Guerra de precios ¿falta de gobierno?
- Análisis
Creo que tenemos un presidente, Nicolás Maduro, que está realizando un gran esfuerzo para resolver la crisis actual. Ha dicho que, después de las elecciones, el resolverá los graves problemas de hoy, imagino, que, si no lo hace ahora, es porque podría tener las manos atadas. Entonces, debemos oír ese llamado que está haciendo y votar firmemente por él. Entendiendo, que no es un voto. Es un mandato.
Creo entonces, que, si no se está resolviendo la guerra de precios, ello tiene que ver con la labor de la quinta columna que existe infiltrada, incluso en altos niveles del gobierno. Creo que en ese sentido hay que entender ese sentimiento que va naciendo en mucha gente, que se expresa en la creencia, de que “falta gobierno”.
Venezuela, Trump y la guerra de precios, tienen como denominador común, precisamente, esa quinta columna.
Siria y el caos planetario
Con el ataque a Siria se exacerba el caos planetario y la agresión imperial. ¿Estamos al borde de la guerra nuclear? Posiblemente no. Al menos por ahora. He sostenido que el caos puede ser una opción del Pentágono frente a la guerra nuclear. Para Trump es clave desarrollar una paranoia que impulse la industria bélica, la locomotora que arrastra al resto de la economía de EEUU. Es necesario multiplicar el miedo y fomentar guerras por doquier o la amenaza de ellas, que fuerce a diversos países del mundo a comprar armas. Crearía un impacto poderoso sobre la economía de EEUU.
Ello no significa que temporalmente aleje su atención sobre Venezuela. La operación contra Venezuela está preparada en detalle y no requiere una poderosa y masiva presencia de fuerzas militares estadounidenses. Esas fuerzas ya están en las bases militares de Colombia y el Caribe. La fuerza principal será al ejército colombiano y sobre todo mercenarios, que también ya están en el terreno tanto en la frontera como en el interior de Venezuela. Debemos incrementar la ofensiva política nacional mundial y usar más pedagogía para la unión del pueblo, estableciendo claramente el campo de batalla donde se pelea la guerra contra nosotros. En la reciente cumbre de la OEA realizada en Lima, los volvimos a derrotar políticamente, pues tampoco pudieron lograr la aprobación de sanciones contra nuestra patria. Por el contrario, la OEA y el grupo de Lima, quedaron malparados. Incluso, no se dieron condiciones para que Trump y otros mandatarios, estuvieran presentes.
Desde los anuncios prepotentes de Kuczynski, presidente del Perú, de que no permitiría la presencia del presidente Maduro, incluso, hasta amenazó con detenerlo, hasta el hecho de que fue Kuczynski el que no pudo estar porque fue destituido por ladrón y corre el riesgo de ser detenido; Maduro no asistió porque no quiso y en general, la cumbre fue un fracaso, entre otras causas porque no fue tal, estos hechos nos da una idea de la victoria política de Venezuela.
Sin embargo, la amenaza y los riesgos están sobre la mesa y la situación sigue siendo altamente peligrosa.
Operaciones mediáticas, de guerra psicológica y creación de “verdades” manipuladas
Las operaciones de guerra psicológica han programado a sectores populares que sólo creen en las “verdades” imperiales pues las tienen sembradas en lo más profundo del cerebro. La programación a través de las operaciones de guerra psicológica, que están en las pasiones más primitivas (hambre, miedo, inseguridad, rabia) y desde ahí se van instalando “verdades”, relativamente irracionales. Por eso esas “verdades” se hacen más o menos inconmovibles y no ceden fácilmente frente a los argumentos racionales, pues se van creando rechazos inconscientes como si se encendiera una alarma que genera disgusto, rabia, malestar. Dichas operaciones de guerra psicológica dificultan el diálogo y están diseñadas para impedir la convivencia entre los venezolanos. Esto no se resuelve sólo con razones y agitación. Mucho menos con amenazas, lenguaje agresivo o estilos similares. Es imprescindible un contenido y un estilo pedagógico consecuentes.
Esa programación psicológica se combina con las campañas mediáticas que la refuerzan a través de mensajes subliminales, componentes simbólicos, realidades virtuales que se posesionan como la verdad, rumores, calumnias y una variada gama de ataques simbólicos y las más diversas descalificaciones, que un equipo especializado difunde permanentemente.
