En un comunicado de prensa de ayer (21 de agosto) sobre los incendios que durante más de una semana han estado arrasando la Amazonia brasileña, Christian Poirier, Director de Programas de Amazon Watch, afirmó que: "Los incendios sin precedentes que asolan la Amazonia son una tragedia internacional y una peligrosa contribución al caos climático. Esta devastación está directamente relacionada con la retórica anti-ambiental del Presidente Bolsonaro, que erróneamente enmarca la protección de los bosques y los derechos humanos como impedimentos para el crecimiento económico de Brasil. Los agricultores y ganaderos entienden el mensaje del presidente como una licencia para provocar incendios ilegales con flagrante impunidad, con el fin de expandir agresivamente sus operaciones en la selva".

Un periódico local, Folha do Progresso, confirma que los incendios en el sureste del estado de Pará fueron provocados deliberadamente por terratenientes locales, alentados por los repetidos ataques de Jair Bolsonaro contra políticas ambientales, organismos de control y ambientalistas.  "Tenemos que demostrarle al presidente que queremos trabajar y que la única manera es despejar el terreno. Y la manera de crear y limpiar nuestros pastos es con fuego", dijo uno de los organizadores de la manifestación al periódico, en referencia a una protesta coordinada del "Jornada del Fuego".

Ya el sábado 10 de agosto, la principal ciudad de la región, Novo Progreso, registró 124 focos de incendio, un aumento del 300% en comparación con el día anterior.  Y el domingo 11, había 203 casos.  Otra ciudad, Altamira, registró 194 casos el 10 y 237 el 11.

Este año se han registrado 72.843 incendios forestales en Brasil, de los cuales más de la mitad en la región amazónica, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, que monitorea los incendios con imágenes satelitales, lo que representa un aumento del 84% en comparación con el mismo período del año pasado.

Según Moira Birss, Directora de la Campaña de Finanzas de Amazon Watch: "Los pueblos indígenas de la Amazonía han estado dando la voz de alarma durante años sobre los riesgos para la selva tropical y resistiendo la destrucción, a veces a costa de sus propias vidas. Ahora que el mundo finalmente está prestando atención, es importante también entender que los gobiernos y las empresas alrededor del mundo están envalentonando las políticas tóxicas de Bolsonaro cuando entran en acuerdos comerciales con su gobierno o invierten en compañías de agronegocios que operan en la Amazonía".