La nueva Argentina 2020

11/12/2019
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
alberto_cristina_argentina.jpg
-A +A

El martes 10 ha asumido la Presidencia de la Argentina, el peronista Alberto Fernández, dando paso a todo tipo de especulaciones, especialmente conducidas por los medios masivos de comunicación, que en este país juegan su papel de voceros de los grupos económicos de poder sin ninguna sonrojo

 

Esto significa un cambio importante para las fuerzas renovadoras de los países vecinos. Desde ya el pueblo boliviano ha recibido claro apoyo del nuevo presidente argentino, quien ha declarado que lo ocurrido en el Altiplano es un golpe de Estado y que el Gobierno de la señora Jeanine Áñez es fraudulento. Se podría suponer que los movimientos sociales que agitan Chile, Colombia o Ecuador responden a deseos similares a los de pueblo argentino que eligió a Fernández.

 

Pero en realidad es difícil decir que así sea. Los presidentes Duque de Colombia y Piñera de Chile fueron elegidos porque eran una clara oposición a los regímenes progresistas que los precedieron, especialmente Piñera que tiene una segunda presidencia. El caso de Ecuador es el único donde el voto que eligió a Lenin Moreno fue traicionado por él, ya que fue ungido presidente como continuador de Correa, de quien había sido Vicepresidente.

 

En Brasil a pesar de las protestas populares que reclamaron por el derrocamiento parlamentario de Dilma, eligieron al capitán fascista Jair Bolsonaro, que hace un par de días anunció la formación de su partido político bautizado de antemano Alianza por Brasil, cuyos principios son "el respeto a Dios y a la religión" y "la memoria y la cultura del pueblo brasileño", así como la "defensa de la vida" y las "garantías de orden y seguridad".

 

En Uruguay con Lacalle Pou, ha regresado la derecha que gobernó tradicionalmente ese país. ¿Los uruguayos se cansaron de la justicia social y el progresismo?

 

Esto sólo para mostrar a los más destacados de estos últimos días.

 

La región ha venido teniendo en los últimos 5 años un claro retroceso en su crecimiento económico, con una tasa anual de menos del 1 por ciento. En los círculos económicos se dice que es porque se terminó lo que han llamado el “súper ciclo de las materias primas”, cuyos precios hicieron crecer América Latina en muchos casos más del 3 por ciento anual. Sumado a esto la demanda China. Cuando los chinos crecían a un ritmo de 10 por ciento al año, los precios del cobre, del hierro o de muchos productos agrícolas alcanzaron valores record para los vendedores.

 

Lo que no se dice es que este ciclo terminó porque en esos años de “bonanza” en que las multinacionales ganaron más por las materias primas, fue el mismo en el que se fueron adueñando de ellas. Por eso hoy ya no tienen los mismos precios.

 

Pero lo importante es explicarnos qué pasa con esta nueva Argentina que inicia su andar en Buenos Aires.

 

Indudablemente para el país, para su comunidad –sumando en ella al 40 por ciento que votó a Macri- se verán beneficiados por un Gobierno que mira y siente a la Nación como una agrupación de seres humanos y no como una entidad empresaria.

 

Se verán favorecidos porque quienes llegarán al Gobierno, con defectos o con virtudes, son los que proyectaron en el país la ideología que catapultó en la Argentina la justicia social y que por tanto ahora trabajarán en la recuperación de la Argentina perdida por Macri y su gente. Parece llegado el momento de volver a redistribuir con justicia la riqueza nacional. ¿Macri deja algo de riqueza nacional?

 

Todo esto suena a palabrería solamente. ¿Qué podemos suponer que ocurrirá en un país que mantiene un gran rechazo al peronismo? Este es un rechazo visceral que nació cuando el peronismo en la década de los 40 del siglo anterior, se hizo realidad y Braden, el embajador de USA, encabezó esa rebelión acompañado por conservadores, liberales, radicales y anarquistas.

 

Hoy, los radicales que fueron la gran oposición institucionalizada y partidista, son sólo una pálida imagen de su pasado y aunque le restan algo al 40% de Macri, no sabemos si es un 10%, más o menos. Lo que es claro que al menos un tercio de los argentinos siguen siendo antiperonistas.

 

En este panorama, con la deuda externa que deja Macri ¿Podrá Fernández recuperar el país para el pueblo argentino?

 

¡Es el gran desafío de la Argentina del 2020!

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/203771?language=es
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS