es un Referéndum sino una nueva Constitución. En otras palabras, en nombre de la demanda grande, se ha descalificado los pasos chicos; sin reparar –claro- que la “demanda grande” es, por ahora, inviable. No hay quien la convoque, ni quien la ejecute. Por lo demás tampoco hay un proyecto, o un modelo, de lo que debiera ser la “nueva” Constitución. En otras palabras, objetivamente, el tema está aún en pañales.
Eso no significa que la exigencia no sea justa. Lo es, enteramente. Sólo que no ha de caer del cielo; ni tampoco, ser producto de la voluntad personal de nadie. Será el resultado natural de una lucha concreta, en la que resulta indispensable “armar” el proyecto, ganar voluntad y conciencia ciudadana, y derrotar a los sectores reaccionarios descalificando definitivamente su opción. Ese proceso está en marcha, por cierto, pero aún no está definido. Es preciso, todavía, caminar un trecho con las masas enfrentando la corrupción venciendo a sus agentes más aviesos: el keikismo y el alanismo.
¿Es difícil entenderlo? En los predios de la Mafia está aún la Fiscalía de la Nación con todo el Poder que ella presupone. Buena parte de Jueces y Fiscales. También la mayoría parlamentaria. Y hasta la “Prensa Grande”, que si bien se ha mimetizado un poco, no abandona sus viejas prédicas y su campaña contra el pueblo.
Pero también toda la estructura burocrática del Estado que facilite los planes de la Mafia para hacer de las suyas: poner a buen recaudo a César Hinostroza Pariachi, ayudar a García, compadecer a Keiko, blindara Donayre, proteger a Maman; a más de muchas otras acciones que suelen pasar inadvertidas pero que van corroyendo la conciencia de los peruanos para invitarlos a “bajar la guardia” en nombre de “la necesidad de olvidar rencores” , “perdonar generosamente a los demás”, “construir conciencia de paz”; y otras expresiones del mismo signo que se repiten cotidianamente en radio, televisión y prensa y que las sustentan todos los panegiristas invitados en su condición de “personalidades” o “analistas”.
Ellos buscan, en verdad, distraernos para que no nos demos cuenta que hay una peligrosa ofensiva en marcha: Ella, por ahora, solo necesita librar pequeñas escaramuzas, vencer en algunas batallas y, sobre todo, ganar tiempo para lograr que la gente se aburra, pierda la fe, piense que “nada habrá de suceder” y que, finalmente, esta lucha “es inútil” .
Por eso es que el tema del Referéndum rebasa los límites de una consulta formal. Si la ciudadanía finalmente rechazara los temas planteados –como buscan los que llaman a votar por el NO en todos los ítems-, la mafia habría alcanzado un respiro tangible. No olvidemos que así sucedió en Colombia cuando, contra todos los pronósticos, pudo ganar el “referéndum por la paz”. Eso le permitió retomar la iniciativa, y luego ganar las elecciones y colocar a Iván Duque en la conducción del Estado. Mutatis Mutandi, así sucedió también en Brasil: desacreditando a Lula en una lucha “contra corrupción” abrieron paso a Bolsonaro, la expresión del fascismo en toda la línea.
Aquí, bien podría ocurrir algo parecido: descalificando a Vizcarra –que ofrece muchos flancos- bien podría ganar una opción -el domingo 9- que finalmente recuse las propuestas planteadas y más bien promueva un “cambio radical” que aliente a las fuerzas más reaccionarias.
Se ha dicho, y es verdad, que el referéndum no habrá de resolver problemas de fondo. Pero si servirá para definir bien los campos y colocar a cada quien en su lugar.
Por eso, la recomendación más racional y sensata, no es votar de cualquier modo, ni intercalar un SI y un NO en la célula de sufragio. Hay que votar por el SI para buscar un nuevo modo de nombrar jueces, para impedir que las grandes empresas y mafias financien impunemente las campañas electorales de los Partidos y para impedir la reelección de congresistas. Y poner NO en la cuarta opción -la bicameralidad porque, independientemente de unas u otra, está planteado el juego de la Mafia, que aspira a convertir a sus principales voceros en Senadores a la vuelta de la esquina.
El referéndum no es sólo una consulta. Es también una nueva oportunidad para que nuestro pueblo confirme la validez de su conciencia y acere su voluntad de lucha.
Gustavo Espinoza M.
Integrante del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera
http://nuestrabandera.lamula.pe
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