Con aliados como estos...

07/11/2013
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Con noticias del sorprendentemente amplio espionaje de los Estados Unidos contra varias docenas de líderes y poblaciones de Europa, vemos el crecimiento del estado de seguridad nacional --no, de seguridad internacional.
 
El espionaje ha sido todo el tiempo arma de los estados, especialmente entre naciones rivales o enemigas.
 
Pero con la publicación de los Archivos de Snowden, robados y distribuidos por Edward Snowden, que fue por un tiempo analista de investigaciones de la Agencia Central de Inteligencia, CIA, (del inglés, Central Intelligence Agency)  y de la Agencia de Seguridad Nacional, NSA, (National Security Agency), hoy sabemos que los Estados Unidos considera de la misma importancia, aún más importante, espiar a aliados.
 
No desde los tenebrosos días del ex-presidente Richard Nixon, tristemente célebre por sus intervenciones de las conversaciones telefónicas de disidentes norteamericanos (como el Movimiento por la Paz, el Movimiento por la Libertad de los Negros, y el Movimiento por los Derechos de los Indios Norteamericanos), hemos visto espionaje de tal magnitud.
 
Es verdad, la administración Bush, que tenía apetitos Nixonianos, especialmente en su campaña de conocimiento total de la información, tuvo que reducir el alcance de su espionaje doméstico cuando los luchadores por las libertades civiles protestaron a gritos.
 
Adelantémonos media docena de años, y el conocimiento total de la información hoy suena como algo sencillo.
 
Bajo el Presidente Barack Obama, la seguridad nacional ha sido desencadenada para incluir el espionaje contra millones de estadounidenses y contra millones de europeos de los llamados países "Aliados". Las comunicaciones personales de los líderes de Francia, de Alemania, Brasil y Gran Bretaña han sido interceptadas y grabadas por radio, por los servicios de inteligencia norteamericanos.
 
¿Son Ángela Merkel, de Alemania, François Hollande, de Francia y Dilma Rousseff, de Brasil, sospechosos de conspirar con Al Qaeda? ¿En serio?
 
Un imperio no tiene aliados. Tiene subordinados. Sátrapas. Instrumentos. Nada más.
 
Un imperio no está sujeto a ninguna ley, otra que su propia voluntad.
 
Todo lo que un imperio entiende es expansión.  Más --de todo.
 
Hombre...  ¡eso me suena perfectamente estadounidense!
 
 
--©’13maj
 
 
Traducción libre del inglés enviado por Fatirah Aziz, Litestar01@aol.com, hecha en REFUGIO DEL RIO GRANDE, Texas.
https://www.alainet.org/es/articulo/80727

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