México

Aniquilamiento del Estado nación

José Francisco Gallardo Rodríguez

05/08/2012

Opinión

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El Estado moderno en México, a diferencia del europeo, surgió de la derrota de una sociedad indígena, esa sociedad explotada y humillada nunca pudo sentir como suyo el nacimiento del primer poder estatal: la colonia. Cuando México en 1821, se convierte en un Estado nación, ocurre por factores externos surgidos en Europa: las guerras napoleónicas y la dimisión del soberano, no como resultado de la maduración histórica de la sociedad, sino de acontecimientos exógenos.

El México independiente, fue de ficción, pues la potestad pública se diseminaba en los intereses regionales, una especie de federalismo pero al revés. Después de una guerra civil a mitad de siglo XIX, surgió un centro político atribuido a Juárez, luego el Estado se fortaleció a través de la dictadura porfirista, igual que la colonia, volvió a ser una expresión de imposición más que de consenso; un Estado formado de esta manera resulta débil, tan es así, que una escaramuza contra el movimiento maderista en Ciudad Juárez, dejó al descubierto el endeble arreglo político porfirista.

Desplomado el régimen, después de varios años, México surge como un Estado revolucionario fuerte por tener una base social, hasta entonces sin precedente en la historia del país, soportada en el discurso del nacionalismo, la reforma agraria, la expansión de la educación, la salud y la obra pública, así como el reconocimiento de las organizaciones sociales.

Sin embargo, y pese a que el régimen incorporó a campesinos, obreros, burócratas, incluso a militares, aparte de la clase media, y haber impulsado a la burguesía nacional, el Estado revolucionario nunca logró superar su carácter original de organización impuesta por la fuerza. “Desde el principio, el nuevo liderazgo rechazó la posibilidad de dar contenido real a los principios de democracia política contenidos en las normas fundamentales, las de la Constitución de 1917; le fue más fácil seguir por el viejo camino del autoritarismo” (Lorenzo Meyer).

Durante más de siete décadas México fue gobernado por un partido de Estado: Partido Revolucionario Institucional (1929-2000), el inicio de siglo XXI dio luz al esperado cambio democrático, llegaba al poder un partido de oposición: Partido Acción Nacional. Cierto, hubo un cambio de poder, no de régimen. Desgraciadamente Vicente Fox, tiró por la borda un cambio histórico en México y la oportunidad de establecer una nueva relación civil-militar que socave las bases del autoritarismo y la intromisión del Ejército en la deliberación política.

El cambio lejos de abrir los espacios democráticos dio saltos atrás, la imposición de Felipe Calderón, a través de un golpe de Estado, auspiciado por los poderes públicos, la clase política toda, parte de la sociedad y avalado por las instituciones encargadas de arbitrar las elecciones de 2006, llevó a México al colapso institucional.

Creímos los mexicanos que esta coyuntura jamás volvería a suceder, sin embargo, la situación actual se torna aún mucho más grave, pues se trata de imponer un estado delincuencial y someter al Estado a los intereses de un proyecto hegemónico global, ajeno totalmente a los intereses nacionales. A ello responden el gobierno de los yupis.

La lucha por el poder vía instituciones democráticas, ahora es una disputa entre ladrones, entre pactos no escritos, el germen de destrucción para la república ha sido antaño la avaricia y la corrupción: la utilización de las instituciones para un fin distinto para la cual fueron concebidas, tesis sobre la que sustenta la recomendación 43/96, emitida por la CIDH en octubre de 1996 en contra del gobierno de México por violación a mis derechos más elementales, hasta ahora incumplida.

Así las cosas, antes los pueblos indígenas nunca sintieron como suyo un sistema colonial, hoy en día la sociedad actual vive un nuevo colonialismo impuesto por los poderes de facto cuya intención es llevar al aniquilamiento del Estado nación que en muchas partes de la sociedad es aceptado.

- José Francisco Gallardo R. / Reflexiones de un general posdoctorado

Fuente: Forum en línea

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