¿Quién las manejó durante nuestra historia?

¿Quién debe manejar las empresas del Estado?

10/03/2020
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Una reivindicación histórica de las corrientes nacionalistas y patrióticas en Bolivia y en todos los países dependientes, fue siempre, el manejo y control de sus recursos naturales. Los defensores del capital, por el contrario, sostuvieron y sostienen que dichos recursos deben y son mejor administrados por los privados, sean ellos vía sus agentes nacionales o de las empresas trasnacionales. ¿Hay lógica y ética en estas dos visiones y prácticas? ¿Hay ética en la economía?

 

En el marco de la honestidad intelectual, es insostenible que alguien defienda la práctica nefasta de la rapiña del colonialismo y neocolonialismo a lo largo de la historia en América Latina, el África y Asia, cuando España, Holanda, Francia, Inglaterra, Estados unidos empobrecieron a nuestros pueblos y gracias a ello, hoy estos países y sus regiones gozan de los beneficios que usurparon a las colonias y pueblos del mundo. ¿Fue beneficiosa el colonialismo y el imperialismo en todas sus versiones? No existe argumento ético para las atrocidades cometidas a nombre del progreso, el desarrollo y la civilización. Carece incluso de racionalidad (lógica) económica por que no contribuyó al desarrollo de las fuerzas productivas de los países sometidos, contrariamente, los sumieron en el peor de los atrasos y miserias.

 

Idéntica ecuación se concluye del manejo de sus testaferros nacionales en cada uno de los países del orbe capitalista. Las clases dominantes como en Bolivia, sin capacidad de oposición a los intereses trasnacionales, fueron cómplices del saqueo de los recursos naturales. Sin iniciativa, sin el famoso emprendedurismo tan mentado, se multiplicaron a la sombra del Estado, sea en gobiernos dictatoriales o democráticos. ¿Puede alguien desmentir que fueron estos sectores que gobernaron durante 180 años en los cuales amasaron fortunas? Un país tan rico en recursos como el nuestro durante 180 años, bien pudo emprender niveles de desarrollo y progreso en beneficio de la población. Más lo que está a la vista de todos es el mayor atraso y dependencia.

 

Es pues ético y racional que un gobierno cuando este es patriótico, quiera manejar sus recursos naturales, sus empresas y su propia industrialización bajo administración de sus propios intereses. Esta lógica y ética siempre fue vapuleada por los privados, bajo el argumento de que el Estado no sabe manejar la economía, que es un mal administrador y, que debe dejarse a los privados que dice que son “eficientes”. Recuerdo que esos privados manejaron ese Estado ineficiente que dicen, casi toda nuestra historia.

 

Del 2006 adelante, una nueva visión y dignidad impuso el manejo soberano de nuestros recursos naturales y empresas, de por lo menos de las estratégicas. El resultado inmediato fue la redistribución de la riqueza nacional como nunca en la historia boliviana. ¿Recuerda alguien la desastrosa administración de COMIBOL (minería), YPFB (hidrocarburos), ENTEL (comunicaciones), Lloyd (empresa aérea), cuando los golpistas y demócratas de derecha manejaron esas empresas?

 

Por supuesto, si los privados, los militares, la derecha boliviana, las clases dominantes del país se hacen responsables de la economía, los beneficios no le llegan al pueblo. Se trata claro está, de quién administra el Estado. Es decir, la clase que administra el bien público. De ellos, solo conocemos la postergación.

 

Pero cuando la administración del Estado está en manos de sectores progresistas y patrióticos, la esperanza y la soberanía se convierten en bonos para la población más necesitada, en mayores ingresos, en estabilidad económica, en perspectivas de industrialización, en desarrollo de las regiones, en más salud, educación, trabajo y bienestar en general.

 

Entonces, no es per-se, que el manejo de la economía desde el Estado irá en beneficio del propio país. Depende de la clase que lo digita, de los intereses que se juegan; si son privados y de la derecha conservadora, por supuesto irá en beneficio de ellos y en desmedro de las grandes mayorías. Si son administrados por tendencias progresistas y liberadoras, los más necesitados que entre otras cosas son los que producen la riqueza, serán los beneficiados, junto a toda la nación.

 

Lo más patriótico que ocurrió esta última década, fue que el Estado Plurinacional haya recuperado la decisión de manejar parte de la economía nacional. De ser un simple regulador -como quieren y sueñan los privados- pasó a jugar un rol fundamental, producto del cuál, los indicadores económicos saludados por todos los estudiosos de la economía del mundo e incluso, por los organismos internacionales guardianes del capital internacional.

 

Que las empresas públicas son deficitarias vienen repitiendo los privados y la reacción, secundados por los medios de comunicación privados, que hoy son un monopolio a costa del cierre dictatorial de todos los medios alternativos. Del volumen de los ingresos que hacen al Presupuesto General del Estado, es decir los recursos para que funcione el país, las Empresas Públicas aportaban el 37% del presupuesto; los impuestos el 45%, ambos suman el 82%. Recurso que hoy en manos los privados en el gobierno están en riesgo en el proceso actual.

 

 

Cuando la economía es manejada por un Estado que representa a las grandes mayorías, no todo debe ser lucro, pues algunas deben ser de carácter social como es el caso que tanto cuestionan los privados ahora envalentonados. Una de las virtudes del modelo económico, social comunitario productivo del Estado Plurinacional, es precisamente haber priorizado el mercado interno, la estabilidad de precios que benefician a los campesinos, trabajadores y población necesitada.

 

No se necesita ser adivino del descalabro de la economía que se avecina en manos de los neoliberales, que, siendo gobierno transitorio, se han dado a la tarea de destruir todo lo bueno que se hizo en 13 años. ¿Esto es democrático? ¿Tiene racionalidad económica? El tiempo nos dará la respuesta, como lo hace una lectura sencilla de nuestra historia.

 

10/Marzo/2020

 

 

 

Víctor Vacaflores Pereira

Miembro de la Red de Economía Política

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/205167
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