El pasado 11 de julio, el obispo de la Diócesis de Saltillo, Coahuila, José Raúl Vera López, fue intimidado por elementos del ejército mexicano en el aeropuerto de Monterrey, cuando regresaba de un viaje. Al momento en que se dirigía al estacionamiento con su chofer, dos militares portando armas largas se acercaron y preguntaron si “era padre o algo más que un sacerdote”; cuando Vera López contestó que era Obispo, el militar leyó en su libreta el nombre “Raúl Vera López” y preguntó si era él. Luego registraron en la libreta las placas del auto y le preguntaron a donde se dirigía. Cuando el obispo les pregunto por qué hacían preguntas y anotaciones, ellos respondieron que se trataba “solo de su seguridad”.

A posteriori, se presentó un reclamo ante las autoridades federales por el hecho y el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana reconoció que había sido un “lamentable error”.  No obstante, se teme que se trata de una represalia, ya que, justamente, el día de este acto intimidatorio, 11 de julio, fue el 13^o aniversario de un crimen en que veinte militares violaron con extrema violencia a trabajadoras sexuales en Castaños, en la misma diócesis de Coahuila. Vera López había denunciado y acompañado este caso, que llevó a la cárcel a algunos de los elementos castrenses involucrados.

En efecto, el obispo es conocido por ser un acérrimo defensor de los derechos humanos, que ha acompañado permanentemente a víctimas y familiares de ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada, tortura y otras graves violaciones a los derechos humanos, en la búsqueda de la verdad y la justicia.  Es miembro fundador del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas A. C. (Frayba) y preside también el Centro Diocesano para los Derechos Humanos “Fray Juan de Larios”, y su trabajo ha recibido múltiples reconocimientos.  Su aporte fue vital en el diálogo y la construcción de la paz en Chiapas y en el año 2012 fue propuesto para el Premio Nobel de la Paz.

Ante este nuevo hecho de intimidación, varias personalidades y entidades han dirigido mensajes de solidaridad con el obispo y de reclamo ante las autoridades federales por lo acontecido, en los cuales exigen tomar medidas urgentes para frenar cualquier otro agravio en contra de la vida e integridad de Vera López y fortalecer los mecanismos de protección a defensoras y defensores de derechos humanos en todo el país.