El caos, herramienta clave para doblegar al pueblo
Una acción contra Venezuela requiere multiplicar el caos hasta el infinito. Mucho nos falta por ver en materia de guerra de precios en cuanto a elevación de precios y escasez de alimentos y medicinas, unido a inseguridad. Hay que revolucionar el sistema de distribución de las importaciones y buscar un camino para que el peso de esa distribución pase manos de las organizaciones populares. Creo que la burocracia pública viene fracasando. Desde ahí las importaciones de alimentos, productos en proceso y materias primas, pasan a los canales privados de distribución y se trasforman en bachaqueo, contrabando, acaparamiento, especulación y las más variadas formas de la guerra económica.
Hay que ganar la guerra de precios. Reconozco el esfuerzo que hace el Presidente Maduro para la protección del pueblo. Pero la burocracia corrupta y la quinta columna estropean todo. Como acabo de señalar en el párrafo anterior, las importaciones de alimentos y medicinas llegan, pero desaparecen en los correajes de la especulación ¿Qué pasa con el ministerio de alimentación?
Al caos de los precios, de la escasez de alimentos y medicinas, la inseguridad, se une el caos del transporte, tanto superficial como subterráneo. El estado del metro es lamentable. Retrasos, fallas eléctricas, suciedad, escaleras mecánicas paralizadas, desorden para subir y bajar, atropello a niños, mujeres embarazadas y adultos mayores. Entre la gente va surgiendo la idea de que el metro es como la imagen de un Estado postrado, indiferente ante el sufrimiento cotidiano de la gente. Por supuesto, desde los laboratorios de la guerra psicológica y mediática, esto se trabaja cotidianamente. El metro es una especie de permanente asamblea informal donde corren provocaciones, rumores, chismes… Su efecto es devastador.
La impresión que va surgiendo es que desde el propio gobierno se actúa para que en la población se implante la idea de que lo que existe es “falta de gobierno”. Es lo que se va recogiendo en el metro y otros espacios.
¿Independientemente de la guerra de precios se ganarían las elecciones?
Es decir, ¿no importa que el pueblo sufra, que pase hambre, que mientras eso ocurre el gran capital y los bancos multiplican aceleradamente sus ganancias, pues lo importante es ganar las elecciones? Esto no se corresponde con lo que el presidente Maduro está haciendo y el mensaje que trasmite. Pero parece ser el sentir de una cierta burocracia, a la que, en los hechos, el sufrimiento del pueblo no le importa.
Esa burocracia debe ser neoliberal y en los hechos parece compartir las creencias neoliberales. Según esa visión, hay resultados que son inevitables: la pobreza, la escasez, el sufrimiento, etc. Lo importante es que a mediano y largo plazo el incremento de los precios y las ganancias del capital, redundarán en nuevas inversiones que incrementarán la producción, incrementarán el empleo, eliminarán la escasez y los precios se estabilizarían generando una economía equilibrada con niveles de producción, de empleo, de abastecimiento, de precios y de consumo, sin fluctuaciones negativas y con progresos notables en todos los órdenes.
Esto es lo que generalmente no termina ocurriendo. Después de largos sufrimientos, es posible que la economía se estabilice, pero sin justicia social y sin equidad. Los ganadores lo toman todo y puede ser, que otorguen migajas. Veámonos en el espejo de Grecia.
Pero ese camino no es posible en Venezuela, pues esas políticas no prosperarán en Venezuela a menos que una salvaje intervención imperial, con Colombia haciendo el papel de Caín, logre aplastar al pueblo venezolano y sobre la sangre y dolor de miles y miles, ellas se impongan. Pero no creo que ese camino ocurrirá, pero seguramente este punto merecerá otro artículo.
No podemos seguir financiando la agresión de Colombia
Estamos financiando la agresión de Colombia contra nuestra patria, con las exportaciones de gasolina que contrabandea desde Venezuela, las que le facilitan ingresos de significación. Es imprescindible incrementar el precio de la gasolina. Eliminar los diferenciales que favorecen el contrabando y diversos ilícitos fronterizos.
El urgente incremento del precio de la gasolina debe estar acompañado de una política de subsidios directos para evitar el impacto sobre los sectores vulnerables
¿Van por Irán?
