Paraguay busca una alternativa

Lugo marca el camino del cambio

02/04/2007
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Asunción

La oposición se junta para derrotar al continuismo del Partido Colorado, pero aun falta mucho por recorrer. Lo que queda claro es que el ex sacerdote está bien posicionado de cara a las elecciones presidenciales de abril 2008.

La manifestación de fuerza popular que realizó el jueves el ex obispo y pre candidato a la presidencia de Paraguay, Fernando Lugo, da un poco de aire fresco al cansino y pesado clima político del poder en Paraguay, dominado por más de cincuenta años por el Partido Colorado, la mayoría de ellos por el dictador Alfredo Stroessner, pero que desde su caída en 1989, supo perpetuarse hasta estos días.

La plaza ubicada frente al Congreso asunceño se vio colmado por casi veinte mil personas, muchas de ellas movilizadas por el Partido Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (Unace), del ex general Lino Oviedo, que aun exiliado en Brasil demuestra que tiene una raigambre campesina y de clase baja que aun le falta al ex prelado y a su movimiento Tekojoja.

Muchos colores y banderas de varias agrupaciones políticas se vieron en la concentración que fue confluyendo desde distintos puntos de la capital y que se realizó a un año de aquella más multitudinaria pidiendo independencia en la justicia, encabezado por Lugo y que lo catapultara a la consideración social y el protagonismo preelectoral.

Aun cuando el Partido Liberal Radical Auténtico y el Movimiento Patria Querida no apoyaron la marcha, se vieron seguidores de esas tiendas políticas, como coloradistas hartos del coloradismo, gran parte de la izquierda, agrupados en el Bloque Social y Popular y Resistencia Ciudadana, Encuentro Nacional y hasta los “carriteros”, aquellos que juntan la basura que dejan los que más consumen.

A poco más de un año de la elección presidencial en la que hay varias precandidaturas pero ninguna definición, los analistas coinciden en que para derrotar al coloradismo, aun falta reunir a todas las fuerzas políticas. Es que la maquinaria política del partido actual está tan aceitada que llegado el momento –aunque nunca se frena del todo-pondrán a andar los engranajes clientelistas en una sociedad empobrecida y acostumbrada a la dádiva. El crecimiento económico casi nulo que no alcanza para sacar a las masas de la pobreza hace lo restante, o lo alimenta.

En el acto, que llevaó el lema “Unidos para el cambio. Jaku´eke, Paraguay” sólo hubo dos oradores, el propio Lugo y el sindicalista Bernardo Rojas, del Bloque Social y Popular. La gente gritaba contra el presidente Nicanor Duarte Frutos: “Nicanor ijapu” se escuchaba por las calles y ya en la plaza del Cabildo.

El ex sacerdote criticó a las cúpulas oficialistas y otras que lo apoyan de hacer fracasar la transición democrática. “El oficialismo quiere cambiar la Constitución no para reducir los niveles de violencia, generar puestos de trabajo, dar acceso a la tierra a los campesinos, sin para satisfacer intereses mezquinos y repartir cupos de poder en un nuevo mandato” afirmó desde el escenario.

“Paraguay vive un momento crítico, que se manifiesta en forma dramática en la hambruna de centenares de miles de personas” sentenció, para luego pedir a los paraguayos “ acoplarse al ritmo de la historia, cuya fuerza arrolladora promete un cambio en muy corto plazo”.

Por su parte Rojas, al que se menciona como posible candidato a vicepresidente, cargó contra el presidente: “Nicanor nos quiere engañar, dice que es antiliberal, antisojero, pero ellos son los que lo sostienen. El presidente es el principal ejecutor de de las recetas neoliberales que representan a los grupos económicos oligarcas, la patria sojera y el modelo antipopular” se despachó.

Y aunque esta marcha fue pidiendo lo mismo que aquella que convocó a cuarenta mil personas por mejor justicia, nadie la tomó como tal, de hecho fue un acto de campaña para ver en qué lugar esta parada la oposición y en qué condiciones, de cara a abril de 2008. Salió bien, Lugo ya es el claro referente que intentará llegar al Palacio de López con apoyo de los sectores más desfavorecidos.

Antes deberá articular cuidadosa y hábilmente los intereses y ambiciones que conforman la concertación, deberá consensuar una política común, integradora y superadora de las diferencias partidarias.

El nuevo espacio político tendrá que superar el cortoplacismo y constituirse en una verdadera opción que trabaje seriamente para el cambio anunciado en los discursos. Deberá lograr lo que en América Latina no es moneda corrientes en los procesos políticos: conformar un bloque sólido con una base ideológica popular, de carácter liberador de los pueblos, democrático y participativo

Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina
http://www.prensamercosur.com.ar
https://www.alainet.org/fr/node/120319
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