A propósito del debate sobre la renuncia del Papa (II)
26/02/2013
- Opinión
II Parte
“Mi pregunta es, no cuál Sumo Pontífice necesita el mundo, sino ¿para qué necesita el mundo un Sumo Pontífice?”
“¿Será que la Iglesia católica necesita un Papa? Hoy el papado no es una solución sino un problema”, Eduardo Hoornaert, historiador católico, Brasil.
La frase título de este artículo la he tomado de un comentario a mi artículo anterior sobre la renuncia de Benedicto XVI, enviado por Eduardo Gadea (1). Esa afirmación cobra fuerza al tener en cuenta que los católicos no son sino el 17.5% de la población mundial.
En este segundo artículo quiero presentar y sintetizar algunos tópicos que han sido expresados en la avalancha de escritos, a raíz de la renuncia de Benedicto XVI. Me inspiro y tomo textos escritos con una mirada analítica y con una lectura crítica. Los tiempos no están para “perder tiempo” en lecturas de alabanzas y/ o de corte piadoso, como si no pasara nada en la Iglesia católica.
Nunca antes en la Historia de la Iglesia, las críticas y análisis han sido tan abiertos, realistas, sopesados, duros y hasta con indignación. La libertad de conciencia, la libertad de expresión y la libertad de opinión llegaron para quedarse, en nuestras sociedades laicas y pluralistas. Además, en amplios sectores católicos va desapareciendo el miedo a los castigos fulminantes de las autoridades, al complejo de culpa tan predicado en la “teología del miedo y hasta del terror”, a la nueva inquisición, a la excomunión...
Rebosó la copa de las incoherencias de los dos últimos papas, de la eclesiástica católica y del Estado de la Ciudad del Vaticano. Gracias a los medios de comunicación y a las redes sociales, millones de millones de personas de todas las edades y de todas las condiciones sociales, han tenido abundante información, en pocos días. La renuncia del Papa ha puesto, de nuevo, sobre el tapete, los escándalos de la eclesiástica (el aparato de poder, de dominio y de control de las conciencias...) y la decadencia del Estado de la Ciudad del Vaticano...
Alguien me decía, con mucho realismo, que no se debe cantar gloria, porque es tal el cinismo de una gran parte de los eclesiásticos, que existe el riego de que todo siga igual.
Ejercer el poder con cinismo y el gobierno con cinismo, es una de las mayores características de los gobernantes de todos los signos ideológicos y de todas las autoridades, incluyendo las eclesiásticas, es un hecho que se ha acentuado en estos últimos años.
A título de ejemplo, las siguientes afirmaciones ilustran bien el contexto de la elección papal.
“Mi pregunta es, no cuál Sumo Pontífice necesita el mundo, sino ¿para qué necesita el mundo un Sumo Pontífice?”, Eduardo Gadea, Médico, teólogo y cineasta de Venezuela.
“Hoy el Papado no es una solución sino un problema”, Eduardo Hoornaert, Brasil.
"El único cambio en el Vaticano será el nombre del Papa",Frei Betto, escritor. Brasil.
“Nunca creí llegar a decir nada sobre esta renuncia, no me incumbe en mi vida cotidiana... Sigo firmemente convencida que dentro de ESTA iglesia no hay salvación. La única posibilidad de seguir el Evangelio está más allá de sus límites...
Carmiña Navia Velasco, biblista, escritora y profesora universitaria, Cali. Colombia.
“El problema no es el “Papa”, el problema es el papado”,José María Castillo, teólogo.
“Es muy probable que el próximo Papa sea conservador. Pero aunque milagrosamente fuera elegido uno de los pocos cardenales liberales, mientras la Curia romana siga en pie, será ésta quien tenga el timón del “barco de Pedro” bajo su control”.
Católicas por el Derecho a Decidir. España.
“No es suficiente con que cambie un Papa, el Papa es un prisionero de la peor burocracia del mundo, que se corresponde con el imperialismo dentro de la Iglesia. La teología imperial de El Vaticano es su principal obstáculo”, sostuvo, en entrevista, el sacerdote y diplomático nicaragüense Miguel D’Escoto.
“La herencia envenenada del Papa”, Lola Galván, España.
Antes de continuar, veamos el peso de la Iglesia católica en las estadísticas religiosas del mundo
“La Iglesia es una institución poderosa, con 1.200 millones de fieles, 5.000 obispos, 412.000 sacerdotes y 721.000 religiosas”. Lola Galán, España,artículo en Redes Cristianas, bajo el título: “La herencia envenenada del Papa”.
Según la Agencia Reuters, citada por El Tiempo de Bogotá, para el año 2012, las y los católic@s en el mundo se elevaban a la cifra de 1.196 millones.
Los países con mayor cantidad de católicos son: Polonia con el 92.2%; México con el 85%; Colombia con el 82.3%; Italia con el 81.2%; Filipinas con el 81%; España 75.2%; Brasil 65%; Francia 60.4%; Congo 47%3%.
Los católicos representan solamente el 17.5% de la población del mundo. Otros cristianos, el 14%. Total cristianos, 31.5%. Musulmanes, 23.2%. Hindúes, 15%. Budistas, 7.1%. Religiones de grupos nativos, 5.9%. Judíos, 0.2%. Sin filiación, 16.3%. Otros, 0.8%.
Fuente: El Tiempo, Bogotá, 17 de febrero de 2012, publica cifras de Reuters, que a su vez han sido tomadas del “Pew Forum on Religion” y la Agencia Fides, según el Anuario Pontificio de 2012.
A las cifras citadas, habría que añadir miles de diócesis y parroquias, desde donde se reproduce el sistema, se transmite una añeja teología y se modelan y dominan las conciencias...
La cifra de un 17.5% significa que no es bien recibido que las autoridades católicas tengan la pretensión de hablar y enseñar para todo el mundo y quieran imponer sus convicciones, valiéndose de las relaciones diplomáticas con los estados. O aún más allá, organizando manifestaciones callejeras como ocurrió en España y Francia, para evitar la aprobación legal del matrimonio igualitario. Se ha profundizado no sólo una gran molestia sino también, a veces, una fuerte agresividad, porque las autoridades eclesiásticas no quieren respetar el foro interno de las y los creyentes y de la ciudadanía laica.
Al recorrer columnas de opinión y planteamientos, surgen algunos temas o tópicos.
1. La crítica a la “teología” sobre el Espíritu Santo, como el gran elector
“La continua referencia al Espíritu Santo a partir de un misterioso modelo jerárquico es una forma de camuflar los verdaderos problemas de la Iglesia y una forma de retórica religiosa para no revelar conflictos internos que ha vivido la institución.
La teología del Espíritu Santo continúa siendo para ellos mágica y expresando explicaciones que ya no pueden hablar a los corazones y a las conciencias de muchas personas que tienen aprecio por el legado del Movimiento de Jesús de Nazaret. Es una teología que sigue provocando la pasividad del pueblo creyente ante las múltiples dominaciones, inclusive la religiosa. Continúan repitiendo fórmulas como si éstas satisficiesen a la mayoría de la gente”. Ivonne Gebara, religiosa y teóloga de Brasil. Sufrió la nueva inquisición, bajo Ratzinger.
“Más aún, no echemos mano ingenuamente de la presencia del Espíritu Santo y su presunta inspiración constante en la toma de decisiones del papa reinante. No. Esa presunta intervención del Espíritu Santo no está demostrada en ninguna parte”...
José maría Castillo, teólogo de España.
“Creyentes de buena voluntad, con optimismo cristiano, invitan a confiar en el Espíritu Santo. Pero ya saben el chiste. Para proteger de excrementos la cúpula de San Pedro han instalado redes eléctricas que espantan palomas. No podrá el Espíritu Santo entrar volando hasta el Conclave”. Juan Masiá, teólogo. España.
Cuando, en general, se le formula a alguna autoridad eclesiástica católica la pregunta acerca de quién puede ser aquel que resulte designado nuevo Papa para suceder al renunciante Benedicto XVI, las respuestas suelen ser esquivas, genéricas o de corte místico. En este último caso la alusión más frecuente apunta a poner todo “en manos del Espíritu Santo”. Sin embargo, el Espíritu Santo no vota. O por lo menos no está así considerado en el derecho canónico, el documento que rige constitucionalmente a la Iglesia Católica Romana”. Washington Uranga, periodista. Argentina.
2. El rechazo a la elección del Papa por un sistema cerrado, que no tiene en cuenta para nada al Pueblo de Dios-comunión eclesial. Los electores, los cardenales, son escogidos por el papa reinante y los monseñores más influyentes del Estado de la Ciudad del Vaticano. El sistema se auto-reproduce e incluye el nepotismo de nuevo cuño.
No hay ninguna participación del cuerpo episcopal, que hace parte de la estructura del sacramento del orden. El cardenalato no hace parte del sacramento del orden. Nació en la alta Edad Media. No es necesario. Se convirtió en una élite eclesiástica. Es un cuerpo de personas mayores y muy mayores que no dejan brotar la primavera. En la selección de los cardenales tampoco participan las conferencias episcopales, los cleros nacionales, ni los creyentes de la base, hombres y mujeres.
3. La discriminación dentro de la Iglesia. El cardenalato no representa a todas las iglesias nacionales. Hay una super-concentración de cardenales italianos y europeos, cuando en Europa occidental, el número de creyentes ha disminuido vertiginosamente.
¿Quiénes votan? 118 cardenales, menores de 80 años. 62 de Europa y entre ellos, 28 italianos. 14 de Estados Unidos y Canadá. Total, 76 cardenales de los países ricos. 19 de América Latina, continente donde vive la mayor parte de las católicas y de los católicos. 11 de Africa. 11 de Asia. Y 1 de Oceanía. Total, 42 cardenales de los países pobres. ¡Qué desequilibrio!
Observación de Washington Uranga, Argentina: “... 62 de los votantes –casi la mitad– provienen de Europa, donde hoy sólo habita el 24 por ciento de los católicos del mundo.
América Latina, donde vive el 40 por ciento de los católicos, sólo tiene 19 cardenales electores, apenas por debajo en número de los 14 cardenales de América del Norte (11 de Estados Unidos).Cuando esa parte del mundo representa el 24 por ciento del catolicismo. Los votantes provienen de 48 países y si bien está claro que no representan a sus naciones, sino a sus iglesias, no es fácilmente separable una condición de la otra. La vieja Europa, que otrora fue católica y que ya no lo es tanto, sigue manteniendo un peso relativo en la elección muy por encima de lo que esas iglesias significan en el escenario del catolicismo mundial. Eso sin contar a la muy católica Italia: 28 cardenales electores”.
4. La certeza según la cual, con la elección del nuevo papa, “Nada va a cambiar”
“Ahora se va del Vaticano (Benedicto XVI) dejando intacto un sistema esencialmente corrupto. La tiara y el trono, la terrible infalibilidad, el terrible poder absoluto, siguen intactos, esperando al siguiente candidato. Y no faltarán aspirantes. Ya se traman oscuras estrategias, ya se urden alianzas, ya se hacen quinielas. Se maquina y se conspira. Es pura farsa mediática, pura pornografía religiosa. Y cuando salga la fumata blanca dirán: "El Espíritu Santo ha elegido". Más obsceno todavía”.
Esta reflexión deJoxe Arregui, teólogo-biblista de España, recoge y resume muchas otras reflexiones sobre el “Nada va a cambiar”.
Frei Betto, religioso O.P, de Brasil, escribió una sentencia fulminante:
"El único cambio en el Vaticano será el nombre del Papa".
