La renuncia forzada del canciller Béjar

Tras apenas 19 días de gestión el canciller peruano Héctor Béjar renunció a su cargo en medio de una campaña de terrorismo mediático en su contra y contra el gobierno del presidente Pedro Castillo.

19/08/2021
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
portada-75.jpg
-A +A

EEUU, la Marina, el terrorismo mediático

Luego que el domingo un programa de televisión divulgara declaraciones suyas, dadas antes de ser designado ministro de Relaciones Exteriores, en las que señalaba que la Marina había cometido actos terroristas y había sido entrenada por la CIA estadounidense.

 

La Marina, pasando por encima de las normas que señalan que las Fuerzas Armadas no son deliberantes, emitió un comunicado criticando duramente al canciller. El ministro de Defensa, el exsub-oficial de la Policía y abogado Walter Ayala, respaldó públicamente a la Marina y su comunicado, a pesar de ser un abierto desafío militar al poder civil. Antes de renunciar Béjar se reunió con Castillo, pero no encontró respaldo en el gobierno: el presidente se ha mantenido en silencio.  

 

Antes de su renuncia, la Cancillería emitió un comunicado aclarando que las declaraciones del canciller divulgadas por la prensa habían sido dadas antes de ser ministro y “vienen siendo manipuladas, editadas, recortadas y sacadas de contexto con el propósito de desacreditar y lograr la censura del ministro”.

 

Béjar aclaró que no dimitió sino que le fue pedida la renuncia por el primer ministro Guido Bellido, y destacó que la razón de fondo de su retiro del gobierno es el afán derechista de impedir que Perú tenga una política exterior soberana y expuso su esperanza de continuidad de esta.

 

El desenlace fue precedido por una intensa campaña política y mediática derechista, que lo acusó de injuriar a la Marina en un video de fines de 2020, en el que recordaba actos terroristas de hace casi medio siglo atribuidos a agentes de Inteligencia de la Marina.

 

Sus declaraciones sobre la Marina, el terrorismo y la CIA, sacadas de contexto por sus acusadores, han sido el episodio final de la ofensiva contra Béjar. Antes que se conocieran, el fujimorismo había presentado un pedido en el Parlamento para interpelarlo, con el objetivo de censurarlo por su pasado guerrillero, su militancia en la izquierda y por su anunciada apuesta por la integración regional.

 

 “Esto ha sido una conspiración de la derecha, con apoyo de los medios. No quieren que cambie la política exterior, quieren bloquear cualquier intento de una política de integración de América Latina. Se está haciendo una concesión al militarismo, el comunicado de la Marina es inaceptable. Con esto se fortalece la derecha y pierde la democracia”, declaró el exparlamentario andino y sociólogo Alberto Adrianzén. 

 

Las bancadas derechistas del Parlamento se lanzaron en su contra casi desde su designación. ‘Hay un grupo en la Marina y en la ultraderecha peruana, que quiere evitar a toda costa que el Perú tenga o vuelva a tener una política exterior independiente, soberana, ese es el verdadero motivo; yo represento para ellos ese peligro’, manifestó.

 

Béjar dijo que quería responder a los cuestionamientos en la interpelación, de cara al Congreso de mayoría derechista.”Yo esperaba hablar en la interpelación y tengo entendido que ellos (los congresistas) han pedido mi renuncia antes para evitar que yo hable ante el Congreso, ha sido una forma de censurarme”, aseveró.

 

Béjar dijo que su retiro era una de las alternativas, pues aceptó el cargo ‘sabiendo que estaba en una situación inestable en un país de política inestable y desde un comienzo sabía que todas las posibilidades estaban abiertas’. Dijo que los próximos pasos que pensaba dar como canciller eran ‘Unirnos al Grupo de Contacto, con el fin de levantar las sanciones (de EEUU) contra Venezuela y creo que eso ha sido parte también de la motivación central’.

 

 ‘Creo que el profesor Castillo es una excelente persona, debo agradecerle haberme nombrado canciller y mi disposición, esta vez desde fuera del gobierno, será continuar cooperando a que el Perú tenga un gobierno que sea del pueblo y que responda verdaderamente a los intereses de la nación’, añadió.

