Desestabilización

14/02/2014
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Las acciones desestabilizadoras son de sobra conocidas, y lo que es más grave, es que son padecidas desde siempre por los países en vías de desarrollo, anteriormente designadas como del tercer mundo.
 
En esa misma dinámica feroz de los centros de poder, es obvio que están inmersos en la conjugación continúa del verbo desestabilizar.
 
Como consecuencia del éxito de la Segunda Cumbre de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe, CELAC, realizada en la Habana con la sola ausencia de Panamá, por su entreguista Gobierno, son sin duda los provocados disturbios en Venezuela y Brasil, así  como el ataque directo a la economía de Argentina.
 
No nos deben de sorprender estas acciones de penetración trasnacional; en pleno Siglo XXI, los imperialistas no entienden aún que sus hegemonías ya han entrado en decadencia.
 
Prueba irrefutable de lo anterior, son las intervenciones descaradas de los centros de poder en Honduras y Paraguay.
 
La mayoría de los pueblos de nuestro Continente, sobre todo los del Cono Sur, han optado por sus buenos resultados, por gobiernos de izquierda o de avanzada.
 
El más claro ejemplo es el de Chile, donde después de un periodo donde la ciudadanía dio una nueva oportunidad a la derecha, se convenció de su equivocación, y ahora en días nuevamente asumirá la Presidencia la socialista Michellet Bachelet.
 
Y no debemos de olvidar lo que puede ocurrir en ese sentido en las sendas segundas vueltas electorales en Costa Rica y El Salvador.
 
La desestabilización en Brasil se inicio con el alza en el transporte público, luego emigró para oponerse al Mundial del Fútbol, en un país eminentemente futbolero, para ahora inventar disturbios con el pretexto de la Reforma Agraria.
 
En Argentina, la derecha más trasnochada recurre a la viciada estrategia de la fuga de capitales; el Gobierno de Cristina Kirchner tomó las medidas oportunas y pertinentes para hacer abortar el movimiento de los desnacionalizados.
 
Ahora le toca a la "odiada” República Bolivariana de Venezuela; el Presidente Nicolás Maduró ya había visualizado la estrategia de desestabilización que aprovecha el lacerante fenómeno de la inseguridad pública y el creado aumento de los precios en los productos y servicios.
 
Es más, convocó a la oposición para enfrentar el flagelo y tomó medidas para contrarrestar las alzas y el desacato a las órdenes de gobierno.
 
No obstante ello, la más rancia derecha organizó disturbios estudiantiles con el propósito de que hubiera muertos. Directamente fueron agredidos a balazos dos jóvenes, uno de las filas bolivarianas y un estudiante de los convocados.
 
El presidente Maduro ya lo denunció, estamos ante un nuevo intento de golpe de Estado, como el que sufrió en el 2010 el presidente Hugo Cháve;, sin embargo hoy no nos tomarán por sorpresa, estamos preparados y los culpables de los asesinatos serán identificados y llevados a los tribunales.
 
Desde luego que el gobierno bolivariano también enfrenta una campaña de desprestigio a nivel mundial, es también parte de la estrategia de la desestabilización.
 
El conjunto de naciones ahora integradas a la CELAC, y la Organización de los Estados Americanos. OEA, que sigue mangoneando Estados Unidos y muchas otras naciones del mundo, defenderán, que no quepa duda, la integridad, la soberanía y la estabilidad de la República Bolivariana de Venezuela.
 
- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.mx, y www.clubprimeraplana.com.mx
https://www.alainet.org/es/articulo/83186
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