La inútil creación de J. Guaidó
La inteligencia de EEUU necesitaba de esta figura de pseudo-presidente para darle visos de aparente legalidad y así justificar la desviación de los cuantiosos recursos del Estado venezolano, retenidos en los bancos extranjeros.
- Opinión
La creación y puesta en marcha de la “Operación Juan Guaidó”, refleja la enorme capacidad de los distintos gobiernos estadounidenses, es decir, republicanos o demócratas, de desestabilizar, crear caos y producir daños incuantificables y de toda índole, en un país, comunidad, etnia, etc., en cualquier rincón del planeta.
El mejor brujo sobre la faz de la tierra, no hubiese podido jamás hacer lo que el Departamento de Estado norteamericano hizo con el auto-nombrado presidente. No se trata de transformar una persona deshonesta, anodina, sumamente inculta, totalmente desconocida y con muy pocas cualidades comunicacionales, para ser un Jefe de Estado, lo cual no es el caso.
Se trata de la creación de un factor de perturbación, de un fantoche, quien no representa a nadie; pero obedece ciegamente a un macabro plan, urdido simple y llanamente, junto con otras armas usadas, para liquidar la Revolución Bolivariana, o al proceso de cambio en cualquier país que haya decidido alzar su voz y sublevarse contra el poder y el yugo esclavizador de esta potencia imperial.
La inteligencia norteamericana sabía perfectamente, que su escogido carecía de carisma, que no concitaba emociones, ni atraía seguidores. Pero sí sabía que podía ser aceptado por otros países, con solo ejercer un poco de presión y hacerles buenos ofrecimientos. Y aún más importante, necesitaba a esta figura de pseudo-presidente para darle visos de aparente legalidad y así justificar la desviación de los cuantiosos recursos del Estado venezolano, retenidos en los bancos extranjeros, así como el saqueo de Citgo y Monómeros. No es casualidad entonces, que estos desafueros hayan ocurrido en los países que han reconocido al interino.
El impacto negativo de estos ilegales, inmorales y anti-éticos zarpazos financieros, usando al interino como ariete ejecutor, estaba fríamente calculado. De allí que E. Abrams constantemente se relamía los bigotes y se sonreía de medio lado, de solo pensar en los estragos de la pandemia sobre la población venezolana, de hecho ya vapuleada sin piedad, al serle muy difícil al Gobierno Bolivariano comprar en el exterior medicinas, reactivos, vacunas, alimentos, equipos, repuestos, etc.
Resultado de lo anterior, sumado a la super-inflación, el daño a nuestra moneda y la especulación criminal, sería el total rechazo del pueblo a la Revolución Bolivariana, para potencialmente lanzarse en los brazos de la oposición de derecha-ultraderecha, y luego acostarse juntos en la camita preparada por la CIA, la DEA y las transnacionales.
Esos han sido, durante 22 años, los cálculos estimados en las salas situacionales, creadas para tal efecto, en los laboratorios de la CIA, el Departamento de Estado estadounidense y en el palacio de Nariño, desde el mismo momento en que el Presidente Hugo Chávez Frías, ganó las elecciones en 1.998.
Sin embargo, las cosas no les han salido bien, y lo que es peor, no saben la razón. Y no es que la maldad, la sevicia y el exceso de recursos les impida llegar al meollo del asunto. La respuesta es muy sencilla, hay que ser de este país, amar la Revolución Bolivariana y ser chavista hasta el cogollo del alma. Así de simple mis amigas y amigos lectores. Ni este pelele ni mil guaidós más, podrán contra todo un pueblo que es cien por ciento anti-imperialista, anti-terrorista y anti-guerrerista. Por eso seguimos insistiendo en que resistiremos hoy, mañana y todos los días que sean necesarios. Y por favor no lo olviden: !No, no pasarán!
3 de abril, 2.021
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