Las garras del Águila, sin manicure

17/12/2018
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“¡Aquí no se rinde nadie, coño!”
Camilo Cienfuegos, desembarco en Alegría del Pío, Cuba 1957

Guerra avisada sí mata gente. Así nos está ocurriendo. Estamos yendo hacia una situación de  previsibles y graves consecuencias. El conjunto de hechos de los últimos días nos hacen ver el camino emprendido por los dueños del mundo, el gran capital financiero y la derecha política. Y debemos reaccionar. Debemos de hacerlo como partidos políticos, como medios de comunicación independientes (los poquísimos que quedan), como corrientes de pensamiento libertario y progresista, como intelectuales, como organizaciones de base, como organizaciones de mujeres, como feministas, como organizaciones GLBTI, como iglesias de todos los credos que crean en la igualdad, como sociedad civil, como pueblos y nacionalidades, como cualquiera de las formas organizativas en las que nos queramos colocar como seres humanas y humanos con instinto de supervivencia.

Revisemos los hechos:

1.  Alta ejecutiva de Huawei  (Weng Wazhou se llama) es detenida en Canadá, a demanda del Gobierno de Estados Unidos por violar una ley, de los propios EEUU, al vender material de su empresa China a Irán (pobre Canadá qué bajo ha caído, pobre mundo en qué manos estamos) Fuerte provocación a China.

 2. El Secretario de Estado de EEUU insulta al Gobierno  Ruso y al de Venezuela acusando a sus Presidentes Constitucionales de dictadores, por recibir en Caracas a dos bombarderos rusos para maniobras y ejercicios militares (como si los gringos no tuvieran 1000 bases militares en el mundo)

3. El Congreso de los Estados Unidos aprueba la ley llamada NICA ACT, promovida por los halcones republicanos e ideada por la oposición nicaragüense (ex sandinistas incluidos), destinada a golpear las relaciones comerciales y recortar la ayuda de organismos “internacionales” (FMI, Banco Mundial, BID) al Gobierno Constitucional de Nicaragua, hasta que convoque a “elecciones libres”, este recorte de créditos tiene la excepción de “ayuda humanitaria y ayuda para fortalecer la democracia”. Ya sabemos lo que ello significa.

4. Los futuros ministros de Brasil dan declaraciones espeluznantes como la del próximo Canciller brasileño Enrique Araújo que dice que el calentamiento global no es un hecho científico, sino una conspiración marxista; que van a luchar contra el comunismo en América del Sur; que van a imponer la educación religiosa en los colegios y otras alucinaciones políticas propias de su origen ideológico. Lo grave es que lo que  hoy aparecen como alucinaciones, a partir del primero de enero de 2019, será la política oficial del país más grande de América del Sur y una de las 10 economías más poderosas del planeta. Ya nos podemos imaginar el impacto de respaldo que sentirán los derechistas civiles y militares de todos nuestros países y la impunidad con la que podrán actuar.

 5. La política de escopeta de dos cañones que utiliza por ejemplo, el gobierno del Ecuador (por cuyo programa en ejecución nadie votó) ha logrado confundir y desmovilizar al pueblo ecuatoriano.  Ayer el Presidente Moreno ensalzó en China el nivel de desarrollo alcanzado (en la “década ganada”) en materia de carreteras y generación de energía. Como algo muy positivo consigue préstamos y promesas de inversiones de China, cuando semanas atrás, este gigante era poco menos que un enemigo del cual había que librarse. Mañana tendremos seguramente la propuesta de hipotecarnos con el FMI, el Banco Mundial y otros semejantes que ya conocemos. Esta política exterior entra perfectamente en la decisión Imperial, de retornarnos  a nuestro estadio de patio trasero de los EEUU y ubicarnos como pieza que faltaba del rompecabezas para armar el frente del Pacto Asia-Pacífico, justamente contra China. A esta política imperial la manicure se la ponía un buen orador como Obama. Hoy la tenemos sin maquillaje.

El terrible panorama que se presenta debe tener una respuesta organizada urgente en tres niveles como mínimo:

Uno la respuesta a través del desarrollo de medios de comunicación capaces de ser atractivos y masivos (ojalá AMLO y el Gobierno de México apoyen el desarrollo y crecimiento de Telesur como proyecto latinoamericano); utilizando al máximo las redes sociales y aprendiendo a darle un manejo ético que nos permita competir con eficiencia en este, aún oscuro campo; pero y también, todos los recursos alternativos cuasi abandonados en muchos procesos como el arte, el teatro, la música, la comunicación en la calle y en la plaza y todo aquello capaz de desarrollar  de manera atractiva la conciencia y la respuesta popular.