 

Diversos medios de prensa alternativos publicaron recuentos sobre atentados contra ministros, altos oficiales de la propia Marina, entre otros, incluyendo la casa del agregado militar cubano de la época y contra dos barcos pesqueros cubanos, uno de los cuales fue hundido en el vecino puerto del Callao.

 

 “El terrorismo en el Perú lo inició la Marina, han sido entrenados para eso por la CIA”, fue la afirmación de Béjar en noviembre pasado en una conferencia virtual, que puso en pie de guerra a la derecha política, mediática y militar. Lo había dicho en noviembre del año pasado, durante una conferencia virtual en la que afirmó que Sendero Luminoso, el grupo armado que en 1980 inició una lucha armada, había sido “en gran parte obra de la CIA”, aunque aclaró que de esto último no tenía evidencias.

 

La Marina aprovechó el asunto para defender cerradamente la actuación militar en la guerra interna y desacreditar a quienes la cuestionan por las múltiples violaciones a los derechos humanos -secuestros, torturas, desapariciones, asesinatos y matanzas de comunidades campesinas-, en las que la Marina tuvo rol protagónico.

 

Haciendo un poco de historia, en enero de 1975, cuando el país era gobernado por el general de izquierda Juan Velasco Alvarado, un almirante cercano a Velasco recién nombrado jefe de la Marina y del Comando Conjunto, algo a lo que altos oficiales de la Marina que conspiraban contra Velasco se oponían, fue blanco de un ataque terrorista cuando se colocó una bomba en su casa. Velasco fue derrocado en agosto de ese año. 

 

En 1977, en el gobierno militar del general de derecha Francisco Morales Bermúdez -condenado en Italia por su participación en el Plan Cóndor, pero protegido en el Perú de una extradición-, un barco pesquero cubano fue hundido y otro dañado con bombas colocadas por buzos. La Marina tenía el personal y equipo para perpetrar esos atentados. El gobierno militar no investigó el ataque.

 

Según cables del Departamento de Estado revelados por WikiLeaks, la embajada de Estados Unidos reportó que esos atentados habrían sido cometidos por la Marina. A esos hechos históricos se refería Béjar cuando dijo que la Marina inició el terrorismo en el Perú.

 

El fantasma de Montesinos

El entonces mandatario Alberto Fujimori nombró a Vladimiro Montesinos como Jefe del Servicio de Inteligencia Nacional, Consejero de Seguridad del Gobierno y el principal asesor presidencial entre 1990 y el año 2000. Colaboró en el diseño de la estrategia política para enfrentar a las redes de sendero Luminoso y el Movimiento FRevolucionario Túpac Amaru (MRTA) y organizó desde el SIN el Sistema de Contrainteligencia (SICON) para combatir el espionaje chileno en la década de 1990.

 

En total fue acusado de sesenta y tres delitos que van desde el narcotráfico hasta el asesinato. Está encarcelado en la prisión de máxima seguridad de la base naval del Callao y enfrenta al menos ocho juicios más en los próximos años. Pero saltó nuevamente a primera página durante la campaña presidencial, con la difusión de una serie de audios suyos (desde la base naval), que dejó al descubierto una conspiración para descarrilar el proceso electoral imponer en la presidencia a Keiko Fujimori.

 

En la grabación, Montesinos da indicaciones para sobornar a tres de los cuatro integrantes del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) e indica que el contacto para acceder a los jurados es Guillermo Sendón, un político simpatizante del fujimorismo. En una segunda llamada telefónica, Montesinos sugiere al mismo interlocutor –identificado como el coronel retirado Pedro Rejas Tataje– que la embajada de Estados Unidos podría ayudar a los conspiradores.

 

Entonces alarmaron estos audios que demostraban que Montesinos, con múltiples acusaciones por secuestro, homicidio, tortura, terrorismo, desaparición forzada, tráfico de armas, asociación ilícita, extorsión, lavado de dinero, narcotráfico y ejecutar  violaciones masivas a los derechos humanos, amparado en la cárcel de máxima seguridad en una base de la Marina, seguía siendo el principal operador del fujimorismo. Otra vez la llave EEUU-Marina-Montesinos aparece en una conspiración.

 

https://www.alainet.org/es/articulo/213492?language=en
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS