Melodrama transexenal
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“Cuando votamos, estamos votando
a favor o en contra de nosotros mismos”
Angela Davis.
1
Ya salieron a la luz los primeros videos de Emilio L (se presume Emilio Lozoya Austin, porque la cintilla negra sobre los ojos me impide identificarlo plenamente), en su papel de testigo colaborador. No se sabe si son editados, pero dados a conocer en una mañanera, en ellos se ve a algunos personajes balconeados, contando paquetes de billetes, unos envueltos en plástico, otros en papel de estraza. Muchos siguen activos, y que ahora están en otros puestos y pertenecen a otras agrupaciones (el cómodo tránsito del PRD a Morena). Por ahí aparece Pío López Obrador.
Además, en una denuncia de hechos, viene una larga lista, incluyendo a tres ex presidentes: Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, a los que el presidente Andrés Manuel López Obrador deja en manos de una consulta, sobre cuál sería su suerte, “aunque yo vote en contra de que se juzgue a los ex presidentes”; suerte que ya se sabe de antemano: ninguno será, judicialmente, condenado, pero que desde hace tiempo son objeto de la burla popular.
Como era previsible, algunos de los presuntos –parte de la chiquillada política— de inmediato se desmarcaron, y desconocieron tener nexos con Emilio L.
Todavía la Fiscalía no tiene todos elementos a la mano para comenzar a juzgar, y frente a las filtraciones de las acusaciones de Emilio L, y ya el presidente, el 20 de agosto, le pide a la gente que esté pendiente del proceso (más político que judicial), dentro de lo que calificó de tragicomedia.
Al margen de que la filtración afecte el debido proceso, enfatizó que “sería bueno que (el caso) se conociera… que no haya ocultamiento de la información, que no se manipule, que no haya silencio, que se sepa todo”. Y remató con una clásica frase del anecdotario: “el pueblo se cansa de tanta pinche transa”.
Ergo, el Pacto por México fue una negociación –$$$ de por medio—, que en buen español se traduce como una transa-acción para aprobar las llamadas reformas estructurales, con la energética de postre, para el voraz apetito del capital transnacional.
Más que un argumento para una serie de televisión, yo la veo como una telenovela, como un melodrama, un género que a México se le da bien, como producto de exportación.
Ahora, tendrá que competir con las clases por televisión. Pero, después de sesudos estudios de mercadología, se concluye que: 1) como la programación es segmentada, tendrá su público cautivo, y/o 2) que, en una versión light, a fin de no seguir hiriendo susceptibilidades, es apta para todo público.
Las mañaneras se cuecen aparte.
La moraleja, adelantada de este affaire sería: Embarraos los unos a los otros.
La política (a la) mexicana, encorsetada en una telenovela. El espectáculo no da para más.
2
“Cuando se levantaron a la mañana siguiente, Duane le encargó que comprar el periódico. Una de las satisfacciones de cometer un delito era, según él, verlo reflejado, luego, en la prensa”.
Upton Sinclair. La jungla (Para Leer en Libertad. México. 2016).
3
De un mensaje, vía tweeter, de Joan Manuel Serrat sobre la violencia:
“Tenemos que dejar de regarla todos los días con esa mierda que produce la televisión, violencia sin sentido ni explicación, dejar de regarla con nuestros miedos. Pareciera que en vez de ver el crimen que se está cometiendo, observamos una película como si aquello no doliera, no sangrara, no llorara”. Click.
4
Donald Trump en campaña: los mexicanos serán amigous, pero, de una manera u otra, tarde que temprano, costearán el muro.
El 18 de agosto, en Yuma, Arizona, dijo que cobrará un impuesto por las remesas que se envíen a México (35 mil millones de dólares en 2019), además se cobrará un peaje por los autos que crucen de México a Estados Unidos.
“Tenemos una relación muy buena con México, y (sin embargo) México pagará por el muro”.
De los mexicanos, tuvo que admitir: “Algunas personas son buenas; otras malas. Y me refiero a asesinos y a violadores”.
