Educación pública: nuestra bandera
El tiempo de la pandemia ha puesto a los ojos de todos quienes quieran ver, las enormes deudas que nuestros Estados tienen con la educación.
- Opinión
Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento No. 551: Derecho Humano a la Educación: horizontes y sentidos en la post pandemia 10/12/2020 |
Por cerca de veinte años, la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) ha levantado la bandera de la educación pública, gratuita, laica, pertinente, inclusiva y a lo largo de toda la vida. (1) Somos conscientes de las múltiples fisuras, inequidades, desigualdades y ausencias de la educación pública en la mayor parte de nuestra región pero también sabemos que es allí, en la educación pública, donde es posible asegurar el pleno ejercicio del derecho humano a la educación para todos y todas. El tiempo de la pandemia ha puesto a los ojos de todos quienes quieran ver, las enormes deudas que nuestros Estados tienen con la educación. Nos mostró con crueldad las profundas brechas entre el campo y la ciudad, entre niñas y niños, entre niveles socioeconómicos, entre blancos, mestizos, indígenas y afro y, por qué no decirlo, las brechas de clase que atraviesan históricamente a nuestras sociedades. Del mismo modo, este tiempo nos ha permitido observar nuevos matices y situaciones sobre las cuales es necesario alertar y actuar con decisión y rapidez:
Más de 160 millones de estudiantes han interrumpido sus trayectorias educativas en nuestra región. La cifra es escandalosa y las razones múltiples pero es claro que nos estamos enfrentando nuevamente, tras décadas por superarla, a una brecha en el acceso a la educación en todas las etapas y ciclos. La recuperación rápida de los niveles de acceso anteriores a la pandemia, en condiciones seguras y adecuadas, es urgente.
Uno de los factores que ha incidido de modo contundente en esta situación es la denominada brecha digital que, por otra parte, nos ha mostrado sus diversos rostros: el del acceso, el de la conectividad, el de la ausencia de servicios de internet públicos y gratuitos, el de la falta de dispositivos suficientes en las familias. Pero también el de las limitaciones en el conocimiento y las dificultades en el manejo de la tecnología y las herramientas virtuales en amplios sectores de nuestras sociedades. Alternativas de acceso, conectividad y uso del Internet, son indispensables.
Las condiciones laborales de nuestros docentes se han deteriorado y precarizado. Más horas de trabajo, con infraestructura y capacitación mínimas, apelando muchas veces a sus propios recursos económicos. Tiempo de sobrecarga, especialmente para las mujeres, divididas entre su trabajo docente y su trabajo en casa. Docentes desempleados a cuenta de la reducción de presupuesto para la educación. Condiciones dignas y capacitación integral para nuestros docentes, son necesarias.
Disminución en los presupuestos públicos para la educación, ya desde antes insuficientes. La CEPAL calcula que hay alrededor de un 9% menos de presupuestos disponibles para educación y frente a ello, se abre el panorama de la austeridad, el endeudamiento, el recorte, panorama ante el cual es necesario resistir y proponer alternativas claras. Justicia fiscal y monitoreo de la inversión en educación, son alternativas claras.
Nuevos modelos de privatización y de negocio que se expresan en familias buscando soluciones para que sus hijos e hijas puedan continuar estudiando, docentes pagando el internet para poder hacer sus clases, fundaciones privadas ofreciendo paquetes educativos homogéneos, entre otros. Propuestas creativas de respuesta desde las políticas públicas de educación, son ineludibles.
La educación pública está hoy más amenazada que nunca y desde la CLADE levantamos hoy, más alto que nunca, esa bandera.
Ante la emergencia: interseccionalidad e integralidad
En cada sujeto o mejor, en cada cuerpo, se interseccionan múltiples discriminaciones, violencias y desigualdades. El género, el lugar de origen, las discapacidades, la condición socioeconómica e incluso la edad, configuran exclusiones complejas frente a las cuales las voces de los pueblos indígenas, de las personas en movilidad humana, de las poblaciones afrodescendientes, de las mujeres, de las personas LGBTIQ, se levantan desde todos los rincones del continente demandando políticas educativas comprometidas con la superación de todas estas formas de opresión/exclusión. Sistemas de educación pública que trabajen desde y con las diferencias y que superen y nos ayuden a superar, desde el principio, las matrices coloniales, patriarcales y racistas funcionales a un modelo económico perverso.
Por otra parte, hoy, más que nunca, es necesario participar activamente en el diseño y ejecución de planes de retorno integrales y seguros desde la primera infancia hasta la educación superior, sin olvidar por supuesto la respuesta a las necesidades educativas de las personas jóvenes y adultas. Esto solo será posible escuchando las voces de los sujetos del derecho, es decir, de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, de sus familias, de las y los docentes, de jóvenes y adultos que demandan oportunidades de aprendizaje. En cada caso según sus necesidades, sus contextos, sus exigencias.
La educación está en emergencia, pero no se vale darle respuesta de cualquier manera, ni tampoco vale “más de lo mismo”. Esto como clave en todos los niveles y etapas, comenzando ya por la primera infancia, pasando por las juventudes, personas adultas – todos niveles que se han trabajado desde sus especificidades en los paneles.
Es verdad que estamos en emergencia y es quizás justamente por eso que las respuestas tienen que ser colectivas, integrales, inteligentes.
Virtualidad y educación: el Internet como bien público y libre
Aquí se levanta un debate y una compleja problemática para el ejercicio pleno del derecho humano a la educación. No es que no existiera, es que no se le había dado la relevancia que tiene. En el camino de nuestras reflexiones, hemos hecho énfasis en la necesidad de democratizar el internet, de situarlo como derecho y como bien público. Al mismo tiempo, no nos es indiferente la reflexión sobre cómo garantizar esa conectividad sin entregar nuestra información, ese bien tan preciado, a las grandes corporaciones tecnológicas, que ya alimentan sus modelos de negocios gracias justamente a eso, a nuestra información. Así, gana lugar en nuestra agenda la propuesta de plataformas virtuales públicas, de soberanía digital, de protección de datos, de autonomía tecnológica.
Por otra parte, una nueva alfabetización se ubica en nuestro horizonte: la alfabetización digital, la de los algoritmos… siempre con perspectiva crítica y transformadora, de modo que nuestros docentes se apropien de la tecnología y hagan de ella una herramienta más para los procesos transformadores de nuestra realidad por los que seguiremos luchando.
Todos los derechos para todas las personas: intersectar nuestras luchas
Una vez más hemos demostrado que, en el derecho humano a la educación, convergen múltiples derechos. Es un derecho habilitante pero también es un derecho sinérgico. Cuando se cerraron las instituciones educativas, millones de niños y niñas se quedaron sin alimentación, por ejemplo. Y ahora que se plantea el retorno en condiciones seguras, en muchos lugares no es posible, porque no hay agua potable, por ejemplo. Nuestra lucha por el cambio educativo supera el ámbito específico y se articula con luchas mucho más amplias, estratégicas, políticas.
Estamos llamados y comprometidos a la articulación, a anudarnos y enredarnos con movimientos, colectivos, organizaciones y sus agendas de lucha, con una perspectiva intersectorial y también global, que nos une a todo el Sur Global, en un momento histórico oportuno para no volver a la normalidad… para construir otra realidad a la que mejor no llamaremos normalidad… así evitamos, de partida, los binarios a los que nos ha habituado este sistema.
Nelsy Lizarazo es Coordinadora General de la CLADE. Educadora y comunicadora popular. Miembro de la Agencia Internacional de Noticias de Paz y Noviolencia-PRESSENZA.
(1) En el marco de su XI Asamblea General, la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación, CLADE, ha llevado adelante una serie de encuentros para reflexionar en torno a temas claves de su agenda estratégica. Con una amplia participación de miembros nacionales, regionales e internacionales, nos hemos dado la tarea de identificar desafíos y horizontes que, en 2020, nos urgen a profundizar nuestro compromiso, por una educación pública a la altura de la dignidad humana de todas y todos. Este artículo se refiere a las reflexiones de este proceso.
Artículo introductorio de la edición 551 (diciembre 2020) de la revista América Latina en Movimiento, titulada: Derecho Humano a la Educación: horizontes y sentidos en la post pandemia, una coedición ALAI / CLADE.
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