Un banco malo, el imperio de la imaginación
07/05/2012
- Opinión
No conozco mucha gente a la que se le ocurra crear un banco malo. No así llamado por su perversidad, sino por su toxicidad. Un banco que junte toda la porquería de los otros bancos. Esta es la idea Española, crear un banco Malo.
No son los ibéricos los primeros en pensar esta contradicción, los originarios visionarios fueron los escandinavos en la crisis de 1991. Después le siguieron los suecos, y los irlandeses se encargaron de meter la pata del todo. A grado tal se fue desarrollando la práctica de estos bancos, que incluso se dividieron en dos: Un buen banco malo o un mal banco malo.
Todos los bancos malos guardan el mismo concepto, no obstante pequeñas variaciones que los caracterizan. La idea central de este tipo de entidades es la de agrupar todos los activos tóxicos del sistema financiero y sacarlos del balance de los bancos para ponerlos en algún lugar, en este caso en el banco malo. Pero hay una cosa que debe quedar clara, los activos tóxicos deben exponerse, deben conocerse.
Una vez limpios los balances, el dinero podrá fluir nuevamente por la tubería del crédito que se encontraba tapada y así reactivar la economía. Otro vistazo generado por esta limpieza y muy apreciada por los voceros de los mercados internacionales de capitales es la de disipar la incertidumbre de los balances de los bancos en problemas, al quedar a la vista lo que contienen.
Hasta aquí la idea es imaginativa, los matices vienen con su implementación.
Un buen banco malo, que sería el caso de los suecos, limpia los activos tóxicos de los balances del sistema bancario al comprarlos a precios de mercado y al obligar a los bancos a amortizarlos. Aquellos que son insolventes son recapitalizados, nacionalizados o liquidados por el Estado. Cabe aclarar que cuando se habla de compra a valores de mercado, es a un valor muy por debajo del que los activos fueron adquiridos, lo que implica afrontar pérdidas por parte de los bonistas y accionistas del banco, pero no por los depositantes.
Un mal banco malo sería un banco que tomaría los activos tóxicos, pero donde el estado se hace cargo de los costos y los privados blanquean sus balances sin ninguna pérdida. Uno de los mayores problemas que tiene la creación del banco malo es el valor que se debe pagar por los activos tóxicos de los bancos con problemas. Estos son los precios de mercado o los precios de libros, la diferencia depende esencialmente de quien pague. Los valores de libros son los valores por los que se compraron los activos, como si siguieran actualizados, sin pérdida.
Veamos el ejemplo de Irlanda que imaginó un mal banco malo. Para normalizar el crédito y darle más confianza al sistema financiero el gobierno creó la Agencia para el Manejo de Activos Nacionales (NAMA por sus sigla es ingles). Esta organización se encargó de comprar activos tóxicos en los balances de los bancos privados irlandeses y depositarlos en nuevas agencias. El valor contable adquirido de esos préstamos estará entre 80 o 90 mil millones de euros que se pagarán con Bonos del Estado o bien garantizados por el estado.
Así es que el estado se encargó de aumentar su deuda nacional bruta poniendo en peligro la solvencia irlandesa, detectada rápidamente por el ojo de las agencias de análisis como Standards&Poor’s, que venden seguros sobre las deuda de los países. El círculo vicioso comienza otra vez, pero con un ingrediente mayor que fue dejado de lado. Los tenedores de deuda, los hombres que tienen hipotecas, a ellos nada se les solucionó. No, por el contrario, es posible que pierdan sus casas con mayor facilidad aunque el banco se encuentre ahora limpio??
El restrictivo gobierno español quiere crear un banco que concentre todos los activos tóxicos que según releva el Banco de España acumula el sector por 184.000 millones de euros en activos inmobiliarios problemáticos a finales de 2011, es decir, un 60% de su cartera.
Si bien hay bancos muy conocidos dentro del salvataje que el gobierno español quiere emprender, el Santander y el BBVA, en segundo y tercer lugar respectivamente, han podido sanear sus finanzas sólo en un 48% y en un 34% respectivamente, de 8.500 millones de euros en activos inmobiliarios tóxicos que posee cada uno.
