¿El fin de la corporación?
- Análisis
Es hora de hacer obsoleta la corporación maximizadora de ganancias y controlada por los accionistas
Imagina que a tu ciudad la atraviesan trenes gigantes que viajan a una velocidad increíble porque los propietarios de los trenes pagan a sus conductores en función de la velocidad. La ciudad establece límites de velocidad, instala luces intermitentes, envía a la policía para mantener a los peatones fuera de las vías. Inevitablemente, los trenes siguen atropellando personas y automóviles, causando lesiones y muertes. ¿Cómo responde el ayuntamiento? Reparando cruces y vallas.
Así es como la sociedad intenta ahora regular el comportamiento de las corporaciones. Aprobamos regulaciones para las grandes corporaciones manteniendo intacto su objetivo de maximización de beneficios. Cuando las corporaciones evaden las regulaciones muy intrincadas (recuerda que los megabancos casi hacen colapsar toda la economía mundial en 2008), nuestra respuesta es reparar las barreras regulatorias.
Es hora de hacer obsoleta la corporación maximizadora de ganancias y controlada por accionistas. En el momento peligroso que enfrentamos, con las crisis de la emergencia climática y la desigualdad desbocadas, ha llegado el momento de que las corporaciones dejen de actuar como si su principal deber fuera servir a los accionistas financieros.
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El presente artículo forma parte del informe Estado del poder 2020, cuya versión en español es editada en formato electrónico por Transnational Institute (TNI), Attac España y FUHEM Ecosocial. La versión íntegra del informe en inglés se puede encontrar en www.tni.org.
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