Haiti-Crisis :

Los jesuitas profundamente conmovidos

12/04/2008
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Posicion de los jesuitas en Haiti
Documento transmitido a AlterPresse el 11 de abril de 2008

Nosotros, los jesuitas que trabajamos en Haití en diversos campos, somos testigos del drama cotidiano que viven millones de hermanas y hermanos haitianos. Como Yahvé en el desierto, vemos la miseria del pueblo y oímos sus gritos : “Yo soy Yahvé, tu Dios. He visto tu miseria y oído tu grito. Conozco tus angustias. Lo que quiero para ti es la vida, y no la muerte. Pero, ¿a quién enviar para liberarte ? En el pasado Moisés fue mi mensajero para liberar a mi pueblo y sacarlo del esclavismo en Egipto. En Mi nombre lo condujo a una tierra que manaba leche y miel”. (Ex 3,7-12).

La miseria de nuestro pueblo es, hoy en día :

- Los millones de haitianos que son víctimas del alza vertiginosa e incesante de los precios de los productos de primera necesidad y que son incapaces de atender sus necesidades más elementales, como la alimentación.
- El descenso de la producción en todos los sectores de la economía nacional, que llevan a la hambruna y a la total indigencia.
- La vergonzosa e insoportable depauperización de las poblaciones urbanas y rurales.
- El aumento de la inseguridad, especialmente la reaparición del fenómeno de los secuestros, y la desesperación de los jóvenes.
- Nuestra nación está sumergida en la vergüenza y la desesperanza, con su soberanía pisoteada y con la mayoría de la población viviendo en condiciones infrahumanas.


La miseria de nuestro pueblo también es, hoy en día :

- La incapacidad total de la mayoría de nuestros gobernantes de hacer frente a los problemas fundamentales de la sociedad.
- La ausencia total de una oposición política constructiva, susceptible de controlar y estimular una actuación gubernamental en beneficio de la nación.
- La total aniquilación de la función política del Parlamento, lleno de incomposturas, tales como la corrupción, la venta de cargos…
- La irresponsabilidad de la comunidad internacional, sobre todo de los países que se dicen amigos de Haití, de las instituciones financieras multilaterales (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Banco Interamericano de Desarrollo…), que no han mantenido sus promesas a Haití y asisten cínicamente al descenso a los infiernos de la sociedad haitiana.


El pueblo haitiano es un pueblo valiente pero ya no puede más. Atormentado por la miseria, grita. SU grito se convierte en llamada.

El grito de nuestro pueblo es, hoy día :
- Los miles de jóvenes que toman las calles para decir que ya no pueden más y que exigen que los responsables políticos asuman sus culpas.
- Los millones de desempleados, atenazados por el hambre, que gritan su cólera en las calles de Puerto Príncipe y en las ciudades de provincias.
- Los padres y las madres que no pueden alimentar a sus familias y que están gritando su miseria en las manifestaciones callejeras.
- Los niños demacrados de las barriadas marginales y de los campos que gritan todos los días porque no encuentran qué comer y porque no tienen futuro.


Reclama, grita, nunca bajes los brazos, oh, pueblo, ¡ten valor ! Debes ayudarme a que te ayude. Contigo puedo hacer mucho. Sin ti, no lo lograré. Me necesitas, lo osé. Soy tu Aliado irremplazable. Pero yo también te necesito a ti, a tus gritos, a tu unidad, a tu experiencia de pueblo que sufre, a tu valor. ¡Vamos, trabajemos juntos ! La victoria estará de nuestro lado porque luchamos por una causa justa. Conoces mi nombre : Soy el Dios de la vida y no de la muerte. Conoces mi Proyecto. Jesús de Nazaret lo explicó bien en el Cuarto Evangelio : “He venido parta que haya vida y para que la haya en abundancia” (Jn 10,10)

Estamos profundamente conmovidos por esta situación intolerable e indignante que amenaza con ensombrecer nuestro país con nuevos dramas. Nos sentimos profundamente unidos a este pueblo que sufre y sinceramente solidarios con los más castigados.

Por eso, en nombre de nuestra fe cristiana y de nuestro compromiso como padres jesuitas, exhortamos :

- A los responsables políticos

. Al Presidente de la República : a tomar rápidamente decisiones políticas que se apliquen y que restablezcan la confianza y la paz ; a emprender una profunda reforma de las instituciones para, al fin, poner al país en el camino del desarrollo.

. A los altos responsables del Estado (primer Ministro, ministros, secretarios de Estado, directores generales, senadores, diputados, etc.) : a corto plazo, a elaborar y poner en marcha (con la menor dilación) un programa de urgencia real y eficaz para aminorar los sufrimientos de la población ; a largo plazo, a utilizar los recursos intelectuales y el conocimiento de nacionales y extranjeros para elaborar y poner en marcha un verdadero plan de desarrollo nacional.

- A los partidos y organizaciones políticas

A asumir su responsabilidad de criticar y controlar la acción del gobierno, a ayudar en la búsqueda de soluciones apropiadas al drama que vive nuestra sociedad : a participar efectivamente en la reforma del Estado para sacar a nuestro país de la vergüenza y el marasmo.

- A los comerciantes, a los industriales, a los importadores, a los banqueros y otras fuerzas vivas de la nación

A contribuir al alivio de los sufrimientos de nuestros ciudadanos y nuestras ciudadanas ; a concienciarse de la necesidad de trabajar juntos para ayudar a que Haití avance.

- A todos los miembros de la sociedad civil : líderes religiosos, educadores, estudiantes, dirigentes y miembros de las asociaciones, sindicatos, obreros, artesanos, pequeños comerciantes, agricultores... A avanzar y buscar juntos soluciones a los problemas de nuestro pueblo.

- A la comunidad internacional

En especial a los países amigos de Haití y a las instituciones financieras multilaterales, a respetar sus compromisos con Haití, sobre todo sus numerosas promesas de cooperación, y a ayudar realmente al país a salir de este atolladero.

¡Oh, pueblo de Haití ! Continúa reclamando, gritando y convocando a aquellos que has elegido para que te sirvan. Tu fuerza será la no violencia organizada y continua. La violencia nunca es eficaz. Me llamas. Sí, estaré contigo y en ti por la fuerza de Mi espíritu.

Los jesuitas de Haití :

P. Pérard Monestime, sj

P. Derino Sainfariste sj

P. Kawas François, sj

P. André Charbonneau,sj

P. Miller Lamothe, sj

P. Claude Souffrant, sj

P. Ramiro Pampols, sj

P. Kénel Sénatus, sj

P. Gilles Beauchemin, sj

P. Gontrand Décoste sj

Frère Mathurin Charlot sj

Thomas Dabady, sj

P. Godefroy Midy sj

Source:  Alterpresse  http://www.alterpresse.org

https://www.alainet.org/fr/node/126912?language=en
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