China tendrá su propia crisis: un llamado a un horizonte más claro

23/01/2009
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El horizonte claro es uno de los beneficios inesperados de la crisis económica. La neblina marrón que normalmente oculta la mayor parte de Hong Kong se levantó de repente con la desaceleración de la actividad manufacturera. Lamentablemente, es poco probable que la calidad del aire mejore antes de empeorar. Los funcionarios chinos están demostrando su cara más valiente, al decir que algunos indicadores económicos muestran una recuperación; pero si damos un vistazo más de cerca, las cifras exponen el deterioro de la situación. Por lo tanto, podemos estar en alguna playa que soporte el clima en el Mar de la China Meridional.

Shenzhen y Dongguan, dos de los principales centros de manufactura a lo largo del delta Río Perla, están siendo devastados. Las fábricas están despidiendo trabajadores, anunciando vacaciones extendidas por el Año Nuevo lunar, e incluso cerrando sus puertas.

Se calcula que el 20% de las fábricas regionales podría quedar en bancarrota a fines de año, lo que afectaría a millones de trabajadores. Muchas fábricas y mercados se están transformando para dar nuevos servicios, tales como hoteles de bajo presupuesto y dormitorios, en un intento para generar más ingresos. La suba en la demanda de electricidad y la escasez de energía que alguna vez fueron elementos básicos de la vida cotidiana, se están convirtiendo en recuerdos distantes. La Comisión Reguladora de Electricidad del Estado informó que el consumo de energía cayó 8,93% en diciembre. Lo cual ayuda a explicar la notable mejora en la calidad del aire, desde que los generadores de electricidad no tienen que recurrir a las unidades auxiliares térmicas para satisfacer el exceso de demanda.

Los salarios bajan al mismo tiempo que los trabajadores desplazados de las fábricas buscan desesperadamente fuentes de ingresos. Las últimas imágenes de los inquietos solicitantes, haciendo cola para ocupar puestos de salarios inferiores a los mil yuanes (poco más de 100 dólares estadounidenses) por mes, lo dicen todo. Muchas personas están partiendo al interior, produciendo un multiplicador negativo en la economía local. El gobierno de Guangdong estimó que 600.000 trabajadores migrantes se quedaron al margen a fines del último año.

Los restaurantes están reduciendo sus precios en un esfuerzo por atraer clientela, a las presiones deflacionarias de la alimentación. Esto se convertirá en combustible de nuevos desequilibrios mundiales, así como China se transformará en fuente de deflación mundial. Las esperanzas y aspiraciones de Macao para tocar en la rica veta de turistas chinos en busca de lugares para hospedarse, se fueron por el desagüe, con la mayoría de los casinos que redujeron hasta la mitad su personal. Estas son las razones por las que la tasa de desempleo está en aumento, y el malestar social se está extendiendo.

Beijing está en carrera contra reloj, tratando de contrarrestar de la manera más urgente la recesión mediante la apertura de los grifos fiscales, la reducción de los tipos de interés y el debilitamiento de la moneda. Sin embargo, esto no será suficiente para compensar la caída en la demanda externa.Las exportaciones representan el 40% del PIB (Producto Interno Bruto), y la demanda interna china no es suficientemente robusta para compensar la caída en el comercio. Una mirada a los números lo dice todo.

En un nivel agregado, a finales del ejercicio anual los datos del comercio fueron desalentadores. Las exportaciones se redujeron en un 2,8% en diciembre, mientras que las importaciones disminuyeron en un 21,3%. Pero si examinamos detenidamente los informes de los principales servicios veremos resultados escalofriantes. El volumen de carga en la Carga Aérea Terminal de Hong Kong cayó el 29,7% en diciembre. Otros servicios de transporte marítimo a lo largo del río Pearl Delta informaron similares disminuciones. Por lo tanto, la expectativa de que China iba a evitar el caos de la recesión mundial resulta falaz.

Los intentos del gobierno chino para reactivar la demanda interna no están teniendo un impacto significativo. La industria del automóvil es un indicador interesante. Los automóviles chinos son principalmente para el consumo interno, dada la gran demanda insatisfecha. Sin embargo, las ventas de automóviles aumentaron sólo 7,3% durante el 2008, lo que marca el peor el rendimiento en más de una década. La mayor desaceleración se produjo durante el último semestre del año, como se dieron los efectos de la crisis mundial de crédito. Aunque las cifras eran malas, las oficiales pudieron haber sombreado la verdad. La Ford Motor Company anunció que las ventas anuales de sus empresas chinas bajaron 5,9% en el 2008.

Por lo tanto, la crisis se profundiza. Lo cual tiene consecuencias en los precios de los productos y el resto de los mercados emergentes. Había grandes expectativas respecto de que China iba a ocuparse de la holgura que se está generado por los Estados Unidos de América y Europa. Sin embargo, el tamaño de la economía china está a sólo a 4,1 billones de dólares estadounidenses, menos de una décima parte de la combinación de EUA.y las economías europeas.

Además, parece que China va rumbo a tener su propia crisis económica. Por lo tanto, no hay mucho que contribuir a la demanda mundial. Esto sugiere que podamos ver más claro el horizonte que hay por delante en la mayor parte de la China continental, pero la mejora de las condiciones ambientales serán principalmente por una contracción de la actividad económica mundial.

Walter Molano
Economista estadounidense, doctor de la Duke University (Durham, Carolina Norte, Estados Unidos de América), profesor de Economía de la Columbia University (New York, EUA), y economista-jefe del fondo BCP Securities (BCP'S). Para MERCOSUR Noticias.
 

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