“Nuestros sueños no caben en sus urnas”

21/02/2019
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Es la frase de una Agencia de Noticias cuyo antor protesta por la utilización que hacen de las mujeres ciertas candidatas para las elecciones del próximo 24 de marzo. Es cierto que la reorganización del Consejo Nacional Electoral, sus pugnas internas y su manera de acompañar la campaña electoral dejan muchas dudas e interrogantes. Una de las críticas es la falta de representación en igualdad entre varones y mujeres. Además las necesidades y las propuestas de las mujeres no entran en la preocupación de la mayoría de los candidatos. Continúan los femicidios al nivel nacional y ¡su promedio es de un asesinato semanal! Hace falta mucho trabajo y muchas reformas para que las mujeres puedan aportar en la construcción de un país más inclusivo y respetuoso, menos machista y patriarcal.

 

Esta misma frase “Nuestros sueños no caben en sus urnas” también se puede aplicar a los jóvenes. Tal vez sean ellos los más desencantados por la política, los más críticos de una democracia que bien poco los toma en cuenta, los más preocupados por un porvenir digno con empleos adecuados a su profesionalización. Si miran por el medio ambiente, tienen sobradas razones de estar asustados por el futuro que les vamos a dejar: las alarmas de destrucción de la naturaleza por todas partes están en el rojo permanente.

 

Como adultos, ¿de qué manera tomamos en cuenta sus sueños, sus necesidades, sus miedos, sus preocupaciones? Parece que estamos en 2 mundos paralelos y superpuestos y sin grandes comunicaciones… Se desinteresan de la campaña electoral porque está pensada sin ellos. No creen en las elecciones porque hablan de fraude y están seguros que no van a cambiar su situación. Desconfían de los políticos porque ven que su mayor afán es un puesto donde robar y engañar para sus intereses personales.

 

Las redes sociales son la cancha donde más se expresan los jóvenes… ¿Cuántos estamos en interesarnos en sus comunicados? ¿Dónde están las ONGs que repercutan los pedidos de los jóvenes? ¿Cómo se organizan espacios y estructuras que faciliten su escucha, sus propuestas, su acompañamiento, su empoderamiento en las materias que más le dificultan la vida? Estas actitudes y actividades tienen que comenzar en la familia y en el barrio, desarrollarse en los centros de educación: ¿qué espacios tienen los jóvenes en las decisiones familiares, barriales, locales, educativas, provinciales? ¿Por qué no hay una ley que exige un porcentaje significativo de jóvenes en las listas electorales? La mayoría de las estructuras administrativas muestra una imagen patriarcal con puros varones a la cabeza, y varones viejos que nos quieren jubilarse nunca: el Consejo Transitorio de Participación Ciudadana, como las nuevas autoridades que ha nombrado por todas partes, son ejemplos patentes y decepcionantes de tal situación. En un país donde la mitad de su población tiene menos de 30 años, ¿dónde están participando e incidiendo los jóvenes?

 

En su reciente estadía en Panamá por la Jornada Mundial de la Juventud, el papa Francisco ha abogado por los jóvenes: “Ustedes no son el futuro sino el ahora de Dios… Las propuestas de Dios no son para apagar sueños, sino para encender deseos". A ver cómo nos abrimos a los sueños de los jóvenes, cómo les hacemos partícipes de las decisiones que les conciernen, cómo apoyamos sus iniciativas para un futuro donde quepan de cuerpo entero.

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/198312?language=es
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