Sin etnocomprensión la integración es hipocresía
20/07/2013
- Opinión
En América Latina y el Caribe, las y los afrodescendientes constituimos un componente demográfico, cultural, social y espiritual de más de 150 millones de seres humanos esparcidos por los diferentes rincones de tierra firme e insular.
Este componente etnodiverso, desde el momento que fue secuestrado desde África y trasladado a este continente para construir las economías coloniales y ser parte importante de los procesos de cambio que viven hoy nuestros países, no se resignó al sistema esclavista colonial en el pasado y tomó la firme decisión de luchar contra la opresión, la trata negrera y las diferentes formas de colonialismo. Las primeras rebeliones en el proceso colonial occidental en las Américas la iniciaron los africanos y sus descendientes sumados a las luchas de resistencias de los pueblos aborígenes. Miles de africanos y africanas y sus descendientes contribuyeron con su sangre a las guerras de independencia de nuestro continente, destacando el papel de Haití como factor de referencia de un tercer modelo totalmente diferenciado al modelo racista francés y norteamericano.
El proceso de la guerra de independencia, liderado por Bolívar y otros héroes, no hubiese sido posible sin la participación intelectual, moral, política y militar afrodescendiente. El primer acto de integración de todos los sectores excluidos se plasmó en el ejército internacionalista de liberación, teniendo como referencia a Haití y Venezuela.
Los procesos de construcción de las repúblicas independientes y sus respectivos regímenes jurídicos constitucionales, una vez culminadas las guerras que las liberaron, excluyeron a millones de afrodescendientes a lo largo del siglo XIX, ni siquiera Haití fue invitada a participar en la conformación del Congreso de Panamá en 1826.
La modernización de los Estados latinoamericanos y caribeños del siglo XX, también condenó a la exclusión a las y los afrodescendientes.
Iniciando el siglo XXI con el proceso bolivariano, liderado por el presidente Hugo Chávez, comienza un acercamiento a favor de los afrodescendientes, bajo la iniciativa del Movimiento Social Afrodescendiente. Allí se impulsan nuevas formas de integración económica social y política en las perspectivas de la etnocomprensión para avanzar hacia la dignificación de los millones de desfavorecidos de Venezuela y las Américas y el Caribe.
¿Qué es la integración desde la etnocomprensión?
En artículos anteriores intentamos definir la etnocomprensión como la actitud (visión psicológica) y aptitud (capacidad de entender) de un ser humano a otro en su dimensión étnica, espiritual, cultural y ética, respetando su recorrido histórico sumándole a ello su geolocalización para abordarlo en su totalidad como parte integrante de la sociedad.
La capacidad de comprender ha sido una de las grandes fallas de los procesos históricos en nuestra América hacia los sectores más oprimidos (afroíndigenas), al no entender sus simbologías, sus mitos y sus aportes a la humanización del planeta. De ahí que hasta hora sigue costando abordar la integración afro e indígena, no para asimilarlos sino para complementar nuestra diversidad como región. Es por ello que aún en esos procesos de integración, donde se ha hecho un esfuerzo titánico, aun no vemos las líneas gruesas en proyectos programas y líneas políticas plasmadas en nuestras realidades. Aun la visión folklórica y lastimera prevalece hacia estos sectores… es hora de cambiar esa visión y poner en práctica la etnocomprensión en las perspectivas de la integración no asimiladora sino complementaria, con dignidad y respeto.
Hay que aterrizar
Sin embargo, desde mediados de la primera década del siglo XXI, el liderazgo del presidente Chávez presentó una serie de propuestas a nivel de integración y solidaridad con los pueblos de nuestra América. Así surge el ALBA, como contra respuesta al Área Libre de Comercio (ALCA). El ALBA asume tímidamente sin políticas firmes el tema afrodescendiente. No hay resultados concretos en un plan para los sectores afroexcluidos. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), impulsada por el presidente Chávez en diciembre del 2011, deja constancia en unos de sus articulados el reconocimiento a los aportes morales, políticos, sociales de las y los afrodescendientes, pero aun no se ha concretado nada al respecto. Los ministros de Educación de la CELAC reunidos a principios del mes de marzo 2013, en La Habana, sugieren incluir el tema afro en el currículo educativo, sobre lo cual no se ha implementado nada. También desde la CELAC y sus ministros de Cultura, en reuniones realizadas en Surinam y Uruguay, acordaron reafirmar la diversidad cultural de nuestra América, pero hasta ahora el tema afro no ha sido tomado en cuenta. En el Mercosur se ha avanzado un poco sobre el tema afro, realizándose dos encuentros sobre este punto sin feliz resultado. Petrocaribe, dentro de sus cinco objetivos estratégicos para los países que lo integran, destaca el tema de la cultura y el desarrollo económico, sin reivindicar lo afro… ¡hará falta aterrizar este reto!
https://www.alainet.org/es/articulo/77839
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