Dos, el fortalecimiento de los partidos políticos y la creación de amplios frentes por la Restauración Democrática en los países donde ha ganado la derecha, o donde ganó la izquierda pero le entregó el poder a la derecha  (ver caso Ecuador). En este punto las y los dirigentes deberán deponer sus ambiciones personales y avanzar en la unidad a como dé lugar. No nos estamos jugando solamente  la coyuntura, nos estamos jugando la vida, la libertad y las principales conquistas democráticas de siglos de lucha.  La unidad es una exigencia masiva de los sectores conscientes que buscan dirección y que no encuentran respuestas organizativas y donde las hay, debemos fortalecerlas al máximo. Deponer las ambiciones personales para lograr la unidad no es un lema, es una necesidad  agónica para  Argentina, Brasil, Ecuador, Perú. Debemos de aprender a manejar esa contradicción que significa el líder capaz de aglutinar las voluntades masivas y a la vez declinar la ambición personal.

Tres, las respuestas regionales, desde los organismos existentes donde haya espacios de debate (y siempre los hay) me refiero a la ONU, la CELAC, UNASUR, el ALBA (bendita sea el ALBA), e incluso la OEA, todos los organismos de derechos humanos. Avanzar en los Foros de izquierda, para que pasen de ser espacios de brillantes análisis y excelentes declaraciones, a espacios de coordinación de acciones. En este campo la izquierda debe definirse con claridad en la defensa de Venezuela, Nicaragua, Bolivia, El Salvador y Cuba, (y seguramente pronto México) como los países que con sus diversas modalidades, siguen propugnando  modelos de desarrollo redistributivos. Esta defensa debe darse al margen de discrepancias y opiniones políticas e ideológicas inclusive. Sin perder la capacidad de análisis y de crítica y autocrítica es indispensable alinearse en el frente antidictatorial, antifascista, antiimperialista. Parece discurso trasnochado, pero la que volvió para atrás es la realidad política, no el discurso.

Tomo las palabras de Álvaro García Linera en CLACSO 2018, aplicables a toda Nuestramérica.   Hagamos realidad nuevamente  ese “ conjunto de articulaciones sociales contingentes flexibles plurisectoriales, multiidentitarias y pluricivilizatorias de obreros, indígenas, barrios, jóvenes, mujeres, profesionales,  campesinos, articulación plebeya, en la que no hay un sujeto mandado a dirigir. Donde quien conduce es quien responde a construcciones plurales contingentes y flexibles.” (AGL, CLACSO 2018).

 Todo aquello que nos llevó a las Nuevas Democracias, a los gobiernos populares del Siglo XXI, debe ser retomado y reformulado con urgencia, si no queremos subirnos a esas imágenes horrorosas de los vagones camino a Auschwitz o Treblinka o al retorno al franquismo, a la Argentina de los Videlas o las masacres de los Somozas. Las modalidades serán distintas y probablemente menos masivas (aunque para Venezuela y Nicaragua los demonios promueven la guerra civil y esa sí será masiva). La capacidad de maldad de las mentes oscuras de Trump o Bolsonaro (sin manicure) o Macri, Piñera o Moreno (con manicure y maquillaje) impulsan  ese tipo de brutales respuestas.

Para esta derecha y para los propietarios del mundo el sufragio universal se ha vuelto un  ejercicio perverso, en el cual ellos saben que si escogemos opciones diferentes al neoliberalismo y el libre mercado, tienen los instrumentos para desconocerlas  y el poder militar para someternos. Así, llaman dictadores a quienes no les gustan (Nicolás Maduro, Daniel Ortega, Evo Morales, Díaz-Canel) o inventan juicios a quienes les resultan peligrosos (Lula, Dilma, Cristina, Rafael Correa). Subordinarse a las garras del águila imperial es renunciar a la Patria Grande, a la Matria (el espacio donde nacimos) a la Soberanía, y a nuestras propias identidades como pueblos y culturas y esto vale para todos civiles y militares, laicos y religiosos, mujeres, varones y GLBTI.

Retomemos el camino de ocupar calles y plazas, corrigiendo nuestros errores. Ganemos los gobiernos desde el nivel local hasta el nacional y recuperemos los estados para ponerlos al servicio de las ciudadanas y los ciudadanos en un ejercicio de democracia participativa permanente. Todo espacio político debe ser disputado, ninguno debe ser abandonado. No puede haber resignación. Debe haber espíritu de combate y de lucha para ganar en democracia, lo que hemos perdido y para mantener lo que aún tenemos.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/197173?language=en
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