“Cambiaron mi canción”

28/08/2019
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A

Es el título de una canción que acabo de escuchar: No la conocía ni su cantante… Es una protesta por el maltrato que se está dando a la naturaleza, a los animales, a las personas: un crimen de lesa naturaleza, una inhumanidad en el trato de los bosques, los ríos, el aire…. los pobres. Volvía a protestar porque en las redes sociales habían ‘clonado’ su canción: sobre la música habían puesto otras palabras que poco tenían que ver con el texto original. ¡Cuánta gente mala para ‘cambiarle su canción’!

 

¿No será también lo que nos pasa a nosotras y nosotros? A veces se nos malinterpreta porque no gusta lo que decimos y nos hacen decir lo que no hemos expresado. Se nos cataloga de equivocados porque no se quiere escuchar temas que hacen pensar, que cuestionan una manera de vivir, que denuncian actitudes injustas… ‘Nos cambian la canción’, para que sea más apetecible y favorable a intereses materiales, políticos y financieros.

 

Ahora las falsas noticias se han hecho un inmenso negocio. Hay innumerables empresas que se han especializado en ofrecer sus servicios para lanzar mentiras, hechos inexistentes, reflexiones erróneas, informaciones inventadas, meditaciones religiosas de mala fe… Leemos este conjunto de engaños que llegan gratuitamente y muy bien presentados a nuestros celulares; muchas veces los creemos porque saben lo que nos gusta y no nos gusta, porque justifican nuestros vicios y maldades… Nos cambian la verdad haciéndonos creer en la belleza y bondad de la mentira y la maldad. ‘Nos cambiaron la canción’…

 

Eso pasa a las parejas: se prometen amor eterno haciendo corazones enlazados por flechazos amorosos. Lo certifican tanto ante la autoridad civil como en el altar: “Te amaré por siempre en las buenas y en las malas: hoy más que ayer y menos que mañana”. Pasan los años: los egoísmos, las infidelidades y el machismo relegan estas promesas en un sueño que se vuelve pesadilla. Son las mujeres que se quejan que ‘se les cambió la canción’.

 

Cada vez más jóvenes están asustados por la destrucción inmisericorde de la naturaleza, los suelos, el agua, las especies vegetales y animales, la Amazonía y la convivencia humana. La propaganda les presenta una vida paradisíaca cuando la realidad muy diferente, en particular por la falta de empleo y la marginación. A ellos también se les ‘cambió la canción’.

 

Así nos manipulan haciéndonos creer falsedades, haciéndonos caer en actitudes que son dañinas… Los entendidos dicen que de esta manera se eligió a Trump en Estados Unidos y Bolsonaro en Brasil. Estas manipulaciones de masas se dan en les redes sociales gracias a su ampliación por los grandes medios de comunicación escrita y televisiva. ‘Cambiaron mi canción’ se puede decir también del actual gobierno que se eligió para continuar la Revolución Ciudadana corrigiendo sus errores, y nos encontramos gobernados por partidos y gentes de derecha y extrema derecha que habían perdido las elecciones.

 

¿No estará pasando lo mismo con Jesucristo? Vino para hacer realidad el Reino de Dios, o sea, la fraternidad universal y la justicia en nombre de Dios. Envió a sus seguidores para continuar esta misión. Hoy los ministros de nuestras iglesias, en su inmensa mayoría, se pasan todo el tiempo celebrando misas y sacramentos con gentes que poco o nada tienen que ver con el Reino de Dios. Al papa Francisco que nos ayuda a volver a Jesús y al Reino, lo están calumniando de hereje y anticristo… A Jesucristo también, ‘le cambiaron la canción’…

 

Y nosotras y nosotros, ¿hemos escuchado nuestra canción interior que en definitivo es nuestro sueño de vida, amor y felicidad? ¿Hemos dejado expresar la fuerza y la grandeza que nos habitan? ¿Nos hemos sentido identificados con compromisos que engrandecen la vida, embellecen el amor, cuidan de nuestra casa común, comulgan con el misterio profundo del universo…? Todo un sistema pernicioso tiene otros intereses: hacer a los ricos más ricos a costa de los pobres más pobres. Nos empobrecen el corazón, nos engañan la mente, y ganan millones de millones en sus robos, saqueos y corrupción. Muy lejos está nuestra canción de los 20 años, nuestros sueños de años juveniles, nuestros ideales jóvenes…

 

Entonces: A volver a la música primera y a las palabras originales, para que no se nos esfume la vida y pase el tiempo perdiéndolo. Juntemos sueños imposibles, grandes ideales, verdades eternas, para que muchos se puedan hacer realidad, lejos de una existencia tibia y sin sabor. Abriéndonos a todas las espiritualidades, en particular indígenas y negras, y escuchando el grito-canción de la Tierra y de todos los que sufren, construyamos la fraternidad sin frontera.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/201826
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS