Corrupción y ética en la política

21/05/2013
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“Disminuir la corrupción contribuye al desarrollo de un país. En esos países donde se ha logrado controlar la corrupción y dejarlo a niveles bajos, esos países son los que más se han desarrollado, entonces hay una vinculación entre países desarrollados y baja corrupción”.
(Alfonso Quiroz - “Historia de la Corrupción en el Perú”).
 
Uno de los organismos internacionales que monitoriza el nivel de corrupción y transparencia en 180 estados del mundo es Transparencia Internacional, con sede en Berlín, que presenta un informe anual de todos los países y les da una puntuación de 1,0 a 10,0. De acuerdo con el informe de 2009, el país con el más alto nivel de transparencia del mundo y que ocupaba el primer puesto con una puntuación de 9,4 era Nueva Zelanda. Por otro lado, el estado con el nivel de transparencia política más bajo del mundo y que ocupaba el puesto 180 era Somalia, con 1,1. [15] [16] [17]
 
Podemos decir que“…una tercera parte de la deuda del tercer mundo puede ser producto de la corrupción” (“La corrupción en los países desarrollados y en desarrollo – Un desafío de los 90´” –Peter EIGEN-Presidente de TRANSPARENCY INTERNATIONAL- En “Contribuciones, 4/1995, p.29).
 
Para algunos casos latinoamericanos, ciertas manifestaciones corruptas podrían explicarse por la escasa vigencia de la idea de nación y la ausencia de una solidaridad amplia fundada en el bienestar común, no sólo en el asistencialismo populista o “sistemabilidad”, mal entendida como gobernabilidad.
 
La corrupción le ha costado al Estado peruano: por ejemplo, más de 4% del PBI durante los inicios de la República y 3,1% en la década del fujimorismo. El daño causado frenó nuestro camino al desarrollo, pese al tan voceado crecimiento, hoy amenazado por el enfriamiento de la economía mundial, con efectos a la precarización de la democracia y salidas autoritarias en nombre de la “gobernabilidad”.
 
Hace mucho tiempo que se precisó que el “comportamiento delictivo cruzaba prácticamente todo el Código Penal: desde actos de corrupción, lavado de activos, delitos contra la función jurisdiccional, hasta tráfico de armas, fraudes tributarios, extorsiones, homicidios y delitos contra la humanidad”. (“I. El ámbito de la corrupción”-César San Martín Castro- En “Legislación Penal contra los delitos de Corrupción”-2001, p.201).
 
El ministro de Justicia y Derechos Humanos del Perú, Daniel Figallo, anunció la creación de UNIDADES PROCESALES ESPECIALES que se encargarán de los casos emblemáticos de corrupción,para una mejor lucha contra este flagelo. Encarar con firmeza la precariedad de la sociedad civil y de la sociedad política envuelta en corrupción, no debe ser pretexto para dar paso a condiciones, donde las fuerzas armadas ocupen el lugar que le corresponde a los partidos, los grupos de interés y las organizaciones democráticas de la sociedad civil.
 
“Lo peculiar del presente es que junto a la crisis y descrédito de las instituciones pilares del sistema, asimismo se evidencia la crisis de los partidos políticos, incluidos los partidos de izquierda. –Esto implica-liberarse de viejas ataduras contagiadas de la politiquería criolla; de liberar la mente y asumir valores y comportamientos que sintonicen con los intereses del país y las grandes mayorías” (“Gobierno de entreguismo y corrupción” – Manuel Guerra).
 
Los efectos de la corrupción son nefastos: Favorece la consolidación de élites y burocracias políticas y económicas, erosiona la credibilidad y legitimidad de los gobiernos, reproduce una concepción patrimonialista del poder, reduce los ingresos fiscales e impide que los escasos recursos públicos coadyuven al desarrollo y bienestar social, permite la aprobación y operación de leyes, programas y políticas, sin sustento o legitimidad popular y revitaliza una cultura de la corrupción y contribuye a su proliferación.
 
Corrupción política, en términos generales, es el mal uso público (gubernamental) del poder para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente secreta y privada. El término opuesto a corrupción política es transparencia. Por esta razón se puede hablar del nivel de corrupción o de transparencia de un Estado o Nación.
 
Cabe destacar que el interés personal no es un elemento que necesariamente debe incluirse en una definición, pues los actos de corrupción no siempre benefician únicamente intereses particulares. La corrupción puede beneficiar a familiares, amigos o incluso a una organización, a una causa o movimiento social, político o cultural.
 
Se podría decir que la solución más simple y económica sería simplemente aumentar la sanción. Sin embargo esto no es siempre cierto, pues pueden ocurrir dos cosas. La primera es que el sobornado, en el caso del soborno, pida un mayor soborno, para compensar por el aumento en costos, debido a la mayor sanción. Este monto extra podría ser usado para corromper a las autoridades responsables de supervisar la corrupción y así disminuir la probabilidad de ser sancionado. Lo segundo que puede pasar es que la sanción, al ser tan alta, puede inducir a que la autoridad que aplique un menor número de sanciones. Esto llevaría consecuentemente a una menor probabilidad de ser sancionado al actor corrupto.
 
La clave para en alguna medida frenar la corrupción posiblemente se encuentre en el fortalecimiento del tejido social-institucional. En este sentido la educación en valores puede llegar a ser uno de los pilares, así como procedimientos menos abiertos y más transparentes en relación al manejo del dinero y a la implementación de las transacciones financieras, incluyendo por cierto el uso del llamado dinero telemático o dinero digital, o sea el uso de especies dinerarias electrónicas y nominativas, sin base material anónima, y que permita el cómodo seguimiento de largas cadenas de transacciones. [21] [22] [23] [24] [25] [26]
 
Cuando las acusaciones de corrupción en el Perú, comienza a golpear a los responsables de los mas de 20 años de neoliberalismo, y se siente un vació de alternativas, es mas cuando los peruanos debemos transformar ésta amenaza en una oportunidad, de comenzar a edificar desde el Perú profundo, desde la sociedad civil un nuevo proyecto político y nuevos liderazgos, que tengan como eje la regeneración moral. Comienza la gran tarea nacional: recuperar la decencia y la ética en la política.
 
Como decía César Barrera Bazán: “Tener siempre y en cualquier circunstancia, claro y nítido el objetivo histórico de cambio, para construir un Perú nuevo, con desarrollo integral y soberano, con democracia, paz y justicia social es la clave”. Partamos de lo que nos une; las diferencias las iremos superando en el camino. Ésta es la oportunidad y éste es el tiempo.
 
- Ubaldo Tejada Guerrero es Analista Global.
https://www.alainet.org/es/articulo/76218
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