Hoy, una amiga muy querida, nos acaba de informar que ya debe asistir a su trabajo, de manera presencial a partir del lunes. Su hijo de 6 años ha iniciado clases en la Sierra, asistido por ella y le va bien, aunque son 6 lecciones diarias por computadora. Afortunadamente tienen buen acceso a internet. Ella tiene una computadora y mucha paciencia, pues debe estar a su lado todo el tiempo, para interpretar y apoyar los requerimientos de maestras y maestros, quienes no estaban preparados para esto, como ninguno de nosotros. Pero, a partir del lunes ella ya no estará en casa.

La falta de seriedad del Gobierno y del Misterio (o debo escribir Ministerio) de Educación. Minipreguntas:

1. ¿Qué pasa con las familias que tienen 2 o más hijos?

Deben tener dos o más computadores, tablet, celulares o similares. Qué pasa con las familias que tienen un ingreso de salario mínimo o por debajo de él. Qué pasa con las familias donde el papá y la mamá, o la mamá cabeza de familia deben salir a buscar el pan de cada día y dejan a sus hijos soles en la casa sin acceso a nada de lo anterior.

2. Qué pasa donde no llega el internet, donde no hay conexión.

No hay educación. Así de simple. No hay acceso a la educación pública y gratuita como ordena la Constitución de la República. Y no, la culpa no es de la pandemia. La culpa es de quien decidió pagar primero a los acreedores y luego ocuparse de la Patria que somos sus habitantes.

A las oligarquías jamás le interesó la educación. Jamás, salvo para sus hijos y aún así, las hijas, mejor casaderas ellas que cultas.

3. El Comercio primera página del 13 de setiembre 2020:

“El Ministerio de Educación dice que los niños de 7 a 12 años deben tener máximo una hora al día de clase frente al computador”

¿Pregunto, el resto de las horas de los niños, se ocupa quién? ¿Los espíritus de las montañas o del mar, o del río Napo?

La mayoría de los colegios piden 5, 6 y hasta 7 horas de clases virtuales. Esto ya no es un desorden, es el caos exprofeso para confundir y terminar dando la culpa a los directores de colegio, maestros, alcaldes y prefectas o prefectos. No se puede dar otra explicación.

4. La educación vuelve a ser y es un privilegio de los ricos.

A la oligarquía, tan bien representada por este gobierno, eso no les preocupa, tienen empleadas, empleados, maestros particulares, colegios de primera. De la clase media hacia abajo esto se ha vuelto una tragedia con difícil y poca solución.

5. ¿Y los que quedan solos, solas en casa?

Y los y las que son cabeza de familia y no tiene abuelos, abuelas, hermanas, hermanos, con quién dejarles.

Hasta parece que el Señor Presidente, por el que votamos e hicimos campaña, incluso con nuestros ingresos personales y sin esperar nada a cambio personal, no hubiera nacido en Rocafuerte, frontera con Perú, hijo de maestros, sino en Samborondón, al pie de la piscina, temperadita en el inviernito del Guayas.

6. Y las familias que desean seguir creciendo académicamente y tienen que invertir en sus materiales y lo de los niños, las familias tienen que tener 2 o 3 medios digitales, 1 por niño, niña en el hogar y otro por padre y madre que trabaja. Nadie se preocupó por los padres y madres, piden trabajar, producir, pero sin escuelas, sin guarderías, sin medidas de bioseguridad.

7. Señores del gobierno, por lo menos un poco de vergüenza en la cara, nada más se les pide. Ni siquiera se les exige. Porque para exigirles a ustedes habría que ser tan ingenuo como para creer que algo quieren hacer.

Esto no es tan difícil de resolver, se trata de amor a la Patria, de organización ciudadana y de hacer una vaquita con los dineros que tienen en los paraísos (infiernos) fiscales y traer unos dineritos, para que en menos de un año haya acceso al internet y tablet para todas y todos les niñez del país.

No es tan difícil. La Mesa estaba recontra bien servida, ustedes sacudieron el mantel y ni las migas quedaron para Lázaro. El rico Epulón y sus amiguetes lanzaron todo al FMI, a los acreedores, garantizando sus futuros puestos en el BID o BM.

El abandono de nuestras niñas y niños dan ganas de llorar y cóleras incontenibles.