Supracapitalismo e ingobernabilidad global (IV)

05/06/2011
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“Spanish revolution, people of Europe rise up” (“Revolución española, pueblos de Europa levantaos”)
 
(Texto en pancarta de manifestantes en la Plaza de la Bastilla de París, en apoyo a la reciente “Rebelión de los Indignados”, en España).
 
Tal y como hemos venido sosteniendo en los escritos anteriores, la creciente financierización de la economía, con su énfasis en la especulación en detrimento de la producción real, se encuentra detrás del actual proceso de transformación de las quiebras bancarias en quiebras de Estados -1-.
 
Como era de esperarse, la crisis financiera mundial está siendo endosada (en Europa y en los Estados Unidos, donde ésta se originó), sobre los remanentes de un sistema de bienestar social que ya venía siendo erosionado desde la época de Reagan (período en el cual, “coincidentemente”, de acuerdo con Krugman, empezaron a ser desmanteladas en EEUU las regulaciones y normativas bancarias y financieras que se habían puesto en marcha a raíz de la Gran Depresión -2-),y que ahora, en forma directa, golpea de lleno a la clase trabajadora, a jubilados y pensionados, a los jóvenes que recién están ingresando al mercado laboral, a los trabajadores en edad madura y, por sobre todo, propina un golpe mortal sobre los presupuestos en salud y educación.
 
Por otra parte, existe consenso entre una parte importante de analistas, respecto a la marcada naturaleza estructural de la presente crisis global del capitalismo, una característica todavía más determinante y grave que la presentada décadas atrás durante la crisis de los años treinta.
 
Y de esa cuenta, es que no pocos economistas sostienen que hoy en día, la profundidad de la crisis reduce la búsqueda de salidas a solamente tres opciones reales; la reducción de déficits fiscales y presupuestarios (que es lo que ya está en marcha en varias naciones de Europa y en los EEUU); el incremento de impuestos (generalmente dejando afuera a los más ricos); y, como tercera opción, la inflación (que ya está en marcha en la economía norteamericana, con la emisión ilimitada de papel moneda sin respaldo alguno).
 
Y como bien se ha resaltado, éstas tres opciones, ya sea que se implementen por separado o en forma combinada y simultánea, no hacen sino dificultar todavía más la tan ansiada recuperación económica, y por ende, provocan malestar social, inestabilidad política e ingobernabilidad.
 
Por ello es que algunas veces se menciona que frente a la presente crisis capitalista, los tradicionales centros hegemónicos del sistema se encuentran en un callejón sin salida.
 
Para nosotros, en América Latina, al parecer las cosas son distintas. Tenemos más opciones pero todas ellas están sujetas a la precondición de obtener una gradual pero constante “desconexión” de tales centros hegemónicos del capitalismo mundial.
 
Esta “desconexión” no es un asunto “esotérico” o abstracto. Como sostiene Laura Martínez, tiene mucho que ver con problemas irresueltos, tales como los flujos de capitales que van de la región (latinoamericana) hasta los países mas industrializados, mediante el pago de la deuda externa; la repatriación de las ganancias de las transnacionales; la fuga de capitales organizados por los capitalistas latinoamericanos; la deuda interna en incesante incremento, etcétera (3).
 
Todo esto está íntimamente relacionado con el proceso de Integración regional autonómica, algo en lo cual ya se viene avanzando poco a poco en ciertos proyectos específicos (ALBA, UNASUR, BANCO DEL SUR), y se viene discutiendo en espacios de debate internacional como el Foro de Sao Paulo, que a propósito, recién acaba de congregar a los principales partidos políticos de izquierda de todo el mundo, en la ciudad de Managua los días 17 al 21 de mayo de los corrientes.
 
Pero eso no es suficiente. Hace falta incorporar al debate del problema de la financiarización a los sindicatos y sus bases, a los movimientos sociales y populares, estudiantes, maestros, amas de casa, obreros, campesinos, al sector de profesionales y otras capas urbanas y rurales.   
 
La financiarizacion nos impacta negativamente a todos de manera directa y cotidiana, afectando de manera brutal tanto nuestros niveles como calidad de vida, de empleo, seguridad social, salud, educación y en fin, este proceso vital del supracapitalismo amenaza la propia existencia de vastos sectores sociales del centro y la periférica capitalista.
 
Para que ningún ciudadano (de Latinoamérica o de cualquier otra región del mundo), no se olvide de la advertencia que se podía leer en una de las pancartas de uno de los “indignados”; “Fíate de un banco y dormirás en el” (4).
 
Notas:
1- Al respecto, Krugman sostiene: “Porque nuestro déficit actual es, en su mayoría, una consecuencia de la crisis financiera de 2008, que devastó los ingresos y aumentó el coste de programas como el seguro de desempleo… (“La primavera de los banqueros”: Paul Krugman; Revista Sin Permiso, 08/05/11).
2- Op. cit.
3- Banco del Sur: Laura Martínez (http://www.econlink.com.ar/banco-del-sur).
4-Frase citada por Gustavo Duch Guillot en su articulo: “La revolución de las pancartas” (Alainet; 30/05/2011).
 
- Sergio Barrios Escalante es Científico Social e Investigador. Escritor y Ensayista. Edita la Revista Raf-Tulum.
https://www.alainet.org/fr/node/150278
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