La crisis del gobierno de Paraguay, entre el entreguismo, la expoliación y la movida de Israel en América Latina

05/09/2019
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Horacio Cartes y Abdo Benítez
Foto: Nodal
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El gobierno de derecha de Paraguay (Mario Abdo Benítez), está atravesando prematuramente por una tensión que pone en vilo su permanencia al frente del ejecutivo a un año de su llegada al Palacio de los López. Esta crisis se desarrolla a consecuencia de la firma del Acta Bilateral del 24 de mayo del 2019, donde se formalizaba la contratación de energía de la Entidad Binacional ITAIPU por parte de Paraguay.

 

Esta firma de acuerdo fue denunciada como “dañina para nuestra soberanía, para nuestro país y para el medio ambiente”[i] por parte de Pedro Ferreira, ex director de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE - copropietaria  juntamente con Electrobras de la Entidad Binacional); aludiendo a que los términos del acta iban en contra de los intereses del país.

 

Esta denuncia, acompañada por la renuncia al cargo, por parte de Ferreira, generó la puesta en aprietos a un gobierno con escaso apoyo popular. La elección del presidente Abdo,   solo contó con el apoyo del 30% de los empadronados; además, es sospechado de llegar a la presidencia con el fraude de las encuestas y las bocas de urnas, donde estas herramientas fueron empleadas para direccionar los votos y desalentar la participación ciudadana en las elecciones de abril del 2018, contando además con el apoyo de los grandes grupos corporativos mediáticos concentrados (Vierci, Zucolillo y Cartes).

 

La orfandad del apoyo popular y la ausencia de políticas públicas de corte popular y social, abonaron el terreno para que se masificaran las protestas, en diferentes puntos del país exigiendo la salida del Vice y el Presidente de la República”[ii], a través del Juicio Político. A este desamparo popular se le suma la fractura del partido de gobierno, la Asociación Nacional Republicana Partido Colorado (ANR), entre el movimiento gobernante, colorado Añetete (palabra en guaraní que indica Auténtico) y el movimiento Honor Colorado, liderado por el ex-presidente Horacio Cartes.

 

El Presidente actual de Paraguay construyó su capital político basado en una oposición retórica y de forma abierta a su antecesor inmediato, el expresidente Cartes, consolidando su fuerza política indicando que el movimiento Cartista[iii] representaba el autoritarismo, el entreguismo y el endeudamiento del país, hechos que son reales. Este discurso lo llevó al sillón presidencial; ayudado por la grieta de la oligarquía nacional que se veía amenazada por la concentración de poder político y económico en Cartes; pues este último aplicaba las recetas neoliberales con mucha precisión, pero quedándose él y su grupo con los negocios más rentables que tiene el Estado.

 

La oligarquía paraguaya cerró filas detrás de Abdo Benítez, hijo del exsecretario privado del tirano Alfredo Stroessner, quien sometió al país por 35 años; con esta alianza hicieron frente al grupo Cartes y lo derrotaron en las elecciones partidarias de la ANR. En la general enfrentó a Efraín Alegre, candidato de una coalición a quien derrotó por escaso margen con sospechas de fraude.

 

Para aproximarnos a la crisis que desató el tema Itaipú para Paraguay,  hay que poner en perspectiva los elementos relatados anteriormente: un Presidente con escaso respaldo popular, un partido de gobierno fracturado por la crisis de la oligarquía paraguaya en cuanto a cómo se apropian de los recursos estratégicos del Paraguay y la naturaleza de la creación de la represa.

 

Presencia israelí en la política paraguaya

 

Antes de adentrarnos en los hechos políticos, cabe señalar que Netanyahu tiene dos fichas importantes, una en cada margen, Bolsonaro en Brasil, y Horacio Cartes en Paraguay.

 

Una de sus primeras medidas del presidente paraguayo al asumir su rol al frente del ejecutivo, fue trasladar la Embajada de Paraguay, que Horacio Cartes llevó en las postrimerías de su gobierno a Jerusalén, de vuelta a Tel Aviv[iv]; esta decisión es uno de los elementos que permite entender el entramado de la reciente crisis desarrollada sobre el tema Itaipú; y la concomitante intensión de expansión del sionismo en América Latina para enfrentar gobiernos progresistas a los efectos de consolidar “grupos de presión en la Organización de Naciones Unidas (ONU) para impedir resoluciones y condenas contra el Estado de Israel y su política colonial”[v].

 

La embajada de Israel fue cerrada en el 2002 en Paraguay y reabierta en el 2014 por el Gobierno de Horacio Cartes que estrechó vínculo con Netanyahu a través de Messer, según afirmó el excanciller Luís Alberto Castiglioni[vi] .