Pero el gobierno de Mariano Rajoy no quiere hablar de un banco malo, y hasta cierto punto tiene razón. Un gobierno que va a bajar el gasto público del 43.6% del PBI, porcentaje con el que cerró el 2011, al 37.7% cercano a los niveles de año 1986 para el 2015, ahorrando unos 32.000 millones de euros, no se puede involucrar en invertir dinero para salvar a los bancos.
Pero esta máscara quedará al descubierto mas temprano que tarde. En el caso que se creara este banco malo, con el nombre que le quieran poner, la entidad más beneficiada y que no fue puesta a propósito con los demás bancos españoles seria BFA-Bankia. Con activos inmobiliarios de BFA € 8.690 millones, de los que están previsionados sólo 1.871, el 21%, mientras que Bankia tiene activos inmobiliarios por € 13.951 millones y previsionados sólo el 34.8%. ¿Por qué esta entidad y no otra es la que terminaría de alertar el riesgo inmobiliario español? Pues en principio sus dimensiones y después sus dimisiones.
Hasta el lunes 7 de mayo se encontraba al frente de estas entidades Rodrigo Rato, que fuera vicepresidente del Gobierno de derecha de José María Aznar entre 2003 y 2004, ministro de Economía y máximo responsable del FMI hasta 2007 y quien es el máximo responsable de la debacle de BFA-Bankia.
En el mundo financiero hay una máxima: “Para resolver los problemas, o tienes tiempo o tienes dinero”. Está claro que no hay tiempo, o no han dejado tiempo, así que solo queda ver cómo se explica a la opinión pública que, otra vez, y pese a que se está cayendo a pedazos, el Estado ayudará a los bancos.
Goldman Sachs y Merrill Lynch reclaman otros 50.000 millones de euros para limpiar los ladrillos en los activos de los bancos. Hasta el 21 de abril Luis de Guindos, ministro de Economía, había negado cualquier tipo de ayuda pública a la creación de un banco malo. En los últimos días, Guindos ha admitido alguna posibilidad de ayuda pública para que las entidades trasladen sus activos problemáticos a “sociedades inmobiliarias” a precios de mercado. De hecho se pasó de no ayudar al sistema a hacerse responsable, solamente en el caso BFA-Bankia de € 10.000 millones de las arcas públicas.
Como en el caso de YPF para la Argentina, la acción de recuperación tan criticada por el gobierno español, por populista, demagógico y autoritario, parece cuadrarle a esta nueva aventura financiera española. Al parecer, se puede ser autoritario con los fondos públicos si es por salvar a unos cuantos amigos banqueros que hicieron malos negocios, y son del propio riñón, ni pensarlo.
Un lector del diario económico Cinco Días exponía su mirada:
“Lo voy a explicar como yo lo entiendo y creo que muchos lo entenderán también, yo compré una casa por 200.000 euros, he pagado hasta ahora €50.000 hoy vale hoy €100.000, sigo pagando la hipoteca pero ahora me la pasan a un banco que pacta que si las cosas me van mal y no puedo seguir pagando la hipoteca, me devuelven el dinero pagado (50.000 en este caso) y ellos se quedan con la casa. Este banco asumiría una pérdida virtual de 50.000, pero en lugar de ir contra la cuenta de resultados, se convierte en deuda pública y la pagamos entre todos. El bien algún día se puede vender y servir para reducir la deuda creada, pero cuando será? O sea, si el préstamo va bien el banco X gana por el interés pagado por mi, pero si va mal, se desasen del bien sin asumir ninguna pérdida...cessar - 06-05-2012 -23:10:57h Cincodías.
Definitivamente el ajuste no es pa`todos
https://www.alainet.org/fr/node/157753
Del mismo autor
- Un banco malo, el imperio de la imaginación 07/05/2012
Crisis Económica
- Geraldina Colotti 07/04/2022
- Julio C. Gambina 07/04/2022
- Rafael Bautista S. 06/04/2022
- Julio Gambina 04/04/2022
- José Ramón Cabañas Rodríguez 01/04/2022