La caotización del planeta pasa por continuar caotizando el oriente medio, extendiendo la violencia y la desestabilización. Para estos fines cuentan con Israel, Arabia saudita y otros países del Golfo. En el mundo árabe el principal apoyo es de Arabia Saudita.
Este país planea enviar tropas a Siria, en combinación con EEUU. Esas tropas sustituirían a las tropas estadounidenses que ahora ocupan el este de Siria. Obviamente, EEUU no agrediría directamente a Irán sino a través de un peón, preferiblemente árabe. La agencia EFE (Riad, 17-04-18) ha trasmitido la siguiente información:
Obsérvese que Trump, que ha amenazado reiteradamente con agredir a Irán, es posible que no lo haga directamente sino a través de Arabia Saudita. Este país cumpliría en relación con Irán, un papel similar al que Colombia está cumpliendo en relación a Venezuela.
Sobre la posibilidad de que Arabia Saudita envíe tropas a Siria, Putin ha dicho a Pravda lo siguiente:
“Es muy poco probable que los países árabes de la Península Arábiga inviertan dinero tan pronto como Washington se lo indique, ya que tienen demasiados problemas propios.”
Sin embargo, Trump está acelerando los procesos y hay que prepararse para los giros que los hechos puedan ir tomando.
Una profunda crisis espiritual que alimenta el avance del fascismo
Los valores y principios de solidaridad, fraternidad, igualdad. De respeto a la diversidad del ser humano y de la naturaleza, la diversidad religiosa, étnica, cultural… Todo esto está seriamente amenazado, incluso, la diversidad política y democrática viene siendo sustituida por el totalitarismo.
Los espacios donde podemos existir conviviendo con las diferencias, están siendo destruidos. Mientras las guerras y los bombardeos van destruyendo ciudades, comunidades, naturaleza y fuentes de agua que han permitido la vida y la existencia humana, generando migraciones y movimientos de refugiados, las puertas de las potencias y sus países aliados, responsables de la violencia, se cierran y penalizan a quienes huyen de la guerra y las persecuciones.
Los grandes avances de la humanidad en materia de progreso espiritual y convivencia humana, algunos recogidos en La Carta de las Naciones Unidas, están siendo eliminados y va predominando la aplicación de las leyes antiterroristas, aprobadas por el congreso de EEUU, aprovechando la guerra contra el terrorismo desatado por la destrucción de las torres gemelas, ocurrida en Nueva York, el 11 de septiembre de 2001.
11 de septiembre de 2001, golpe de Estado contra la humanidad
Ese momento fue aprovechado por el poder mundial (alianza de élites militares y financieras acompañadas por una corte de políticos, intelectuales, científicos, académicos, monopolios mediáticos y religiosos, todos ultra reaccionarios, corte que se ha encargado de darle bases políticas, ideológicas y religiosas, que encubren los significados verdaderos de ese poder mundial), para dar un golpe de Estado contra la humanidad, eliminando la democracia, los derechos humanos y la paz, imponiendo la violencia. En otros escritos he desarrollado estas ideas. Es un golpe continuado que está en pleno proceso de desarrollo, siendo su instrumento principal la siembra del caos planetario y una guerra permanente que tiene carácter mundial. La operación contra Venezuela es parte del proceso originado por ese golpe de Estado mundial.
Esa política ha reivindicado el maltusianismo y las más diversas formas de discriminación racial, religiosa…
Ese poder mundial persigue imponer una solución final, por un camino similar al de Hitler, que tiene como eje, la eliminación física y espiritual de los pobres. No sólo los negros, mestizos, etc. Sino todo lo que ellos consideran White Trash (basura blanca) o enemigos de Dios, pues hay religiosos extremadamente sectarios. Incluso, sectas satánicas enfermizamente destructivas, que en EEUU han levantado, en lugares públicos, monumentales estatuas para adorar al diablo, precisamente para sembrar el caos y la muerte en nombre de deidades de la oscuridad.
Al planeta, según ellos, le sobran más o menos tres mil millones de habitantes y por otra parte, están empeñados en la destrucción del planeta tierra. Esos habitantes, considerados pobres material y espiritualmente, están siendo exterminados mediante las soluciones maltusianas (desastres naturales, epidemias y guerras). Es decir, están liquidando a esa humanidad que “sobra”.