 

La decisión de mover la embajada de Jerusalén  tuvo una rápida reacción de parte de Israel, pues ante la soberana decisión del Paraguay de restablecer su sede diplomática en Tel Aviv, el ministro de Economía, Eli Cohen (Kulanu) manifestó que “La decisión del nuevo presidente, el presidente Benítez, tiene un alto precio económico, no solo político”[vii], dejando deslizar  posibles pases de facturas  a la gestión  de Abdo por esta movida.

 

Teniendo en cuenta estos antecedentes, se puede dar pistas sobre la crisis de Itaipú, para ello primeramente es necesario señalar que Mario Abdo es un presidente conservador, obsecuente a sectores de poder vinculados al complejo narco-sojero e intereses bancarios transnacionales.

 

El tema Itaipú en el Paraguay es muy sensible, pues constituye una expoliación histórica y un avance de ocupación del territorio paraguayo de parte del Brasil, dejando a su paso expulsiones de campesinos e indígenas, destrucción del medio ambiente por el modelo de la agricultura intensiva, extensiva y agroexportadora. Además se constituyó en una herramienta de dominación para el Brasil, deuda mediante, que no queda ajena al dolor y al padecer de un pueblo.

 

La Binacional fue construida durante los periodos de los gobiernos de Humberto de Alencar Castelo Branco (Brasil) y Alfredo Stroessner (Paraguay); la central hidroeléctrica se inició con la firma del Acta de Iguazú el 22 de junio de 1966.

 

El marco inicial de construcción fue modificado con el acuerdo del 26 de abril de 1973, cuya firma se concretó en Brasilia. Esta modificación se concretó con el título “el aprovechamiento hidroeléctrico de los recursos hidráulicos del río Paraná”, donde se dispone que,  de estar inicialmente en condiciones de disponer de la energía producida a precio de mercado, el Paraguay quedó obligado a ceder su energía al Brasil y recibir una compensación por ello[viii].

 

Este cambio sustancial en el carácter del tratado, encuentra su explicación en la idea expansionista del Brasil, como sub-imperio,  y el acuerdo de fortalecimiento mutuo de las dictaduras que gobernaban ambos países. Es decir, Itaipú aparte de ser productora de energía, ha sido una herramienta geopolítica y de expansión del Brasil para el control político de la región.

 

El control político de la región, primeramente demanda un control del territorio, siendo este punto de suma importancia para el control político del Paraguay, y a su vez, donde se explica la intervención grosera de Brasil e Israel en los asuntos internos de Paraguay.

 

El sionismo necesita seguir marcando presencia en la región, la primera embestida realizada instalando gobiernos de ultra-derecha en la región (Macri en Argentina, Bolsonaro en el Brasil, Duque en Colombia) rápidamente va diluyéndose como fuerza política y culminando sus ciclos, pues las medidas tomadas por estos gobiernos de profundo corte neoliberal avivan las reacciones de organizaciones populares, advirtiendo el fin de estos tipos de gobiernos.

 

Después de la firma del acta del 24 de mayo, el gobierno derechista de Mario Abdo, entró en jaque inducido por una maniobra estratégica de la inteligencia israelí apoyado por sus dos fichas regionales: Bolsonaro y Cartes. Esta maniobra corrió por los rieles, gracias a la angurria de las autoridades paraguayas, el oficio expansionista del Brasil y la ruptura en el partido de gobierno. Esta estratagema se realizó con el propósito de garantizar el control energético, las rentas de las empresas transnacionales y evitar que los países de la región, integrantes de las Naciones Unidas, puedan dar su voto de censura a los crímenes de lesa humanidad que comete el gobierno de Netanyahu en Palestina.

 

Las movidas de fichas en este juego geopolítico tienen como alfil, amenazando cruzar todo el tablero, al presidente brasileño; y una torre en la retaguardia, un Cartes agazapado para entrar en acción para recuperar el terreno perdido en Paraguay, una vez que se abra la columna.

 

Bolsonaro abrió la columna presionando para que se firme el acta de contrato de energía, donde Paraguay renunciaba a utilizar la energía de excedente que producía Itaipú, y comprar más porcentaje de la Energía Garantizada que tiene un costo mayor, poniendo sobre el pueblo paraguayo unos 300 millones de dólares más al año a pagar por el uso de la energía. Este aumento se tiene que cubrir por la ANDE, y esta obtiene sus recursos por la venta de energía, es decir, el pueblo paraguayo debía pagar con el aumento de las tarifas el monto mencionado.

 

Las reacciones se desencadenaron en masa en diferentes sectores, solicitándose al unísono la salida de los miembros del ejecutivo, y en este contexto aparece Cartes, ya con la columna despejada para entrar en acción amenazando mate en dos: 1- apoyo al juicio político, y 2- apoyo a la destitución por mal desempeño de funciones. Con estas dos movidas se abonó para que Netanyahu intercediera antes sus amigos locales a cambio de algunas concesiones ligadas a los intereses comunes de sus amigos regionales y los suyos.

