San Juan, 20 de noviembre de 2019 (NCM) – Un ex negociador del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos intentó hacer llegar un mensaje en clave al Ejército Popular Boricua-Macheteros para ponerlos al tanto de que los agentes habían localizado el escondite del comandante general Filiberto Ojeda, de manera que el veterano soldado pudiera salvar su vida.

“Muevan al príncipe, que ya saben dónde está”, decía el mensaje del negociador, según reveló uno de los participantes en el encuentro secreto, que se llevó a cabo en un restaurante de San Juan varias semanas antes de que un grupo comando del FBI atacara la casa y matara a Ojeda en una zona boscosa del municipio de Hormigueros, en el suroeste de Puerto Rico.

El informante reveló a NCM Noticias el contenido del mensaje, así como el lugar de la reunión y la identidad de los presentes. No hay corroboración independiente del informe, aunque la fuente ha provisto informaciones que han resultado ciertas.

Por otro lado, el ex negociador mantenía, a la fecha de los hechos, contactos fuertes con los altos niveles del FBI y se mantuvo al tanto de todos los detalles sobre la operación, que culminó cuando un francotirador logró herir a Ojeda. El veterano soldado clandestino murió desangrado mientras los agentes, que se mantenían rodeando la casa, no intentaron entrar para atenderle, ni permitieron ayuda médica.

La revelación trae a conocimiento público nuevos detalles sobre las dos semanas previas al ataque mortal a Ojeda, ocurrido el 23 de septiembre de 2005. El informe es cónsono con otros sobre supuestas operaciones fallidas para sacar de la casa del sector Plan Bonito, de Hormigueros, a Ojeda y a su esposa, Doña Elma Beatriz Rosado.

Por esa época también se producían las conversaciones entre el emisario de la Iglesia Católica con Ojeda, quien supuestamente estaba dispuesto a explorar una vía para lograr que EEUU se retirara de Puerto Rico de manera pacífica.

El ex negociador del FBI estaba al tanto de que la Policía de Puerto Rico conocía las coordenadas del escondite y que la información le había sido entregada al FBI en 2005.

El día del operativo, los agentes llegaron lanzando granadas de sonido y disparando contra la casa, en tanto que Ojeda respondió a tiros y logró negociar la salida de su esposa, que fue conducida a la cárcel federal y dejada libre al día siguiente. Sin embargo, no logró que el FBI llevara a un periodista a la escena para que presuntamente sirviera de garante de que se entregaba vivo.

Según la declaración jurada de un jefe de campo de Ciencias Forenses de Puerto Rico -obtenida a través de la entonces senadora independentista María de Lourdes Santiago- entrada la noche Ojeda se puso a tocar una canción en su trompeta y fue entonces que el tirador, identificado sólo como “Brian” se orientó por el sonido para hacer el disparo que resultó ser mortal. A pesar de que la información dada bajo juramento por el jefe forense sobre sus entrevistas a dos agentes del FBI que participaron en el asalto especificaba la identidad de los agentes, hasta ahora no se ha reabierto la investigación sobre el caso, ni mucho menos se ha abierto un sumario fiscal contra “John Doe alias Brian” por abrir fuego contra un sujeto que evidentemente no podía estar apuntando con la pistola porque tenía las dos manos ocupadas tocando la trompeta.

La nueva información sobre la muerte de Ojeda surgió justo al cumplirse el primer centenario de Lolita Lebrón, que fue la comandante de campo del ataque al Congreso de EEUU ejecutada por un contingente del Partido Nacionalista de Puerto Rico en 1954. Durante la actividad, el héroe nacionalista Rafael Cancel Miranda relató en detalle cómo el jefe político Julio Pinto Gandía fue el cerebro de la operación, ejecutada por la tropa reclutada por Cancel Miranda y a la que se designó como comandante a Lebrón, luego de que se retiraran los otros asignados al ataque.

Pinto Gandía desapareció de su casa a mediados de los años setenta y su cena quedó a mitad de consumir en el apartamento, caso que tampoco ha sido objeto de mayor investigación por parte del Gobierno.

En la actividad conmemorativa, un contingente de mujeres y niñas, uniformadas como lo hizo Lebrón el día del ataque al Congreso, desfilaron por las calles del Viejo San Juan portando pistolas automáticas de plástico de las que salían flores y cantando “con el coraje de frente voy a ganar la batalla, hecha de viento y de playa, soy la ola que va a romper”, de la compositora Ile. “Quieren verme caer, pero daré bien la talla, atravesar la muralla, voy contra todo pa defender”, continuaba la canción.

Detrás marchaba un contingente uniformado de negro del grupo Se Acabaron las Promesas, que portaba escudos -estos de verdad- con los que ha enfrentado varias veces a la Policía en la lucha contra la junta de control impuesta por EEUU para regir a Puerto Rico.

En su discurso para la ocasión, Santiago -quien busca volver al senado por el Partido Independentista Puertorriqueño- dijo que en Puerto Rico se está juntando la nueva “generación del no me dejo” con la generación veterana de “no me quito”. “Hay que trazar la raya”, dijo Santiago e hizo un llamado a que “tenemos que responder con un nacionalismo intransigente”.

La ocasión, conmemorativa del Día del Descubrimiento de Puerto Rico, sirvió también para que la gobernadora anexionista Wanda Vázquez inaugurara una enorme bandera de Puerto Rico para adornar la entrada del Palacio de Santa Catalina. Vázquez explicó que esa es la bandera que une a todos los puertorriqueños.

Además, ayer, el nuevo partido Movimiento Victoria Ciudadana anunció la candidatura de Alexandra Lúgaro para la Gobernación. Victoria Ciudadana plantea atender la situación económica y de corrupción de manera interna sin preferencia alguna sobre el status de Puerto Rico y dispuesto a aceptar que se convierta en estado de EEUU.