“El nuevo Papa jamás hará algo que desagrade a su antecesor. Por lo tanto mantendrá la prohibición de que se debatan en la Iglesia temas como el aborto, el fin del celibato sacerdotal, el derecho de las mujeres al sacerdocio, el uso de preservativos, la aplicación de células madre, la unión de homosexuales, etcétera”. .."Soy muy pesimista" respecto de que el nuevo Papa cambie el rumbo conservador de la Iglesia Católica y la modernice”, Frei Betto, en entrevista, Agencia IPS.
Habría que tener siempre a la avista aquélla frase del cardenal Carlo María Martini: “Ya no tengo más esos sueños. “La iglesia lleva un retraso de 200 años...”
5. La crítica a las pretensiones de los monseñores del Vaticano y sus teólogos, según la cual el Papa y las Congregaciones vaticanas, tienen la “Verdad” y las verdades para toda la humanidad, en un mundo ideológicamente pluralista, multi-religioso, multi-cultural, y a pesar de grandes deficiencias, democrático.Ahí cabe también el tema-cuestión de la infalibilidad y su necesaria reformulación.
“La Iglesia debe mantener sus convicciones, aquellas que estima irrenunciables como el tema del aborto y la no manipulación de la vida. Pero debería renunciar al estatus de exclusividad, como si fuera la única portadora de la verdad. Debe entenderse dentro del espacio democrático, en el cual su voz se hace oír junto a otras voces. Y las respeta e incluso está dispuesta a aprender de ellas. Y cuando sea derrotada en sus puntos de vista, debería ofrecer su experiencia y tradición para mejorar donde pueda mejorar y aligerar el peso de la existencia. En el fondo, ella tiene que ser más humana, más humilde y tener más fe, en el sentido de no tener miedo. Lo que se opone a la fe no es el ateísmo, sino el miedo. El miedo paraliza y aísla a las personas de los demás. La Iglesia debe caminar junto a la humanidad, porque la humanidad es el verdadero Pueblo de Dios. Ella lo muestra más conscientemente, pero no se apropia exclusivamente de esta realidad, Leonardo Boff, en entrevista publicada en El tiempo, Bogotá, el domingo 17 de febrero de 2013.
6. En la fase preparatoria de la elección papal, se harán sentir las influencias de los centros mundiales de poder político, económico e ideológico, de manera directa e indirecta: de USA, Alemania, España, Francia, Inglaterra, Unión Europea, Bancos y entidades financieras... El Estado de la Ciudad del Vaticano ha sido y es clave en el juego político mundial.
Si eso no fuera cierto, ¿para que tiene 180 relaciones diplomáticas el Estado de la Ciudad del Vaticano? ¿Por qué y para qué esos estados han abierto las relaciones?
Esta cuestión ha pasado desapercibida, en analistas y opinadores. Si bien es cierto que terminó la influencia directa de los reyes y de los príncipes en la Iglesia y de ésta en las cuestiones de los estados, esa influencia se da de otras maneras, a pesar de la separación Iglesia/Estado y de la declaratoria y aceptación de los estados laicos.
No se puede ser ingenuo y pensar que los estados del antes llamado “Primer Mundo”, la Unión Europea, las multinacionales, las instituciones financieras y los grandes bancos no estén preocupados por la elección papal. Su preocupación va hasta enviar mensajes por medio de sus amigos-monseñores-cardenales, que sí los tienen. Siempre lo han estado, porque consideran que la Eclesiástica católica es su aliada, en términos políticos, económicos, geopolíticos y por el peso de su influencia cultural-espiritual-teológica, en las y los creyentes de base, y mucho más en aquellas bases que viven todavía “la fe del carbonero”.
Las autoridades de las religiones y de las iglesias todavía pueden levantar masas creyentes, utilizando el sectarismo, la manipulación de las conciencias, por el miedo a perder terreno e influencia “sagrada”, y por ende, la pérdida de terreno político y económico.
