Hace falta mucho más que un magnate-presidente para doblegar a Venezuela

07/08/2019
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
caricatura_trump_venezuela.png
-A +A

Ayer se conoció el anuncio de bloqueo financiero total contra Venezuela ordenado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Al mismo tiempo, el asesor de seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, aseguró que "el tiempo del diálogo ha terminado, ahora es el momento para la acción" contra Venezuela. Desde hace días buques y aviones del Comando Sur merodean en las aguas del Caribe en peligroso son de provocación.

 

Ayer el canciller venezolano Jorge Arriaza recordó en una conferencia de prensa, que el bloqueo aprobado por Donald Trump viene a oficializar todas las agresiones financieras que el imperio ha venido implementando desde hace años contra el pueblo de Venezuela y que ya le han causado al menos unas 40 mil muertes al no poder adquirir medicinas y otros bienes de primera necesidad en el mercado internacional a pesar de tener mucho dinero con qué pagar.

 

Con esta nueva orden suman siete decretos que buscan restringir las capacidades comerciales, financieras y económicas del Gobierno venezolano. Esas medidas vendrán a afectar aún más al pueblo y también al sector privado, que no podrá hacer negocios con el país norteamericano. En particular, el nuevo bloqueo impuesto por Estados Unidos afectará la política social de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) que proveen de alimentos a los sectores populares.

 

El presidente estadounidense Donald Trump "ha dado los pasos más peligrosos contra nuestra patria para sentar bases de asfixia absoluta contra Venezuela", denunció este martes la vicepresidenta bolivariana Delcy Rodríguez.

 

Sin embargo, Venezuela, que ya lleva años enfrentando la guerra económica de los Estados Unidos, no está desarmada: "ante estos ataques ya estamos preparados, hemos creado caminos alternativos porque no nos doblegaremos ante ninguna situación", dijo el canciller venezolano.

 

"Hace falta mucho más que un magnate-presidente para vulnerar la dignidad de Venezuela", puntualizó el canciller y aseguró que "daremos una respuesta firme de que no dejaremos que nos dobleguen", apuntó.

 

Las peligrosas y desenfrenadas políticas de Donald Trump son el signo visible de los problemas insolubles a los que debe hacer frente el imperio que dice presidir. En medio de la tormenta busca como mantenerse a flote pero irremediablemente se hunde cada vez más en el marasmo los intereses más destructivos para su propio país y para el resto del mundo.

 

A nivel doméstico, la ola de odio que envuelve a los Estados Unidos le está haciendo pagar caros puntos de popularidad a un presidente que ha hecho carrera política a punta de tuitear mensajes xenófobos y racistas. Trump, que hasta hace unos días parecía seguro para la reelección en las elecciones del próximo año, ahora ve peligrar esa victoria electoral que antes daba por un hecho.

 

Por eso el desenfreno contra Venezuela, y por eso también su desenfreno en la guerra comercial contra China, para tratar de consolidar el apoyo de grupos que le han reportado muchos votos pero que en realidad representan un peligro para Estados Unidos y para el mundo.

 

A nivel global, y por más que diga que lo que le preocupa es salvar a su propio país, Trump se hunde cada día más en los brazos financieros de Wall Street y la City de Londres.

 

A nivel regional, se hunde cada vez más en los brazos de la mafia de Miami y de los intereses corruptos de las derechas latinoamericanas. Para colmo de males, el Gobierno bolivariano reta la autoridad del imperio al llevar adelante un exitoso proceso de negociación con la derecha protegida por Washington. Por eso Trump ahora busca subir la parada contra Venezuela.

 

Cada vez más analistas anuncian que el sistema de imprimir dinero sin respaldo productivo, y con él el neoliberalismo y la globalización, están llegando a su fin. Parece que se está terminando el período de los últimos años en los que la banca occidental había logrado estabilizar el oro en un bajo precio.

 

Si el precio del oro se dispara será el fin del dólar y por ende, de los Estados Unidos como mandamás global. Dicen que China está contrayendo deuda en cantidades masivas para invertir en infraestructura a la vez que, junto con Rusia, compra todo el oro que puede. Irán se está dedicado masivamente al minade de Bitcoins, todo ello como preparación ante el previsible colapso del sistema financiero global, un hecho que marcaría el fin del mundo bajo la dudosa "Pax Americana".

 

Venezuela no es Irak, ni Yugoslavia, ni Libia, el nivel de organización social y conciencia política de su pueblo, el poderío de sus fuerzas armadas y el tamaño de su territorio la hacen una plaza muy difícil de conquistar e imposible de gobernar. Además, independientemente de la propaganda de la CNN, no está aislada.

 

En medio de esa vorágine, si a Donald Trump se le ocurriera meterse militarmente contra Venezuela, o contra cualquiera de nuestros países del ALBA, estaría desatando un verdadero huracán de dimensiones insospechadas. Las agresiones imperiales no han hecho otra cosa que fortalecer la voluntad de nuestros pueblos de resistir porque les han enseñado cuál es el verdadero rostro de los Estados Unidos y cuál es el camino a seguir para tener una vida digna.

 

https://managuaconamor.blogspot.com/2019/08/hace-falta-mucho-mas-que-un-magnate.html

 

https://www.alainet.org/es/articulo/201442?language=es
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS