Mientras el sábado 14 de enero,  Otto Fernando Pérez Molina,  general retirado,  era investido con la banda presidencial, pobladores repudiaban que un ex-militar gobierne el país.

Los participantes realizaron una marcha por el centro histórico,  luego se detuvieron en la sexta avenida de la zona uno, en donde con diferentes actos dieron a conocer las múltiples violaciones a los derechos humanos cometidas por el ejército en diferentes regiones del país durante los 36 años de guerra. Además repudiaron a las familias poderosas,  a las grandes empresas nacionales e internacionales que continúan saqueando la riqueza de nuestros pueblos.

Otto Fernando Pérez Molina, que  fue investido como nuevo presidente de la República, inició su carrera militar en 1966,   en la época de la guerra  estuvo destacado en el área Ixil,  una de las regiones indígenas donde se registraron cientos de violaciones a los derechos humanos.

El actual presidente de la república Pérez Molina fue jefe del desaparecido Estado Mayor Presidencial (EMP), así como jefe de la Dirección de Inteligencia Militar, a decir de organizaciones de derechos humanos dichas unidades fueron las responsables de cientos de asesinatos y desapariciones durante los 36 años de la guerra interna vivida en el país.

Durante la guerra,  el ejército dio muerte a miles de hombres, mujeres niños, niñas, ancianos y ancianas,  “Los soldados ingresaron en nuestra comunidad, y vi cuando mataron a balazos a mi mamá, a mis tres hermanitos, a mi abuela y a mis primas”,  relató el sobreviviente de la masacre de la Aldea Santa María Tzejá Ixcán Quiche,  Edwin Canín Vicente. “ …Sin poder contener las lágrimas, Canín recordó los momentos de horror que vivió cuando soldados ingresaron en su comunidad, el 15 de febrero de 1982. En esa fecha, él tenía 6 años de edad” (Fuente: Prensa Libre,  23 de abril de 2008).

El 6 de julio de 2011, fue presentado por Jennifer Harbury,  viuda de Efraín Bámaca,  y otras activistas,  un informe  al Relator Especial de las Naciones Unidas Contra la Tortura,  profesor Juan Méndez. El  informe  describe que el General retirado Otto Pérez Molina estuvo directamente involucrado en el uso sistemático de tortura y en actos de genocidio durante el conflicto interno en Guatemala. También señala el informe que él se encontraba en el territorio y en posición de mando en el triángulo Ixil en 1982 durante la campaña de masacres de aldeas, y que él fue directamente responsable por la tortura a largo plazo y desaparición del prisionero de guerra Efraín Bámaca Velásquez (Fuente El Periódico 07 de julio de 2011.

En las conclusiones y recomendaciones del informe Guatemala Memorias del Silencio, en su apartado 82, se indica que las violaciones de los derechos humanos y hechos de violencia que son atribuibles a actos del Estado alcanzan el  93% ,  los cuales están registrados por la Comisión de Esclarecimiento Histórico (CEH). Se indica que  las violaciones producidas por la represión estatal fueron reiteradas aunque con diversas intensidades se prolongaron en el tiempo de forma persistente,  siendo más graves de 1978 a 1984, período en el que se concentra el 91% de las violaciones.

Asimismo agrega  el informe  que un 85% de las violaciones de derechos humanos y hechos de violencia conocida por la CEH es atribuido al Ejército.

 En las conclusiones del informe también se describe: “La CEH ha establecido que en el área Ixil se bombardeó a la población que se desplazaba. Asimismo, la población que era capturada o se entregaba voluntariamente continuaba siendo sometida a violaciones, a pesar de encontrarse bajo el absoluto control del Ejército”.

En el discurso de toma de posesión, el presidente Otto Fernando Pérez Molina dijo: “…y hoy después de 15 años de haber firmado la paz estamos conscientes que muchas de las causas que dieron origen al conflicto aún están presentes y aunque se han logrado avances significativos, sin duda, pero en estos 15 años, se ha traicionado el espíritu y parte de los objetivos estratégicos de cambio de estos acuerdos, incluso, algunos que nunca ni combatieron ni vivieron el conflicto parecieran estar empeñados en no permitirlos superar, antes al contrario, parecieran estar viviendo de ello y siguen contando conciertos en ciertos casos, con algunos apoyos internacionales”.

Por la falta de justicia en Guatemala,  familiares víctimas del conflicto armado interno han presentando sus casos a nivel internacional porque, aunque el tiempo ha pasado,  el recuerdo y las heridas aún continúan en la mente de aquellos que vivieron en carne propia la guerra y presenciaron la muerte de sus familiares en manos del ejército. Miles de hombres mujeres que en aquel entonces eran niños, niñas  y jóvenes, continúan esperando justicia para los responsables de la muerte de sus familiares.

Otto Pérez Molina es el octavo mandatario de la historia democrática del país desde 1986, está casado con Rosa María Leal con quien tiene dos hijos y según algunas fuentes informativas  es propietario de fincas en el Caribe donde se cultivan plantas de hule y limón, se cría ganado y pescado para la exportación.

Rocizela Pérez Gómez/ es comunicadora de CLOC/ Vía Campesina en Guatemala