Contrarrestar la belicosa proyección mundial de Washington
La tensión entre Estados Unidos y China crece cada día. Estados Unidos, como cree que aún tiene la supremacía militar, puede que provoque una guerra muy destructiva para impedir que China lo desplace como primera potencia económica mundial.
- Opinión
Publio Cornelio Escipión pasó a la historia como el hábil estratega que venció al legendario Aníbal, porque con una inteligente movida lo sacó de Italia, donde hacía mucho daño, para derrotarlo en las puertas de Cartago.
Aníbal, con audaz habilidad, atravesó los Alpes para llevar la segunda guerra púnica a Italia. Instalado allí, toda la destrucción y desorden que la guerra causaba ocurría en territorio romano. Hasta se dio el lujo de montar cuarteles de invierno en Capua, convirtiendo ese benigno lugar en una base cartaginesa en territorio romano desde donde atacar y mantener la zozobra en territorio romano. Algo muy parecido a lo que hace Estados Unidos, con 800 bases repartidas en los cuatro rincones del mundo, desde las cuales sembrar muerte y destrucción en países indefensos y sin capacidad de neutralizar su supremacía aérea.
El genio de Escipión fue sacar a Aníbal de Italia amenazando Cartago. El Senado cartaginés escribió a Aníbal para que regresase con sus tropas para defender a una Cartago asediada, desguarnecida y vulnerable al ataque del ejército romano de Escipión.
El progreso en el alcance y transporte de cargas explosivas potentes de los mísiles modernos hacen anticuada la proyección de la supremacía aérea mediante costosos e inmensos portaaviones.
Puede que un grupo naval provisto de portaaviones ahora ubicado en el océano indico sea más útil para defender el territorio de Estados Unidos si es colocado protegiendo de amenaza misilística naval las costas norteamericanas del Golfo de México, dónde están sus refinerías de petróleo que abastecen de gasolina el transporte de Estados Unidos.
La tensión entre Estados Unidos y China crece cada día. Estados Unidos, como cree que aún tiene la supremacía militar, puede que provoque una guerra muy destructiva para impedir que China lo desplace como primera potencia económica mundial.
Eso reflejaría el modo violento de prevalecer gravado en la mentalidad y la cultura norteamericanas. Algo que se refleja en la violencia represiva mortal contra personas desarmadas que con tanta frecuencia ejerce la policía de Estados Unidos. El mismo comportamiento que tienen sus soldados en territorios bajo ocupación norteamericana, como lo demuestran las matanzas y violaciones de civiles ocurridas en Afganistán, Iraq o África, dondequiera que haya tropas de Estados Unidos.
La diseminación mundial de tropas de Estados Unidos en sus más de 8oo bases es una estrategia también anticuada, que fue tal vez útil en la época de las guerras genocidas contra los nativos del Oeste norteamericano en el siglo XIX.
Con el armamento moderno y la velocidad de los ataques, esas guarniciones pueden ser barridas o capturadas en cosa de minutos y estarán más seguras regresándolas a casa. Así parece haberlo entendido la OTAN en Afganistán, donde se gastó miles de millardos para ser derrotada al final por los Talibán; por los Ragheads, (cabezas de trapo) como despectivamente llaman a esos guerreros que vencieron, sin satélites, sin aviones, sin drones y sin portaaviones. Vencieron a la OTAN armados más de su determinación, inteligencia y persistencia que de sus fusiles.
Mejor que la OTAN regrese a casa esos soldados aún vivos. En casa serán más útiles manteniendo el orden público desordenado por la aguda crisis económica que provoca la crisis terminal del endeudado dólar. Si Estados Unidos persiste en provocar a China en Taiwán, China ya advirtió que habrá guerra. Por ello, más le conviene sacar sus tropas del Cercano Oriente donde están expuestas a ser aniquiladas por los certeros misiles iraníes.
Una guerra sólo conviene al complejo militar-industrial de Estados Unidos. Los militares de Estados Unidos menosprecian a China porque tiene menos armamento nuclear que Estados Unidos. Respetan a Rusia porque tiene una cantidad de ojivas nucleares igual o mayor que la de Estados Unidos.
Por ello una iniciativa a favor de la paz mundial sería una alianza militar formal entre Rusia y China. Esa iniciativa unida al patrullaje del Caribe por modernas naves misilísticas dotadas de capacidad nuclear obligaría a Estados Unidos a replegarse sobre sí mismo. Esto es, a aceptar la nueva realidad geo estratégica impuesta por la más moderna tecnología militar de sus adversarios. Ya pasó la época de masacrar con bombardeos a la indefensa población civil de los adversarios, con casi total impunidad que es la estrategia militar de la OTAN desde la Segunda Guerra Mundial.
Por eso, el énfasis de fabricar costosos portaaviones como modo de matar civiles a lo largo y ancho del mundo con mínimo riesgo. Pero ahora hay nuevos juguetes muy letales que cambian el estilo del juego bélico al que nos tiene acostumbrados Hollywood. Ahora hay armas que pueden llevar el riesgo y la muerte también a los civiles norteamericanos. Por eso, a los halcones de Washington, les conviene concentrarse más en la defensa de la Homeland, en lugar de mandar a matar a desprevenidos civiles que participan en pacíficas bodas o funerales celebrados en rincones muy alejados de Estados Unidos.
Almeria 16/04/2021
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