¡Qué fella gente! Omitió, Trump, a los de cuello blanco que adquieren propiedades allá, se asocian en sociedad y se llevan su dinero a lavar a bancos gringos.
Pero, si de fraudes y lavado se trata, Steve Bannon, nada menos que el director en la campaña presidencial de Trump, en 2016, y su principal consejero, el 19 de agosto, fue acusado de fraude electrónico y lavado de dinero por 25 millones de dólares, en cientos de donaciones, que habría recabado, nada menos, que para levantar el muro de la frontera con México: We Build the Wall (Nosotros Construimos el Muro), que apenas alcanzó para construir una milla de largo y 18 pies de altura (poco más de seis metros) en una propiedad privada en Nuevo México, por “donde entran los carteles y los solicitantes de asilo” (Rolling Stone, 8/20/2020). Narcotraficantes y los que buscan asilo, puestos en el mismo saco.
Ya sabemos que a los estadunidenses no se le da la geografía. Por eso, no sorprende que Trump haya visto a Tijuana como ¡parte de Sudamérica! Tal vez por eso no quiso saber nada del concepto TLCAN-NAFTA, porque hubiese tenido que admitir que Tijuana, y México todo, forman parte de América del Norte. Una realidad geopolítica que nos alejó de América Latina, desde el 1 de enero de 1994.
Del 24 al 27 de agosto se efectúa la convención republicana, que al contrario de la demócrata, es monocolor, blanca (y blanqueada, según el concepto de Franz Fanon)), alrededor de Trump: “una celebración de la supremacía blanca, la victimología blanca y el apartheid estadunidense”, en suma, “una obra de teatro orweliano” (AlterNet, 8/24/2020).
5
En la Convención Nacional del Partido Demócrata (CND), el ex presidente Barack Obama, desde la ciudad de Filadelfia, demanda una ciudadanía activa e informada, para derrotar a Trump que ha hecho de su presidencia un reality show. Pero, la frase: We the people (Nosotros el pueblo), con la que comienza la Constitución y que lo acompaña, resulta una frase hueca, porque We the people únicamente lo fueron los propietarios blancos, firmantes del Acta de Independencia, sin contar a las mujeres, a los indios originarios y a los negros esclavos, y que para muchos, hoy, no les dice nada.
Bernie Sanders, a nombre de la izquierda del Partido Demócrata, que muchos consideran demasiado radical, llama a “defender la democracia y la decencia contra la codicia, la oligarquía y el autoritarismo”, encarnados por Donald Trump.
“Cuando miramos hacia la Casa Blanca en busca de algún liderazgo, lo que encontramos en su lugar es el caos”, resume, en forma lapidaria, Michelle Obama a la administración Trump.
(En plena pandemia, las 12 personas más ricas de Estados Unidos –la plutocracia, pues— agregan 700 mil millones de dólares, hasta sumar en conjunto un billón (un millón de millones) de dólares, según el Instituto de Estudios Políticos (IPS, por sus siglas en inglés), “un hito importante en la historia de la desigualdad extrema en Estados Unidos”. En el extremo opuesto se encuentran 26 millones pasando hambre en la última semana, 40 millones enfrentado el desalojo de sus hogares y alrededor de 55 millones solicitando beneficios por desempleo desde marzo”. Monthly Review, 8/22/2020).
La voz discordante en la convención demócrata, Alexandria Ocasio-Cortez, representante por Nueva York, rompe la unanimidad en torno a Joe Biden, al pronunciarse por Bernie Sanders. Habla a nombre de “un masivo movimiento popular que trabaja por establecer los derechos sociales, económicos y humanos del siglo XXI”.
El candidato demócrata Joe Biden afirma: “Esta campaña no sólo se trata de ganar votos, es sobre ganar el corazón y, sí, el alma de Estados Unidos”, y agrega a la triple crisis, una cuarta: la que se da en torno al cambio climático –negada por el presidente Trump—, y habla de esperanza, luz y amor, aunque terminó su mensaje: Que Dios bendiga a nuestras fuerzas armadas.
