Para recordar, otro 1 de abril: La Guerra Civil en España

29/04/2019
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Monumento a las víctimas de la guerra civil y el franquismo
Foto: Emilio J. Rodríguez Posada CC BY-SA 2.0
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A los navíos que regresan

marcados por el viaje negro,

a los hombres que en ellos vuelven,

con cicatrices en el cuerpo

o un cuerpo mutilado,

Pido noticias de España”.

Carlos Drummond de Andrade

 

"Fue en España donde mi generación aprendió que se puede tener razón y ser derrotado, que la fuerza puede destruir el alma y que a veces el valor no recibe recompensa.

Albert Camus

 

 

Hace 80 años, el 1 de abril de 1939, el general Franco declaró el fin de la Guerra Civil en España. Las tropas nacionalistas bajo su mando habían entrado en Madrid sin resistencia, y en la costa mediterránea los últimos combatientes de la República intentaban escapar en barcos de la prisión cierta y de la posible muerte. Era el final de un sueño. En el siglo XX, la Guerra Civil española fue el primer gran conflicto entre barbarie y civilización, entre dignidad y cobardía, entre libertad y sumisión. Como en ningún otro conflicto anterior, la Guerra Civil en España movilizó a trabajadores, intelectuales, escritores y artistas de todo el mundo en defensa de la joven y vibrante República. Muchos se ofrecieron para luchar en España o actuaron como corresponsales de guerra, como Antoine de Saint-Exupéry, George Orwell, Simone Weil, André Malraux, John dos Passos, Ernst Hemingway, Martha Gellhorn, Tristan Tzara, Emma Goldman, por nombrar sólo algunos. Pablo Neruda fue entonces, en 1936, Cónsul de Chile en Barcelona y cuando su amigo Federico García Lorca fue asesinado por franquistas tres días antes del inicio de los conflictos armados, Neruda comenzó a participar en la lucha contra el fascismo. A través de sus discursos y militancia política, Neruda terminó perdiendo su puesto diplomático, pero aún así logró organizar la audaz salida de unos 2000 refugiados españoles y sus familias, tras la derrota de la República, a Chile, donde obtuvieron asilo político. En 1938 Neruda publicó "España en el Corazón - Himno a las Glorias del Pueblo en la Guerra".

 

Durante un corto e intenso período, de 1936 a 1939, la República Española encarnó, como ningún otro país hasta entonces, los sueños de construir una sociedad más justa y digna. Fue el primer y más poderoso símbolo de la lucha internacional contra el fascismo que se extendió por toda Europa. Es esencial recordar este conflicto porque hay muchas similitudes en Brasil y en América Latina hoy en día con lo que sucedió en ese momento.

 

Es importante recordar, por ejemplo, que las principales democracias burguesas de la época, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, optaron por una "neutralidad" frente a la guerra civil en España que dejó a las potencias fascistas -Alemania e Italia- el terreno libre para armar y apoyar al ejército del general Franco. Los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia no apoyaron a la República de España de la misma manera que la Alemania nazi y la Italia fascista apoyaron al General Franco y su movimiento, incluyendo el bombardeo de ciudades españolas como Guernica. Frente a la elección entre el fascismo, con el consiguiente mantenimiento del capitalismo y su jerarquía inherente, y el socialismo, la élite industrial y financiera que de facto gobernaba las democracias occidentales, optó por el fascismo. Una lección fundamental que no podemos olvidar. Frente a la elección entre un mínimo de justicia social -que ellos llaman "comunismo"- y el subfascismo Tupiniquim del Gobierno de Bolsonaro, las élites brasileñas tampoco dudaron en optar por el fascismo. Como en aquella época, las variedades contemporáneas del fascismo buscan tomar el poder en varias partes del mundo. Ya no por la fuerza bruta -aunque siempre es una opción- sino por métodos más modernos y eficientes, en América Latina especialmente utilizando los golpes de Estado dirigidos por los parlamentos y los sistemas judiciales apoyados por intensas campañas dirigidas por la gran prensa. El objetivo, sin embargo, sigue siendo el mismo en aquella época que hoy: preservar el capitalismo, sus relaciones de poder, sus jerarquías y su concepción del mundo y de la sociedad. Para América Latina en general y para Brasil en particular, esto significa un retorno al status de colonia y una completa sumisión a los intereses del capital internacional centrado en la sede del Imperio, los EE.UU. El Gobierno Bolsonaro representa perfectamente este proyecto neocolonial subfascista. Las declaraciones públicas de apoyo de Steve Bannon al Presidente Bolsonaro deben tomarse muy en serio, ya que revelan claramente los intereses que hay detrás de este gobierno y cuál es su función de entregar la riqueza pública del país al capital internacional. Hasta que esto no se haga, principalmente a través de los programas de privatización promovidos por el Ministro Paulo Guedes, el Gobierno de Bolsonaro seguirá contando con TODO el apoyo del Imperio para su mantenimiento.

 

Debemos recordar que incluso después de la derrota de la Alemania nazi y de la Italia fascista, en la Segunda Guerra Mundial, el general fascista Franco permaneció en el poder en España hasta su muerte en 1975, lo que no habría sido posible sin el apoyo explícito de los Estados Unidos.

 

La política de privatizaciones en realidad sirve a dos objetivos, porque al claro propósito de transferir la riqueza pública al capital privado internacional, que es la función fundamental del capitalismo neoliberal, es seguido por la transferencia del poder POLÍTICO de la esfera pública a la privada. Después de un cierto nivel de privatización de la economía, las decisiones realmente fundamentales para la conducta de una nación ya no pueden ocurrir dentro de la esfera política pública, sino que son tomadas directamente por el sector privado, que adquiere así el control TOTAL de la sociedad, que siempre ha sido el verdadero objetivo del capitalismo neoliberal.

 

De otra manera, por otros medios, pero por las mismas razones, vivimos hoy en día en Brasil y en América Latina nuestra Guerra Civil Española. Como escribió Albert Camus en la cita anterior, también tratamos de defender nuestros sueños y la dignidad de nuestra existencia de la fuerza abrumadora que trata de destruir nuestras almas. También vemos hoy, asustados, que podemos tener razón y ser derrotados. Y aunque el valor no reciba ninguna recompensa, debemos continuar la lucha, creer en la humanidad y, sobre todo, tener la claridad de que la verdadera amenaza no es Franco, Bolsonaro o Trump, sino el sistema que los hace posibles.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/199564
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