La dimensión invisible de la pandemia en la Universidad de Chile
Tanto madres y padres universitarios como sus hijas e hijos están experimentando situaciones de vulneración de sus derechos.
- Opinión
Después de un año de pandemia, las problemáticas evidenciadas por la comunidad de madres y padres universitarios de la Universidad de Chile (MAPAU UChile), no han tenido una solución concreta frente a la falta de corresponsabilidad institucional por parte de la Universidad y del Estado de Chile, para conducir la educación remota sin vulnerar los derechos de la infancia.
Durante el mes de agosto del año 2020, reportamos la situación crítica en que se encuentran sometidas las madres y padres estudiantes, información levantada por el Catastro de Madres y Padres Estudiantes en Situación de Pandemia (1). En consecuencia, estudiantes y dirigentes estudiantiles, madres y trabajadoras, levantaron la voz frente a la complicidad y falta de voluntad política, para evidenciar esta dimensión invisibilizada de la vida de cientos de estudiantes. La denuncia fue planteada por las mismas estudiantes afectadas, a modo de evitar que la falta de medidas y protocolos por parte de la Universidad de Chile siguiesen profundizando la precarización de la vida y la subdivisión del trabajo en el hogar.
Es necesario poner el acento en que, debido a dichas omisiones, tanto madres y padres universitarios como sus hijas e hijos están experimentando situaciones de vulneración de sus derechos. Las brechas de desigualdad y la precarización de la vida que se han amplificado en función de las diversas condiciones sociales, económicas, locales y de acceso a la educación remota en pandemia. Cabe destacar, que el 51% de estudiantes mapadres de la institución deben compartir dispositivos y elegir entre sus clases o las de sus hijas/os/es (2). Al mismo tiempo, el 55,4% duerme entre 4 y 6 horas diarias, y un 13,3% de mapadres duermen entre 2 y 4 horas diarias. Por otro lado, el 51,5% de las estudiantes con hijos realiza trabajo remunerado, mientras tan solo un 26,2% recibe efectivamente algún apoyo económico de la Universidad y el 71,8% no recibe pensión alimenticia de forma regular.
Actualmente, el modelo remoto para el trabajo y el estudio, implementado a nivel nacional, sigue invisibilizando el rol de madres y padres como cuidadores y educadores principales de niñas y niños, así como también niega la perspectiva de las niñas y niños en esta crisis. Incluso cuando a nivel nacional, el INE ha hecho referencia a que la cifra de mujeres que no buscó trabajo en 2020 aumentó en un 598% durante el peak de la pandemia, por la necesidad de dar cuidados a sus hijos (3). Por otra parte, el “Ministro de Hacienda tuvo que reconocer que la condición económica y laboral de las y los chilenos no va a mejorar, sino que seguramente va a empeorar en los meses que vienen” (4).
Lo enunciado anteriormente, representa el escenario inhumano que están viviendo hoy nuestras hijas e hijos. Ante esto nos preguntamos ¿Qué ha hecho la Universidad de Chile durante la actual pandemia para resguardar el interés superior de niños y niñas que son parte de nuestra comunidad universitaria?
Lamentablemente, la respuesta no es favorable, y por lo tanto es necesario relevar la Convención de los Derechos del Niño que señala, en su Artículo 3, inciso N°1. que “En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a
que se atenderá será el interés superior del niño”. Al mismo tiempo, Art. N°2. hace referencia a: “Los Estados Parte se comprometen a asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley y, con ese fin, tomarán todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas”.
En consecuencia, la comunidad de MAPAU UChile sostiene que: “El rol garante de la Universidad, en cuanto institución educacional del Estado se extiende no sólo a las estudiantes madres y padres, sino también a sus hijas/os/es. Es decir, la corresponsabilidad institucional debe ser la toma de un rol activo en la disminución de las desigualdades estructurales del sistema universitario. Más aún, ante el evidente abandono del Gobierno y su defensa del modelo en plena Pandemia. Actualmente, la Universidad de Chile cuenta con una “Política de Corresponsabilidad Social en la Conciliación de las Responsabilidades Familiares y las Actividades Universitarias” (5), pionera en el tema y fruto del trabajo de las mismas madres estudiantes con las autoridades universitarias. Sin embargo, dicha política termina siendo, muchas veces, “letra muerta” ante casos de desconocimiento de derechos consagrados, inflexibilidad de académicos y funcionarios, y, más aún, discriminaciones arbitrarias y malos tratos hacia madres y padres. En este sentido, la Universidad de Chile, aparenta un compromiso político hacia afuera por medio de su última campaña en relación a la corresponsabilidad de los cuidados (6), sin tomar acciones reales y concretas al respecto dentro de la Casa de Bello.
Finalmente, la falta de medidas y voluntad política para respetar la política de corresponsabilidad y compatibilizar la educación remota con las labores de cuidados, implican un abandono de deberes de la Universidad de Chile. Los argumentos presupuestarios no pueden justificar la negligencia de la institución. Por el contrario, la Universidad debería llevar esta discusión a nivel nacional, ya que sabemos que esta realidad invisibilizada no sólo ocurre en nuestra casa de estudios, sino que en todos los planteles educativos del país donde estudian personas que son madres o padres. Más aún, esta es la misma situación que viven millones de mujeres trabajadoras en Chile, que deben priorizar el sostén familiar por sobre el respeto integral de los derechos de las niñas y niños. Todo lo anterior redunda en la falta del gobierno para establecer medidas que regulen la educación remota, donde éste tome un rol de corresponsabilidad efectiva, traducida en una Ley que compatibilice las labores de cuidado con el trabajo y estudio remoto, teniendo por delante el interés superior y derechos de niñas y niños.
“Si todas las especificidades de la discriminación de la mujer son construidas social y culturalmente, entonces, pueden y deben ser modificadas cultural y socialmente.” Julieta Kirkwood.
Santiago de Chile, 23 de abril de 2021
Camila Bustamante Álvarez, Coordinadora FECh 2020-2021, Mamá de Pascual.
Matilde Méndez del Canto, Secretaría General FECh 2017-2018, Mamá de Ángel.
Camila Barrera Riquelme, Vicepresidenta CED UChile 2020-2021, Mamá de Baltazar.
Lorenza Duclos Mena, Coordinadora MAPAU Uchile 2021, Mamá de Nilo.
Notas
1 Catastro realizado por MAPAU Uchile.
2 Catastro realizado por MAPAU Uchile
3 https://www.emol.com/noticias/Economia/2021/03/08/1014221/INE-mujeres-empleo-pandemia.html
5 https://direcciondegenero.uchile.cl/wp-content/uploads/2019/07/Política-Corresponsabilidad.pdf
6 https://www.uchile.cl/noticias/173487/u-de-chile-lanza-campana-por-la-co... 5 https://direcciondegenero.uchile.cl/wp-content/uploads/2019/07/Política-Corresponsabilidad.pdf
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