Hasta la llegada de Deng Xiaoping, China era un ejemplo económico de lo que sucede en los lugares donde reina la ideología Marxista: escasez de bienes de consumo y salarios muy bajos, rarificación de alojamiento y pobreza generalizada a nivel de privación. Ahora China es la economía mundial más importante y dinámica del mundo.

Deng descartó abiertamente el marxismo como guía política. Dijo muy claramente que las ideologías abstractas eran siempre un fraude (coincide con Sismondi en esa percepción) que lo único útil para diseñar las políticas gubernamentales eran los hechos. Las políticas de Deng se pueden sintetizar de la siguiente manera:

(1) apertura a inversiones capitalistas privadas extranjeras,

(2) desarrollo y crecimiento de empresas capitalistas privadas chinas, y

(3) asociaciones entre ellas.

El Partido Comunista Chino y el aparato estatal chino controlaron y maniobraron la aceleración resultante de la producción excedente para inclinar las inversiones hacia los objetivos de crecimiento establecidos por el partido y el estado.

El excedente de China también se utilizó, en segundo lugar, para reproducir las complejas estructuras de clases de las empresas privadas y estatales y de los capitalistas privados nacionales y extranjeros, y finalmente para llevar a cabo la regulación de los mercados y la planificación económica gubernamental.

Hoy, China desafía a Estados Unidos como la principal potencia económica mundial porque tiene un mercado interno cada vez más grande, porque cada año hay decenas de millones de ciudadanos chinos que salen de la pobreza y tienen poder adquisitivo.

El caso chino prueba que presentar al capitalismo o al marxismo como la única alternativa es una fabricación narrativa completa que pertenece a la confrontación, inventada después de la Segunda Guerra Mundial que fue etiquetada como Guerra Fría. La Unión Soviética controlaba media Europa, porque los líderes se la concedieron en Yalta una concesión útil para crear una polarización falsa muy conveniente para los políticos que impersonaban el anticomunismo y el anticapitalismo. Sobre todo, fue conveniente para introducir en Europa el modelo del capitalismo salvaje norteamericano.

Fue una confrontación falsa incluso allí, porque desde antes de la guerra Europa había conocido modelos de capitalismo con mucho mayor contenido social.

La polarización ha servido bien a ambas bandas extremistas que se presentan ellas mismas como las únicas opciones de gobierno: Neoliberalismo o Marxismo.

En el curso básico de metodología de las Ciencias Políticas enseñan que nunca hay problemas políticos idénticos. Cada problema político tiene sus propias razones para estar allí, frecuentemente el problema tiene su raíz en la historia, por eso sólo, todos los líderes políticos deben conocer y conocer bien la historia nacional y también la historia mundial, porque en política económica y política social no existe algo como una nación aislada.

Las influencias extranjeras siempre están presentes en los asuntos políticos internos. La historia de América Latina es la mejor prueba de eso. Su independencia se logró porque fue parte de un proyecto del Capitalismo Británico.

Almería 21/07/2021