Joe Biden posee “un historial como segregacionista en jefe y un orgulloso encarcelador en masa. Su estado natal de Delaware es bien conocido como la capital del capital y sobresale en hacer los negocios de los banqueros. Biden siempre fue uno de los demócratas del Senado más conservadores y por eso fue elegido compañero de fórmula de Barack Obama”, afirma Margaret Kimberly.
Hoy, los demócratas siguen esa misma línea centrista, conservadora, al inclinarse por Kamala Harris, bien recibida por Wall Street y Silicon Valley, “porque complementa la determinación de Biden de no hacer nada en nombre del pueblo” (Monthly Review, 8/22/2020).
.A pesar de los llamados al voto, en especial la de los jóvenes y la mujeres, por lo que mostró la convención virtual de los demócratas es que, ante las candentes protestas callejeras, con su reclamo contra la desigualdad y el racismo, la pareja Biden-Harris semeja un café descafeinado.
Que nadie se haga ilusiones: el próximo 3 de noviembre –Supermartes—, más que votar por un anticlimático Biden, de lo que se trata es votar contra Trump.
6
Entre las manifestaciones contra el racismo en Estados Unidos, además de la destrucción de estatuas de gente que la simbolizan, como Cristóbal Colón o los Padres Fundadores, como el mismo George Washington, que eran dueños de esclavos, se incluye el cambio de nombres a escuelas, ahora que se acerca el ciclo escolar. Should Benjamin Franklin High School became Malcolm X High School? (¿Debería la Escuela Secundaria Benjamín Franklin llegar a ser la Secundaria Malcolm X?), se pregunta Víctor Florillo en Philly Mag (8/20/2020).
En la ciudad de Filadelfia, cuna de la Independencia, ya hay un comité de 25 personas, entre maestros, padres de familia y activistas para rebautizar algunas escuelas. Entre los nombres que se busca eliminar se incluye a Benjamín Franklin, los presidentes Andrew Jackson y Woodrow Wilson, así como Samuel Gompers, fundador de la Federación Laboral Estadunidense (AFL, por sus siglas en inglés), que impidió en un principio la incorporación gremial de trabajadores negros.
Franklin, científico (inventor del pararrayos y los lentes bifocales), político firmante de la Declaración de Independencia y embajador en Francia, fue dueño de esclavos a los que liberó, y se volvió antiesclavista. Andrew Jackson, séptimo presidente de EU, fue dueño de cientos de esclavos y durante su gobierno llevó a cabo un feroz programa de relocalización de miles de nativos americanos. Wilson fue un racista.
Desde 1970, en la Secundaria Franklin, con el 85 por ciento de sus estudiantes afroamericanos, se encuentra una bandera del Partido Nacionalista Negro y una fotografía de Malcolm X, fundador del partido. Vale detenerse en él, para lo cual acudo al texto de Howard Zinn: A People’s History of the United States (Harper. 2003).
En esta Historia del Pueblo de Estados Unidos, Zinn ubica a Malcolm X a la izquierda de Martin Luther King, quien en la década de los 60 encabeza el Movimiento por los Derechos Civiles, cien años después de la Guerra Civil, de la que se derivó la emancipación de la población negra, un hecho más formal que real. Al Dr. King, asesinado en1968, se le recuerda por la Marcha a Washington, en el verano de 1963, que congregó a más 200 mil personas, en la que pronunció su célebre discurso: I have a dream (Yo tengo un sueño), un llamado a la fraternidad.
Aunque “fue una gran pieza oratoria, no reflejó la rabia que muchos negros sentían”, afirma Zinn. En esa marcha, a un joven, líder del radical Comité Coordinador Estudiantil por la No Violencia (SNCC, por sus siglas en inglés, y en la que el mismo Zinn formaba parte de su Comité Ejecutivo), fundado en abril de 1960, se le prohibió hablar. Ese joven fue el recientemente fallecido John Lewis.
Malcolm X dijo que la marcha había sido “un picnic, un circo, con payasos y todo”, que después “fueron incorporados a una coalición demócrata”, como observó Arthur Schlesinger, escritor y asesor del presidente John F. Kennedy.