Por eso no le van a dar ayuda a los migrantes y refugiados como consecuencia de las guerras que ellos han desatado por diversos lugares del mundo. La justificación de fondo de las guerras que han emprendido y están emprendiendo, es la destrucción de esa población. La ayuda humanitaria es pura hipocresía. Por el contrario, en Europa queman los refugios que los migrantes han construido para protegerse del frío, de la lluvia. Y no les importa si alguien queda atrapado. Esto está en las noticias que fluyen a través de las redes digitales.
La eliminación física y espiritual de los pobres, no sólo es por la posesión de territorios y riquezas naturales
El proyecto de eliminación física y espiritual de los pobres es una de las razones más profundas de las invasiones, los bombardeos, las diversas razias que desarrollan a través del mundo. Por supuesto, la posesión de territorios y riquezas es vital, pero la destrucción de la población no deseada es fundamental. Esa es una de las misiones claves de Trump. Siempre fue una aspiración de los fascistas como Hitler.
La utilización de los pobres contra los pobres es muy importante para los fascistas. Es una manera de que nos liquidemos entre nosotros. Por eso la guerra mediática y psicológica de la cual ya hablé, dominando el cerebro humano persigue también ese propósito. Son claramente guerras de exterminio.
El rescate de los valores espirituales y morales profundos (la solidaridad, la defensa de la vida humana y todas las formas de vida, el derecho a ser dignos y no vendernos por un plato de lentejas, etc.), es un asunto decisivo, esencial en cualquier programa por la unidad de la humanidad y de esta con la naturaleza. Son dichos valores los que, a lo mejor, en definitiva, salvarán a la naturaleza y la humanidad.
Los neoliberales, la libertad y la opresión
Mientras más los neoliberales defienden la libertad de movimiento de los capitales y las mercancías, más restringen la libertad de movimiento de hombres y mujeres. Es decir, más grande es la opresión. Más reifican, cosifican, más convierten en mercancías a los seres humanos, a las creaciones humanas y de la naturaleza. Más expulsan a Dios, a las creaciones sagradas, a la esencia del arte, no como una cosa, sino como creación del alma humana.
Una movilización no sólo electoral
Por supuesto, hay que movilizarse electoralmente. Vamos a unas elecciones. Pero, ocurre generalmente, que el espacio electoralista sustituye a los espacios políticos de lucha por los intereses populares. El electoralismo puede derrotar numéricamente a los sectores dominantes, pero puede no significar una victoria política en la construcción de una verdadera maduración de fuerzas revolucionarias desde el punto de vista táctico y estratégico. Que sea un claro triunfo de las clases y capas sociales explotadas contra el enemigo imperialista y ello facilite el desarrollo victorioso de las luchas que siguen.
Para que así sea, es necesario que hayamos triunfado electoralmente y avanzado en el fortalecimiento del poder y la organización popular: consejos comunales, comunas, organización de la producción social, etc. Suele ocurrir que triunfemos electoralmente y el poder popular quede debilitado pues organizaciones populares se debilitan al asumir las tareas electorales con contenidos y fines electoreros. Sobre esto he escrito en otras oportunidades.
Sólo deseo repetir que el Art. 70 Constitucional, que establece las asambleas de ciudadanas y ciudadanos y les da carácter vinculante a las conclusiones de dichas asambleas, más el Art. 51 constitucional, que consagra el derecho de petición y manda que el funcionario público que no responda a los requerimientos de la petición, pueda ser hasta destituido, constituyen importantes herramientas para el ejercicio y fortalecimiento del poder popular. Si convirtiéramos la campaña electoral, además de aplicar el 1x1, el 4x4 y otras instrucciones del PSUV, que son muy importantes para ganar electoralmente, impulsáramos los contenidos de los Art. 70 y 51, además de ganar numéricamente, pudiéramos ganar políticamente modificando la relación de fuerzas sociales de manera muy clara a favor de la revolución. He explicado esto claramente en artículos anteriores.
Queda mucho por decir. Seguiré escribiendo, pensando y participando en diversas asambleas y reuniones populares para hablar, entre otras cuestiones, de las contenidas en este papel, en otros y sobre lo que la gente desee.
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