Los estados son proclives a seguir pactando concordatos con los aparatos burocráticos de la Iglesia católica y convenios especiales con las religiones, sobre todo con aquéllas que son beligerantes como las iglesias cristianas de nueva generación, los monseñores del Vaticano, algunas Conferencias episcopales y los musulmanes. Siempre ronda el miedo a nuevas guerras de religión, que en el pasado fueron absolutamente desastrosas para la humanidad.
Para no ir tan lejos en la historia, Juan Pablo II se alió con Reagan y la Teacher, para dar el último golpe a la URSS y para seguir las conclusiones del Informes Rockefeller y del Informe de la Rang Corporation. Esa alianza llevó al Vaticano a cerrar los ojos para “no” ver la persecusión al clero y al laicado progresistas. El Imperio exigió atención y seguimiento a la Teología de la Liberación, “enemiga” de sus intereses.
A mediados de la década de los sesenta y durante las décadas de los años setenta y ochenta, los años de las dictaduras militares en América Latina, el Estado de la Ciudad del Vaticano no levantó la voz contra la persecusión a la iglesia liberacionista.
Las conferencias episcopales, el Estado de la Ciudad del Vaticano y los monseñores del Vaticano han sido permisivos con los estragos inhumanos del neoliberalismo y del neoliberalismo salvaje, que ha atentado contra la vida de millones de personas. Pero a finales del año pasado y enero de este año, SÍ levantaron masas contra el matrimonio igualitario, en España y en Francia. Afortunadamente perdieron sus esfuerzos, gracias al alto nivel de laicización y laicismo de la ciudadanía, incluyendo creyentes, hombres y mujeres. Por tal razón, Benedicto XVI ha sido muy consciente del peligro real que representa el laicismo para los intereses burocráticos de la eclesiástica. Y lo ha erigido como uno de los enemigos de las religiones.
7. La inmunidad de Benedicto XVI
Tema absolutamente novedoso, dada la mayor conciencia de la validez y aplicación universal de los Derechos Humanos. La creación y actuación de la Corte Penal Internacional es vital en el castigo a los crímenes de Lesa Humanidad. Ahora bien, hay quienes afirman que el tema-cuestión de la pederastia, es un crimen de Lesa Humanidad. Y es reconocido que el cardenal Joseph Ratzinger colaboró en el ocultamiento de los delitos contra la niñez, bajo el Pontificado de Juan Pablo II, así como el cardenal colombiano Darío Castrillón, siendo Presidente de la Congregación para el clero. Sin olvidar otros cardenales y obispos.
La posibilidad de llevar al Papa ante la Corte Penal Internacional (CPI) ha sido planteada desde hace varios años, en el contexto de los crímenes de pederastia. Abogados alemanes ya presentaron la demanda ante la CPI. Es “un signo de los tiempos” y cobra más actualidad con la renuncia.
Según informaciones de prensa, el Vaticano ha acudido al Presidente del Estado de Italia, Giorgio Napolitano, gran amigo de Benedicto, para solicitar colaboración en tan delicada situación y asegurar la inmunidad papal ante el sistema judicial del Estado de Italia. Si bien el Papa no tendría inmunidad como Obispo de Roma y Sumo Pontífice, si la tendría como ex Jefe de Estado.
“... el Tribunal Internacional de Crímenes de Iglesia y Estado (ITCCS), a través de su Secretario, Rev. Kevin Annett, ha escrito al presidente Napolitano, para pedirle que se abstenga de asistir a Ratzinger en la evasión de la justicia”.
Ver cartas originales en ingles en:
Es muy triste, para la conciencia católica creyente, que sea utilizado un título que no tiene nada que ver con el Evangelio, Jefe de Estado, para la defensa del Papa. Jesús no se negó a presentarse ante los tribunales romanos. El Justo perdió su propia defensa. Pero dio la cara.
1. Eduardo Gadea es médico, teólogo y cineasta de Venezuela.
- Héctor Alfonso Torres Rojas es licenciado en teología y sociología
https://www.alainet.org/es/articulo/74007
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