DS 21060:

“Bomba atómica” sobre la economía

27/08/2012
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
El año 1985, elecciones adelantadas promocionaron el apretado triunfo de Hugo Banzer, sobre Víctor Paz Estenssoro, ambos niños mimados de la embajada norteamericana, cuyo gobierno había desarrollado una maligna campaña derrotando al gobierno izquierdista de Hernán Siles Suazo, contando para ello con la activa participación de la CIA y la DEA.
El congreso tuvo que elegir al nuevo presidente que resultó ser Víctor Paz Estenssoro, tras negociaciones secretas con su adversario Banzer que no se atrevió a pelear por su mayoría relativa, dada la cercanía de su dictadura de siete años. Pero no cabe duda que el gobierno de Ronald Reagan y sus políticas neoliberales estuvieron detrás.
Bolivia afrontaba ese año, una inflación de 14.000% y la prédica de Paz Estenssoro era que “Bolivia se nos muere”, aunque no decía cuál era la solución. Banzer había contratado al piloto del avión que lanzaría una terrible “bomba atómica” sobre la economía boliviana.
Jeffrey Sachs, teorizaba que la hiperinflación podía ser detenida en seco con medidas duras, por lo que vino a darle muerte (1). Lanzó el “big bang” y caso cerrado. Según él, la terapia de shock funcionaba y por lo tanto había salido victorioso aquél 29 de agosto cuando se lanzó el DS 21060.
Comenzó así la era neoliberal. Se eliminaron los subsidios a los alimentos, se anularon los controles de precios y los carburantes subieron en 300%. Los sueldos fueron congelados por un año. Las fronteras abiertas a las importaciones sin límites. Se redujo el gasto del Estado.
El DS 21060 contenía en sus artículos el resumen de unas 200 leyes y prácticamente sustituyó a la Constitución Política del Estado. En los primeros cien días de su aplicación, contempló la “relocalización” de unos 25 mil mineros de la Corporación Minera de Bolivia. Relocalización era un eufemismo, pues se trataba de un tácito despido. El índice del desempleo pasó rápidamente al 30%. El salario mínimo no recuperó su valor anterior y en solo dos años disminuyo hasta el 70%.
Los obreros afiliados a la Central Obrera, los empleados públicos, los cuenta propias y los campesinos reaccionaron de inmediato con movilizaciones. Los recién nacidos neoliberales declararon de inmediato el estado de sitio, se desplegaron tanques y se impuso un estricto toque de queda. Dirigentes sindicales fueron perseguidos, universidades controladas y emisoras de radio amenazadas.
Las asambleas sindicales y políticas fueron estrictamente prohibidas y sometidas a permisos especiales. La política opositora pasada a la ilegalidad, como durante la dictadura de Banzer. 1500 manifestantes callejeros fueron detenidos. Dirigentes de la COB se declararon en huelga, pero Paz Estenssoro, ordeno la detención de 200 de ellos para ser llevados detenidos a remotos lugares de la selva amazónica. Fue un secuestro en masa. El rescate consistía en que los sindicatos dejaran de convocar a manifestaciones callejeras. Solo así recobraron su libertad.
El narcotráfico sostiene al neoliberalismo
Tras imponerse el 21060, el estado de sitio duró tres meses, pues las nuevas políticas económicas necesitaban cien días para implementarse completamente. El país entero estuvo confinado en una celda colectiva. Miles de trabajadores despedidos deambulaban por las calles y las puertas de las fábricas esperando algún puesto.
Se impuso así el autoritarismo real. Fue un golpe de Estado civil ejecutado por políticos y economistas parapetados tras el escudo oficial de un “régimen democrático”. Más tarde, la hipocresía era tal que Gonzalo Sánchez de Lozada, por entonces Ministro de Planeamiento, llego a decir que se había logrado la estabilización sin atentar contra los derechos humanos.
La verdad era otra. Gran parte de la población desocupada y desesperadamente pobre, se vio empujada a emigrar a las zonas bajas para dedicarse al cultivo de la coca (2). En 1989, uno de cada diez trabajadores desocupados se encontraba en este rubro.
El 21060 abrió las ventanillas del Banco Central para la compra de dólares, sin preguntar su procedencia. De inmediato la industria de la cocaína desempeñó papel significativo en la reactivación de la economía de Bolivia y la reducción de la inflación. Aspecto que no es mencionado por Sachs, entre sus recuerdos de cómo sus reformas vencieron la inflación.
El narcotráfico, pasó a sostener las políticas neoliberales. En solo dos años las exportaciones ilegales de droga generaban más ingresos para el país que todas las exportaciones juntas. Unos 350.000 desocupados se vieron empujados a ganarse la vida con algún aspecto del comercio de la droga. La misma DEA estableció su propia fábrica en las llanuras selváticas de Huanchaca.
Expansión de la cocaína y bajo perfil
Lo nieguen o no, el neoliberalismo fue un modelo basado en el narcotráfico. Por lo menos, así fue en Bolivia. A fines de los años 80, la coca sembrada en Bolivia llegó a las 200 mil hectáreas y la producción de cocaína se duplicó. Las ventanillas del Banco Central recibían anualmente más de 700 millones de dólares.
Durante los años 90, el nombre de Bolivia, desapareció de los informes sobre producción de cocaína. Bajo la complaciente mirada de Estados Unidos, la CIA y la DEA, Bolivia disfrutó de un sorprendente bajo perfil. Estas noticias no aparecían en los periódicos ni en la televisión y lo que no aparece allí, no existe (3).
El jefe de la DEA en buenos Aires, Abel Reynoso, sostuvo en julio de 1999 que Bolivia se había convertido con mucha ventaja en el principal productor de cocaína del mundo. Fue relevado intempestivamente. Era otra contundente prueba que el narcotráfico, sostenía al neoliberalismo impuesto a Bolivia.
Fracaso del neoliberalismo
Lo que recordamos, es solo eso, un recuerdo de la “bomba atómica” lanzada sobre la economía boliviana un 29 de agosto de 1985 y la imposición de una Nueva Economía Política (NEP), llamada economía de libre mercado o simplemente, neoliberalismo que terminó descapitalizando al Estado, promocionando nuevos ricos que hoy vemos disfrutar de todo lo que robaron a manos llenas.
Estos criminales económicos, son los mismos que hoy tratan de hacernos creer que el narcotráfico va en crecimiento. Esta actividad es su criatura. Los llevó a fracasar en la conducción del Estado, pero les permitió rápido enriquecimiento, de tal forma que hoy son los nuevos “señores empresarios”.
El neoliberalismo fracasó en su intención de crear nuevas burguesías. Se hundieron en toneladas de cocaína, por lo que no tienen moral alguna a la hora de mencionar este indigno negocio, que no termina de ser derrotado definitivamente. Pero, la memoria no debe borrar lo que ocurrió un 29 de agosto de 1985.
Notas:
(1) (2) La doctrina del Shock- Naomi Klein
(2) Narcos, Banqueros y Criminales – Juan Salinas
 
https://www.alainet.org/fr/node/160589?language=es
S'abonner à America Latina en Movimiento - RSS