Con una condena a la persistencia del colonialismo en el Caribe y el mundo, y un rechazo a la presencia de enclaves militares en la zona, concluyó la III Asamblea de los Pueblos del Caribe -APC-, que tuvo lugar del 20 al 24 de agosto en Cabo Haitiano, al Norte de Haití. Los 900 representantes de los pueblos del Caribe, en presencia de 300 observadores/as, provenientes de un total de 21 países del Caribe, las Américas y Europa, emitieron una declaración que proclama que "Otro Caribe es Posible". Bajo el lema de "Pueblo Caribeño, Construyamos nuestro Caribe soberano, igualitario, equitativo justo y en Paz", la Asamblea se desarrolló, entre otros motivos, para identificar los problemas actuales del Caribe y definir estrategias "para la construcción de un Caribe soberano que va a la búsqueda de una nueva identidad fiel con su tradición de resistencia, rebeldía y las múltiples raíces históricas y de civilizaciones que la componen"; así como para continuar la construcción de la APC como un espacio de intercambio y de trabajo entre los movimientos sociales de la región opuestos a la globalización capitalista. La III APC abordó el problema de la fragmentación, proponiendo la cultura de los pueblos de la región como matriz de una redefinición sobre la base del rechazo de la civilización occidental capitalista. El programa abordó también la agenda para los meses venideros, en particular en el marco de la lucha contra el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), y la participación de la región caribeña en los próximos encuentros y movilizaciones, incluyendo entre otros las movilizaciones y encuentros contra la OMC y el ALCA (Cancún, Septiembre; Miami, Noviembre; Cuba, enero) el Foro Social Mundial (India, enero) y el Foro Social de las Américas (Quito, marzo). Dominación económica y cultural El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, en el acto de apertura de la Asamblea, antepuso el "pensamiento autónomo" al "pensamiento único" de la globalización neoliberal. Pérez Esquivel criticó a la deuda externa, calificándola de "deuda eterna", y al ALCA, señalando que éste favorecerá un incremento de la pobreza y la militarización. El Premio Nobel afirmó que el mundo se encuentra hoy frente a un imperio norteamericano que está alcanzando su velocidad de crucero luego de los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001. Enfatizó que se trata de una dominación no sólo económica, sino también cultural. Tras afirmar que los EE.UU. quieren la muerte de todas las culturas, Pérez Esquivel insistió en que la capacidad de resistencia de los pueblos debe ser profundamente cultural, pues los pueblos que pierden su cultura desaparecerán. Y de hecho lo cultural estuvo muy presente en la Asamblea. Desde la convocatoria, la APC propuso "valorar la cultura caribeña por la crítica radical de la sociedad de consumo de masa y el acercamiento entre las culturas nacionales, estimulando así la creatividad regional". El evento conmemoró el 212do aniversario de la Sublevación General de los esclavos de la llanura del Norte, iniciado el 21 de agosto del 1791, que condujo dos años más tarde a la abolición de la esclavitud y en 1804 a la creación del Estado Haitiano. Se realizó una caminata a Bwa Kayman, donde se realizó una ceremonia en el lugar donde los esclavos se habían reunido, una semana antes de la sublevación, para prestar el juramento de romper las cadenas que los subyugaron. La Asamblea adoptó el "Manifesto de Bwa Kayman", en el cual expresa que esta conmemoración "es una manera de manifestar nuestra firme determinación de retomar el proyecto de nuestros ancestros, para continuar la lucha por la liberación. Liberación en resistencia contra todas las otras cadenas que amarran a nuestro pueblo como nueva forma de esclavitud capitalista: cadenas económicas con el proyecto ALCA; cadenas sociales, culturales, políticas con el plan de ajuste estructural y de globalización neoliberal". También reclama "el reconocimiento del papel que Bwa Kayman jugó en la modificación de la declaración de los derechos humanos de 1789 que no reconocía a los esclavos como seres humanos". Por ello, el Manifesto declara Bwa Kayman patrimonio internacional, y pide su reconocimiento por los organismos internacionales en el 2004, coincidiendo con los 200 años del grito de la independencia de Haití. Contra la militarización y el colonialismo En su "Documento sobre la militarización en la región", la III Asamblea declara que ésta constituye "el brazo armado del diseño estratégico del gobierno de los EE.UU. para la recolonización de nuestro subcontinente". Lo califican de "serio peligro para la paz y la seguridad en la zona, así como una amenaza para las luchas que libran nuestros pueblos por un futuro de paz, con desarrollo y justicia social para sus respectivos países". Se denuncia que estas instalaciones han servido de punta de lanza o de ensayo para muchas de las agresiones en el área y en otras zonas del mundo. El incremento de las instalaciones, estaría sirviendo para la creciente intervención estadounidense en conflictos internos, como es el caso del Plan Colombia, o como disuasión, para las amenazas y planes agresivos contra Cuba, y la hostilidad hacia la Revolución Bolivariana en Venezuela, o para enfrentar "el creciente movimiento popular que se opone a la dominación de los Estados Unidos sobre Nuestra América mediante la imposición del Área de Libre Comercio y del Plan Puebla- Panamá". Por lo tanto, la Asamblea exige que el Caribe sea "una zona libre de la presencia militar imperialista". En otra "Resolución contra el colonialismo", se recuerda que aún existen países colonizados en el Caribe, que son: Guadalupe, Martinica, Guyana francesa, colonizados por Francia; Curazao, San Martín y las demás Islas de las Antillas Holandesas colonizadas por Holanda; Anguilla, Bermudas, Islas Vírgenes Británicas, colonizadas por Gran Bretaña; y Puerto Rico e Islas Vírgenes colonizados por los Estados Unidos. Siendo que los pueblos de las naciones colonizadas han sido privados de su derecho a la libertad e independencia, lo cual constituye una violación de los derechos democráticos fundamentales de esos pueblos, que el colonialismo ha creado una situación de subdesarrollo y pobreza, y considerando un anacronismo la existencia del colonialismo en el siglo 21, la Asamblea resolvió denunciar la presencia de estructuras de dominación colonial en el Caribe y apoyar la lucha por la soberanía e independencia de todos los pueblos de las naciones colonizadas. El ALCA: proyecto de recolonización La III Asamblea también se pronunció sobre el ALCA, estableciendo que el proyecto de Área de Libre Comercio de las Américas constituye "un esquema recolonizador" que el gobierno de EE.UU. intenta imponer a los pueblos de la región sin ninguna clase de consulta ni consentimiento de la ciudadanía. Se considera que este proyecto "hará mas subordinada y dependiente nuestras economías y pulverizará los reducidos espacios de independencia y soberanía que les quedan a los países del área frente a los designios de su más poderoso vecino en el hemisferio". El documento denuncia que el ALCA pretende perpetuar las políticas neoliberales sustentadas por los organismos multilaterales, bajo el control de un reducido grupo de países ricos. Mecanismo que, "más allá de representar un supuesto acuerdo comercial entre economías asimétricas, abarcaría diferentes esferas como la de los servicios, inversiones, propiedad intelectual, cuyos grandes beneficiarios serán los monopolios transnacionales estadounidenses". Y añade: "Se debe tener en cuenta que el Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI) es el padre del ALCA, lo que podría ser suficiente para tener claro las pretensiones que en el tema tan sensible como las inversiones tienen los Estados Unidos, de su alcance y de su protección. En el entraría todo, desde la inversión directa hasta cierta forma de la deuda, protegiendo a las transnacionales de medidas de expropiación y nacionalizaciones". Se considera, además, que con este "esquema de subordinación" no solo EE.UU. "pretende excluir de su 'patio trasero' la presencia de intereses europeos y asiáticos, sino destruir los esfuerzos integracionistas que se han llevado a cabo en América Latina y el Caribe". Mujeres y juventud se organizan En los días anteriores a la Asamblea, se realizó un Foro de Mujeres y un Foro Caribeño de Jóvenes. El primero trató en particular el tema del ALCA en su impacto para las mujeres, las cuales, se señaló, representan el 70% de las personas pobres en el mundo. Una de las ponentes apeló a las mujeres a tomar conciencia de los efectos devastadores para las mujeres de la liberalización de mercados, la cual engendra crisis en los países pobres, aumento de la miseria, del SIDA y de la violencia hacia las mujeres. Se convocó a las organizaciones de mujeres a presionar a sus gobiernos hacia un cambio de actitud respecto al ALCA. El foro de la juventud, donde participaron más de 350 personas, abordó el impacto en los jóvenes del proyecto neoliberal, que en muchos casos les deja como únicas opciones la droga, la prostitución o la expatriación, o les empuja al consumismo y la alienación. Entre las alternativas propuestas hubo un llamado a impulsar un movimiento de jóvenes "democrático, participativo, representativo, autónomo, reivindicativo, pluralista y patriótico". ********** La III Asamblea expresó de manera particular su solidaridad con el pueblo haitiano, anfitrión del evento, en una resolución que "condena la violencia permanente ejercida contra la población por el gobierno y los grupos paramilitares y denuncia la polarización estéril que opone las fuerzas políticas que monopolizan el escenario político". Rechazó el reciente refuerzo de las medidas de ajuste estructural por parte del gobierno, que ha implicado, entre otros, fuertes recortes en el presupuesto de la educación. La Asamblea manifestó también "su inquietud con relación a las desastrosas y previsibles consecuencias de la política de creación de zonas francas".