Solidaridad no es dar lo que a uno le sobra sino lo que otro necesita
Médicos cubanos van a trabajar a Brasil y ya están en 58 países
02/09/2013
- Opinión
Un primer contingente de 400 médicos cubanos ya está en Brasil. Antes de fin de año se completará el grupo de 4.000 profesionales que trabajará en ese país. Servicios similares se prestan en 58 países. Eso es Cuba. Eso es el socialismo.
El comandante en jefe de la revolución cubana, Fidel Castro, definió hace tiempo la solidaridad: no es dar lo que a uno le sobra sino lo que al otro le hace falta. Evo Morales, en el festejo del 26 de julio, día de la Rebeldía Nacional en Cuba, donde fue orador invitado, adhirió al concepto.
Y no son palabras en el aire. Este año se graduaron de médicos muchos bolivianos que estudiaron en Camaguey, Matanzas y Cárdenas, entre otras facultades que son parte de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM).
La creación de esa casa de estudios fue decidida por Fidel, luego que en 1998 países caribeños sufrieran gravísimos daños por huracanes; además de enviar los médicos cubanos, entendió que debía ayudar a la formación de sus profesionales.
El resultado, al cabo de 14 años de esfuerzos, es asombroso. En 2013 la isla graduó a 10.000 doctores en Medicina, entre cubanos y estudiantes extranjeros que procedían de 70 países. El Ministerio de Salud Pública de Cuba precisó que si se cuentan todas las carreras incluidas en las Ciencias Médicas, los graduados ascendieron a 29.000, contando a los de Estomatología, Licenciatura en Enfermería, Psicología y Tecnología de la Salud; Bioanálisis Clínico, Higiene y Epidemiología, Imagenología y Radiofísica Médica.
La Patria de José Martí tiene el más alto índice del mundo de proporción entre médicos y habitantes. Especialmente notable si se tiene en cuenta el punto de partida: cuando venció la revolución cubana había 6.000 médicos y se quedó con la mitad, pues la otra mitad, aburguesada, emigró para buscar un destino más lucrativo y lo más lejos posible de la revolución bajada de Sierra Maestra.
Los logros en medicina son un mérito muy especial porque se lograron a pesar y en contra del bloqueo estadounidense total desde febrero de 1962.
Curan bonito
Más que curar, los médicos formados en Cuba previenen bonito, además de curar, operar y poner toda su sapiencia al servicio de sus pacientes, a los que no considera “clientes”. Lo de “bonito” es porque en la última semana de agosto arribó a Brasil, el del juego bonito en el fútbol, un primer contingente de profesionales cubanos, que junto a otros colegas de Argentina, Uruguay y del mismo Brasil, trabajarán en el programa oficial del gobierno titulado “Más Médicos”.
La crisis política detonada en junio pasado en el gigante sudamericano, con multitudes que ganaron las calles cuestionando desde el transporte público hasta la política, pasando por los sistemas de salud, golpearon duro el prestigio de la presidenta Dilma Rousseff. Y ésta, como parte de su respuesta a ese fenómeno de interpelación y crítica popular, decidió meter mano en el problema de la salud. ¡Resulta que en 700 municipios del país no había ni un solo médico!
De ese estudio concluyó Rousseff que necesitaba con urgencia 15.000 médicos, pero de su propio país solamente pudo captar la voluntad de 1.096, por lo que firmó acuerdos con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para contratar a profesionales extranjeros, mal que les pesó a las asociaciones profesionales médicas comerciales de Brasil, que son como el perro del hortelano, que no curan ni quieran dejar curar.
Así fue como entre los llegados de afuera resaltan los cubanos, cuya plantilla llegará a los 4.000 a fines del presente año. En lo inmediato ya arribaron 400, que al igual que el resto de los médicos extranjeros realizarán cursos sobre la salud pública brasileña y de idioma portugués. Luego se distribuirán, entre otras, en las ciudades de Fortaleza, estado de Ceará, Salvador (Bahía) y Recife (Pernambuco). El programa apunta a las necesidades de la población más humilde del norte y noreste del país, donde las carencias de salud van de la mano de la pobreza y miseria.
Tanto en Haití como en Venezuela
Mientras sucesivos gobernantes estadounidenses han mandado a otros países sus ejércitos, invadiendo y bombardeando, con saldos tan espantosos como el millón de iraquíes muertos desde 2003, las autoridades cubanas, en cambio, mandan sus “ejércitos de batas blancas”. Está claro qué cosa prefieren los pueblos, si misiles y marines, o médicos y vacunas cubanas.
Uno de esos países que más ha podido apreciar la bondad de la isla por sus apoyos en salud es Haití. Los médicos cubanos estaban allí desde muchos años antes del tremendo terremoto de enero de 2010, se quedaron durante esa grave emergencia y siguen allí, prestando servicios en diez departamentos de la empobrecida nación de Jean-Jacques Dessalines. Con golpes de Estado, invasiones, terremotos, cólera y tantas otras calamidades, los médicos de la isla no se movieron de allí, incluso en lugares recónditos donde nunca se había visto uno.
El haitiano residente en Argentina, Henry Boisrolin, que periódicamente viaja a su país, le dijo a este cronista que sus connacionales tienen una escala de valores donde dicen: “primero Dios y segundo los médicos cubanos”.
Otra nación que sabe bien de la cooperación sanitaria de Cuba es Venezuela, que en julio de 2004 firmó el proyecto para la Misión Milagro, de operaciones oftalmológicas gratuitas (de cataratas y terigium o carnosidades).
En junio pasado el vicepresidente venezolano, Jorge Arreaza, anunció que se relanzaba ese programa social para favorecer la recuperación de la vista de personas de pocos recursos. Según Caracas, esa Misión Milagro ha permitido sacar de las tinieblas a 2.5 millones de personas de América Latina y el Caribe, y África.
Normalmente, muchas de esas personas humildes que no podían ver también eran analfabetas totales o funcionales, de modo que junto con el beneficio de la operación de la vista se trabajó con ellas el programa de alfabetización “Yo sí puedo”, también cubano.
Según informó Telesur el 31 de julio pasado, más de 7 millones de personas fueron alfabetizadas en treinta países con ese programa, gracias al cual en 2005 Venezuela fue declarado territorio “libre de analfabetismo”.
También en Argentina
La “Operación Milagro” en Argentina tenía en mayo pasado la valiosa marca de 35.000 pacientes argentinos operados en forma totalmente gratuita. De ellos, 3.500 lo habían sido en el Centro Oftalmológico Dr Ernesto Guevara, que funciona en la Cooperativa Junín Salud, de Córdoba, y el resto en clínicas del sur de Bolivia, en el tiempo que no existía ese centro en territorio cordobés.
El programa es parte de la actividad de la fundación “Un Mundo Mejor es Posible” (UMMEP), cuya titular es Claudia Camba. Justamente en este mes de setiembre la UMMPEP informó que se realizará en Chubut un importante plan de trabajo para el beneficio de la comunidad mapuche de Gan Gan, en el municipio de Telsen. Los graduados argentinos de la ELAM, que llegarán de Buenos Aires, Córdoba, Bariloche y Trelew, caminarán casa a casa en esa comunidad rural para detectar personas con problemas visuales y de analfabetismo. Luego verán de alfabetizar a unos y operar de la vista en el centro cordobés a los demás.
Esas labores son la lógica continuación de los estudios de medicina en Cuba de alumnos de familias de bajos recursos. Fueron becados con la sola condición de formarse como médicos sensibles a las necesidades de sus poblaciones y el compromiso de regresar graduados a prestarles servicios.
En noviembre próximo se hará, posiblemente en Buenos Aires, el acto de graduación de la camada de médicos recibida en julio de este año en Cuba: 387 flamantes médicos. En el acto también se festejará la promoción del año anterior, de 100. En suma, en 2012 y 2013 la isla de la solidaridad, la que se había quedado con apenas 3.000 médicos al momento de la revolución, extendió sus títulos a casi 500 jóvenes argentinos.
Y no les enseñó sólo a prevenir enfermedades y usar, llegado el caso, el bisturí o los rayos. Junto con eso, porque son profesionales de muy buen nivel, la isla les enseñó más sensibilidad social y amor por el semejante. Pueden ser galenos de profesión, pero sobre todo son militantes de la vida, capaces de hacer el bien en su localidad y en cualquier otra de la Patria Grande Latinoamericana.
Mientras la medicina cubana es así, el imperio sigue afectando a la isla con el impiadoso bloqueo económico total. El presidente Barack Obama, desairando algunos pronósticos favorables que ciertas personas hicieron al momento de su asunción, en 2009, viene revelándose como un completo bloqueador. Ha superado todos los récords de multas: más de mil millones de dólares a empresas y bancos acusados de comercio o transacciones con la mayor de las Antillas.
Y esas sanciones también afectan directamente a la salud, como cuando Cuba acusó a Washington de haber incautado 4.207.000 dólares que el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida y la Tuberculosis le había depositado.
Lo dicho antes. El imperio despacha marines, misiles, enfermedades, bloqueos y espionaje para apropiarse de riquezas ajenas. El socialismo caribeño exporta solidariamente médicos, maestros, deportistas, músicos, vacunas y libros.
https://www.alainet.org/es/articulo/78927
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