Pronto se vio que los nuevos derechos conquistados, y suscritos, a regañadientes, por el presidente Lyndon B. Johnson, no cambiaron las condiciones de vida y trabajo de la población negra. Se experimentó en el movimiento una radicalización, con la irrupción del Black Power (Poder Negro) y las Panteras Negras, cuyo vocero fue Malcolm X: “Alcanzarás tu libertad, haciendo saber a tu enemigo que harás cualquier cosa por lograrla”, afirmó a fines de 1964. Sería asesinado en febrero de 1965.
A propósito de Howard Zinn, en la página del Zinn Education Proyect viene un texto de 2014, acerca del libro: La contrarrevolución de 1776: Los orígenes de Estados Unidos, de Gerard Horne, profesor de historia de la Universidad de Houston, que es entrevistado por Democracy Now.
La tesis de Horne es que entre los colonos existía la percepción de que Londres se encaminaba hacia la abolición, “poniendo así en peligro numerosas fortunas, no sólo basadas en la esclavitud, sino también (y sobretodo) en la trata de esclavos”, comercio que dejaba ganancias hasta por mil 700 por ciento, y que sería la plataforma de la acumulación de capital. Por eso, más que de Revolución de Independencia, se puede hablar, en términos de economía política, de contrarrevolución, a fin de mantener sus privilegios coloniales, basados en ese sistema de explotación.
Entre los nombres se buscan eliminar de algunas escuelas de Filadelfia, está el de Stephen Girard, quien en su testamento incluyó una parte para crear una escuela para huérfanos, que sólo fueran hombres blancos (hasta 1968 se aceptaron niños no blancos), y sustituirlo por el nombre de Academia de Música John Coltrane.
De una lista de 25, los estudiantes votarán por cinco escuelas, a las que les pondrán nuevos nombres, después de que ellos mismos investiguen al respecto. También se tiene contemplado otro programa más ambicioso para cambiar los nombres de calles y avenidas del sur de Filadelfia.
No se trata sólo de borrar la historia, sino de una lucha política y cultural en la que la gente se identifique con / participe en ella.
7
El historiador David A. Bell, de la Universidad de Princeton, compara a George Washington con Donald Trump, a través del carisma, que no sólo depende de la persona, sino de las audiencias, y que es potenciada por los medios. En su tiempo, se tuvo una verdadera devoción por Washington (gente hubo que bautizó a sus hijos George o Martha, nombre de su esposa, o que reproducían su imagen impresa); al igual que hoy miran a Trump, al menos en 40 por ciento de la población, que ve a la nación en peligro, de una parte de élite de izquierda que, por ejemplo, con la agenda LGBT “amenaza a la familia”.
Como la noción de carisma, en su sentido original significa “un don de la gracia divina”, ésta requiere que sea encarnada en un salvador –antes Washington, hoy Trump— frente a “esos peligros que intentan destruir nuestros valores” (God bless America / Dios bendiga a Estados Unidos). “La base se entera de estas amenazas a diario a través de programas de radio y Fox News”. En este sentido, todavía para muchos, Trump es ese salvador, a pesar de ser “la encarnación andante más perfecta de los siete pecados capitales”.
Al hacer un uso efectivo de las redes sociales, y aunque seguramente sea “el peor presidente de Estados Unidos”, Donald Trump establece con su auditorio una relación carismática, no obstante sus errores gramaticales, locuras e insultos, al contrario de “la aburrida cuenta de tweeter de Joe Biden” (Foreign Policy, 8/17/2020).
Ya lo dice la legendaria Angela Davis, profesora de filosofía en Berkeley, pero sobre todo activista de la década de los 60: “Los individuos no cambian la historia ni crean momentos transformadores. Cada cambio importante en este país ha sido consecuencia de una especie de imaginación colectiva. Entonces tenemos que preguntarnos: ¿Este candidato habilitará ese tipo de escenario o lo cerrará?” (Time, 8/20/2020).
