Buenos regalos navideños recibe el pueblo peruano. El 2017 ha sido un año inverosímil para el Perú. En materia de futbol la escuadra peruana pacta con la colombiana antes de concluir el encuentro logrando clasificar Colombia a Rusia 2018 y el Perú a un repechaje. A todos luces cerrando las puertas a la escuadra chilena. En materia política, la más grosera, el destape revelador de Odebrecht ha colocado al Perú en el liderazgo de países con mayor cantidad de presidentes de la republica involucrados en casos de corrupción y crímenes de lesa humanidad. Este día de noche buena, la gota que rebalsa el vaso, el indulto del reo Alberto Fujimori amarrado con la no vacancia del presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski (PPK).

Cuando el periodista Nicolás Lucar, hace unos días, reveló la jugada que se venía (indulto de Fujimori), fue insultado vía redes sociales, el Ministerio Publico negó cualquier trámite a favor de Fujimori, el mismo PPK y portavoces negaron que esta jugada se encontraba bajo la mesa de negociación. 

La jugada fue por demás previsible. El perdón de PPK tenía que ser negociado y la mercancía a negociar era el indulto. Haciendo gala de un alto grado de excelencia en materia de negociación (lobismo), el presidente peruano PPP descaradamente traficó su impunidad (frente a toda evidencia de crimen en contra el Estado peruano y el bien público) con el “disidente” de Fuerza Popular, Kenyi Fujimori.

¿Dónde queda la infracción constitucional de PPK que ha toda luces negocio con Odebrecht siendo ministro de Estado? ¿Dónde queda el grosero tráfico de influencias, la estafa y  el doble rasero del mandatario peruano, la mayoría parlamentaria y  sectores de la izquierda (Nuevo Perú) que al final no solo le hicieron el juego a PPK sino a la organización fujimorista? ¿Tendrán posición Washington y la OEA frente a este descarado golpe al orden democrático y constitucional y Estado de Derecho en el Perú?

A sazón de las fiestas navideñas, lo sucedido en el Perú nos trae al recuerdo la liberación de Barrabas frente a Jesús el galileo. Como reza el texto bíblico: Pilatos, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás” (Mc 15,15). Como era de costumbre se solía soltar un reo en fiestas de Pascual rememorando la liberación del pueblo de Israel otorgándole la posibilidad, al reo, de comer el cordero de Pascua símbolo de liberación. Sin adentrarnos en este sustancioso tema asociativo, con el caso peruano, rescato la actitud de Poncio Pilatos y PPK. Ambos negociaron la libertad de un reo sin interesar criterios de justicia solo conveniencias de carácter personal. Pilatos y PPK – salvando distancias históricas – se emparentan en la vocación de servilismo al imperio (Roma y EEUU) y el insultante y grosero irrespeto al sentir del pueblo.

Pilatos y PPK tenían claro a quien servían. El dios de Pilatos y el de PPK pertenecen al mismo panteón. Pilatos se vistió de oveja ante la cúpula religiosa del Sanedrín, accedió a las presiones de los grupos políticos y religiosos para canjear a Jesús el galileo por Barrabas. El lobo vestido de oveja no quería ver tambalear su status y no le tembló la mano para condenar al inocente y liberar al criminal. PPK, con “cara de abuelito bondadoso…”, disfrazado de demócrata, defensor de derechos humanos, abanderado de causas continentales – en contra de Venezuela -  negoció su “libertad”, ante la flagrante acusación constitución por incapacidad moral para seguir en el cargo,  hizo lo que sabe hacer, lobby y no gobernabilidad.

¿Dónde las víctimas de los crímenes bajo responsabilidad del ex reo Alberto Fujimori? ¿Dónde la traición a la patria de una persona con doble nacionalidad  quien renuncio vía fax y no tuvo reparo en presentarse al Congreso japonés? ¿Donde la dignidad del pueblo peruano?

Que importa, al final Perú clasificó a Rusia 2018!!!

Una vez más la historia se repite. El reo fue absuelto y el pueblo condenado como hace 200 años lo viene siendo.

24/12/17

- José Toledo Alcalde, Lic. Teología y Mg. Terapia Física.