 

La crisis sobre el tema de Itaipú fue descomprimiéndose cuando: 1- La intervención de la Embajada de Estados Unidos solicitó que se respete la institucionalidad[ix], 2- La renuncia Castiglioní[x], quien reivindicó la soberanía paraguaya al regresar la embajada de Jerusalén a Tel Aviv, 3- Netanyahu llamó a Bolsonaro y éste accedió a revisar el acta bilateral[xi], 4- Mario Abdo acusa a Hezbollah y a Hamas, decreto mediante, de organización terrorista[xii] .

 

 A modo de conclusión

 

La Triple Alianza conformada por Bolsonaro, Cartes y Netanyahu, quienes actuaron simbióticamente en una movida magistral alimentado por la voracidad del gobierno de turno, arrojó resultados a favorables a cada uno de los sectores complotados. Bolsonaro logró debilitar, desmoralizando aún más, al Gobierno de Paraguay para las renegociaciones futuras del Anexo de C de Itaipú con miras al 2023, generando las condiciones objetivas  para mantener el actual presente de cosas en cuanto al uso de energía de la binacional; Netanyahu sometió al gobierno paraguayo bajo coerción para que  el Paraguay siga apoyan la política de Israel en la ONU, como así también, lograr que el enemigo de Israel sea declarado terrorista; y Cartes, en este entramado, logra tener en la mano la permanencia de  Mario Abdo en la presidencia, y, principalmente, logra  el control político del terrario paraguayo.

 

El control es tal, que Cartes, que cuenta con los votos necesarios para un juicio político, sigue  humillando al Presidente de la República, y Abdo Benítez   agradece[xiii](pide perdón)  al líder de Honor Colorado, por detener el Juicio Político, en el día en que se cumple un año al frente del Ejecutivo.

 

En este contexto, la soberanía paraguaya se ve seriamente afectada por la aviesa intromisión en los asuntos internos el país del imperio norteamericano, a través de su sub-imperios (Brasil – Israel) y el riesgo real de perder control sobre un recurso estratégico para el desarrollo como es la energía. Pero también abrió la posibilidad de una nueva discusión política de un campo popular que parecía desaparecer, sin embargo, se encendió una llamarada que puede permitir una mirada alternativa al bipartidismo.

 

Queda por evaluar si esta intención de privatizar completamente Electrobras[xiv] es parte de este entramado que abre un proceso de enajenación para despojar al pueblo paraguayo y brasileño de su energía; y si es que la intromisión de Israel no es para que empresas privadas de ese país o de Estados Unidos se queden con Itaipú.

 

-Adilio Lezcano es Licenciado en Matemática por la Universidad Nacional de Pilar. 

 

Referencias

 

[i] (https://www.adndigital.com.py/pedro-ferreira-acta-bilateral-era-danina-para-la-soberania-y-responsabiliza-a-las-altas-partes/, 2019)

 

[ii](https://www.abc.com.py/nacionales/2019/07/28/organizan-larga-marcha-para-pedir-salida-de-abdo-benitez-y-sus-carruajes/)

 

[iii] Movimiento interno de la ANR liderado por Horacio Cartes, que se caracteriza por ser conservador y defender los intereses de las empresas vinculadas al grupo Cartes.

 

[iv](https://www.abc.com.py/nacionales/paraguay-mueve-embajada-en-israel-a-tel-aviv-1737991.html, 2018)

 

[v] (https://www.telesurtv.net/opinion/La-Agenda-secreta-de-Israel-en-America-Latina-20160501-0023.html)

 

[vi] (https://www.ultimahora.com/castiglioni-dijo-que-messer-lobby-israel-n2706389.html)

 

[vii] (https://www.hoy.com.py/nacionales/la-decision-de-marito-tiene-precio-israel-cancela-visita-de-delegacion-economica)

 

[viii] https://www.alainet.org/es/active/18576

 

[ix] https://www.ultimahora.com/embajador-eeuu-expresa-preocupacion-crisis-politica-paraguay-n2835203.html

 

[x] https://www.ultimahora.com/caso-itaipu-luis-castiglioni-pone-su-cargo-disposicion-mario-abdo-n2834687.html

 

[xi] https://www.5dias.com.py/2019/08/historia-de-una-salvacion/

 

[xii] https://www.abc.com.py/nacionales/2019/08/19/abdo-reconoce-a-hezbollah-como-terrorista-y-anuncia-mas-controles-financieros/

 

[xiii] https://www.ultimahora.com/abdo-benitez-agradece-cartes-frenar-el-intento-juicio-politico-n2838358.html

 

[xiv] https://www.ultimahora.com/bolsonaro-autoriza-proceso-privatizar-eletrobras-n2835564.html

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/201961
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