8
Frente a la extensa meseta y larga pendiente, que incluye ya los adelantados rebrotes otoñales, la conclusión de las autoridades sanitarias del más alto nivel es que el Covid-19 llegó para quedarse, tales como la influenza.
El 22 de agosto, México llegó, oficialmente, a las 60 mil muertes; lo que sería un escenario muy catastrófico, había advertido, a principios de junio, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, y que casi nadie creyó que llegaríamos a tal cantidad.
Subraya los altos índices de diabetes, hipertensión y obesidad de la población, que la hacen vulnerable, a los que se suman la mala alimentación, los años de abandono del sistema de salud, el binomio desigualdad-concentración del ingreso, todo lo cual explica la mayoría de las muertes por el Covid-19.
Aunque ya comienzan a circular comida procesada con los rombos color negro que nos dicen que son altos en sodio, azúcar y/o grasas, no existe un equilibrio en la publicidad. Siguen estando en desventaja –con letra diminuta— los lemas: Aliméntate sanamente y Come frutas y verduras.
A pesar de todo, se insiste hay que concentrarse en las muertes prevenibles, en las muertes que se evitan al tomar las necesarias medidas de precaución: la sana distancia, el lavado de manos, el uso del tapabocas…
En medio de este reconocimiento, de repente, como hongos, han brotado prospectos de vacunas, comenzando por la rusa Sputnik 5, nombre en recuerdo del primer satélite lanzado al espacio, de origen soviético. López Obrador informó que, de llegar a México, sería el primero en vacunarse. Mientras tanto, ¿por qué no usa el tapabocas?
En la mañanera del 24 de agosto, el presidente se lamenta que adversarios y la prensa conservadora destaquen el número de 60 mil muertes…
Un día antes, sin embargo, había dicho que “ya vamos saliendo de las dos crisis, de la sanitaria y de la económica, pues con una mano se enfrenta la corrupción y con la otra las citadas crisis”.
9
En una resolución publicada el 20 de agosto en el Diario Oficial de la Federación, se inhabilita a la revista Nexos a recibir publicidad oficial en dos años. Todo deriva de información falseada (omitió adeudos con el Instituto Nacional del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, Infonavit) al obtener un contrato de publicidad con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de 2018, de la campaña de salud pública: Chécate-Mídete-Muévete, por 74 mil pesos. Además, se hace acreedora a una multa por 999 mil 440 pesos.
Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública, informa que en el sexenio anterior, habría recibido publicidad “por adjudicación directa con la Administración Pública Federal” por un monto de 85 millones de pesos. “Los editores de Nexos han sido de los más férreos propulsores y defensores del Estado mínimo. Hoy pueden seguir publicando libremente sus ideas sin depender del financiamiento del Estado”. A la manera de Dostoyevski: su crimen es ser crítico del gobierno; su castigo será quedarse sin publicidad oficial.
Y resuena la frase, ya clásica, de José López Portillo: No pago para que me peguen, que sintetiza la relación medios-gobierno, que se reflejaba en la comida del 7 de junio, Día de la Libertad de Prensa, con el presidente departiendo, alegremente, con los dueños y directores de los principales medios del país, y con la presencia de las estrekkas del momento.
Ojalá que no sea un acto más de intolerancia y censura contra la libertad de expresión.
“La libertad es la libertad de aquel que piensa diferente”. Rosa Luxemburgo.
10
En un comunicado del 23 de agosto, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos lamenta la muerte de Juan Nelcio Espinoza Menera, periodista de Piedras Negras, Coahuila, que después de cubrir en vivo unos hechos violentos, la noche del jueves 20 y madrugada del viernes 21, fue detenido por elementos de la policía estatal y, “ya estando en custodia policial, el señor Espinoza Menera falleció en circunstancias que todavía deben ser esclarecidas”.
Para su esclarecimiento, debieran ser tomadas en cuenta “las alegaciones de posibles amenazas y agresiones previas por parte de agentes de policía que la familia del periodista ha señalado, así como la posible vinculación de éstas con su actividad periodística”.
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