Venezuelan cochino ‘s Bay

08/05/2020
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Estados Unidos está detrás de la nueva intentona terrorista en La Guaira que pretendía ser la cabeza de puente para una intervención militar a gran escala en Venezuela. Washington lleva muchos años intentando derribar al gobierno revolucionario venezolano, ya lo hizo ya en 2002 cuando planificaron y apoyaron que unos militares traidores a su pueblo detuvieran a Hugo Chávez e impusieran al presidente de la patronal, Pedro Carmona, como jefe de Estado. Aquel Carmona, un efímero sirviente, fue la primera de muchas otras marionetas que se han prestado a los deseos de EEUU, siempre dispuestos a arrebatar a los pueblos su derecho a decidir su destino.

 

La invasión de La Guaira no es un aviso, sino la constatación de que el siniestro matarife Elliott Abrams, “emisario especial" para Venezuela del gobierno Trump, está dispuesto a convertir Venezuela en una violenta hoguera. El historial de Abrams es amplio y sanguinario, siendo partícipe de matanzas en otras naciones americanas como Honduras, El Salvador, Guatemala o Nicaragua.

 

A Trump no le preocupa la pandemia sanitaria que afecta al mundo, ni tampoco que millones de personas estén perdiendo sus empleos y sus medios de vida en muchos países de América Latina. Lo único que parece preocuparle es que un país como Venezuela haya decidido ser plenamente soberano y no acepte ni imposiciones ni órdenes por parte de EEUU.

 

Ese país, Estados Unidos, que se arroga el derecho de querer dictarle a Venezuela su rumbo, es el que organizó la siniestra 'Escuela de las Américas' para adiestrar a militares que asesinaron a sus pueblos. Es el mismo país que apoyó y sostuvo a los siniestros dictadores en Argentina, Brasil, Paraguay y Chile. Es el mismo país que supervisó la 'Operación Cóndor' para exterminar a personas de izquierda en el sur del continente. Es el mismo país que bombardeó e invadió Panamá matando a miles de ciudadanos en el barrio de 'El Chorrillo'. Es el mismo país que se mostró satisfecho con verdugos como Pinochet y Videla y ahora pretende truncar el viejo sueño de la libertad bolivariana.

 

El presidente Nicolás Maduro se ha mostrado dispuesto a abrir negociaciones con la oposición en repetidas ocasiones con la convicción de que se debe llegar a acuerdos políticos para evitar que el país se interne en una vía de enfrentamientos que sólo puede causar dolor y destrucción. Sin embargo, EEUU está movilizando de nuevo mercenarios y recursos para derribar al gobierno de Maduro y no podemos permanecer indiferentes. En demasiadas ocasiones, el poder y la fuerza militar se han visto favorecidos por la tardanza de otros pueblos a levantar la imprescindible solidaridad.

 

Venezuela no puede seguir sometida a los constantes ataques y agresiones norteamericanas: hay que pronunciarse alto y claro contra la agresión de Estados Unidos y exigir que retiren sus manos de Venezuela. No podemos perder ni un segundo.

 

-Ramiro Gómez es un comunicador alternativo latinoamericano experto en temas como el Medio Oriente, la revolución cubana, Nicaragua, Colombia, la revolución Bolivariana, la Unión Soviética y la Guerra Civil española

 

https://www.alainet.org/fr/node/206434
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