El asesinato de John F. Kennedy 50 años después (I)
24/11/2013
- Opinión
(Primera parte)
El 22 de noviembre, se cumplieron 50 años del asesinato en Dallas, Texas, del presidente John Fitzgerald Kennedy. El aniversario del magnicidio ha dado la excusa a muchos investigadores, observadores, analistas, y expertos en desinformación para publicar datos relacionados con el crimen.
El periodista Jim Di Eugenio, escribiendo en las páginas de Consortiumnews, señala que en 1991, seis meses antes de que el cineasta Oliver Stone presentara su película sobre la muerte de Kennedy, grandes diarios ya estaban atacando la obra.
Stone baso gran parte de la película en la investigación que hiciera sobre el crimen el Fiscal del Distrito de Nueva Orleans. Jim Garrison.
Al final de la película Stone mostró un letrero que indicaba que los archivos del Comité Sobre Asesinatos de la Casa de Representantes, se mantendrán clasificados hasta el año 2029.
El congreso de la nación, después realizaría unas audiencias que terminarían logrando la desclasificación de dos millones de páginas de material sobre el asesinato de Kennedy
Jim Di Eugenio subraya que, no obstante la enorme cantidad de datos adicionales revelados en los documentos desclasificados, la cobertura televisiva del crimen continúa perpetuando la historia oficial, sin prestar atención a los eventos históricos que ocurrían en la época y lo que la presidencia de Kennedy representaba.
Entre los puntos sobresalientes de la película de Oliver Stone esta la llamada bala mágica, que causara múltiples heridas al cuello de Kennedy, y al pecho, la muñeca y muslo de John Connolly.
Luego esta el material fílmico conocido como The Zapruder Film. que mostraba la cabeza de Kennedy moviéndose hacia atrás al recibir el disparo fatal, cuando se supone que Lee Harvey Oswald estaba detrás del presidente, en el Texas Bookstore Depository.
Algunas explicaciones presentadas por personas que avanzan una historia diferente incluyen la posible participación de la Mafia y Fidel Castro, dice Di Eugenio. Pero gran parte de la evidencia apunta a la narrativa del fiscal Jim Garrison y la película de Oliver Stone. Es decir, el crimen incluyo a elementos de la comunidad de inteligencia y operativos derechistas que consideraban a Kennedy como de línea blanda contra el comunismo.
El FBI y la CIA no solo tenían un archivo sobre Lee Harvey Oswald, sino que al regresar este de Rusia, no tuvo problemas con las autoridades. Y en el verano de 1963 al llegar a Dallas, numerosos testigos señalaron haber visto a Oswald junto con el ex agente del FBI Guy Banister o en su oficina en el 544 Camp Street.
También Wendel Roache y Ron Smith, dos agentes de la policía de migración, en 1963, cuando seguían a David Ferrie por sus asociaciones con cubanos indocumentados, llegaron a la oficina de Banister, y Oswald estaba allí.
Luego esta la participación de James Angleton, jefe de contrainteligencia de la CIA, quien reemplazara a John Whitten como enlace entre la agencia y la Comisión Warren
Cuando Oswald entró a la embajada de EEUU en Moscú a renunciar su ciudadanía, la información sobre el incidente fue enviada a varios receptores de inteligencia en Washington.
El FBI envío una advertencia FLASH sobre Oswald con el objeto de estar alerta sobre un intento de este de regresar a los EEUU con un nombre falso. Después de todo, existía la posibilidad de que la KGB lo podría reclutar como espía.
Sin embargo, la CIA no actúo sobre el caso siguiendo protocolo y llenando la forma 201, la misma que identifica a alguien como persona de interés para la agencia. Ni tampoco envío la información a la división Soviet Russia, sino que la paso a la unidad supersecreta CI/SIG, creada para prevenir penetración de agentes y conectada con las operaciones encubiertas más complejas. Esta unidad también era conocida como “la selva de espejos.”
Uno de los miembros de la Comisión Warren, entidad encargada de investigar el asesinato de Kennedy, era Allen Dulles, ex director de la CIA, y el mismo que había sido reemplazado por el presidente después del fiasco de Playa Girón en 1961.
Otra interrogante es el hecho de que el personal medico del Bethesda Medical Center, el hospital donde hicieron la autopsia a Kennedy después de que llegara a Washington, dijo no haber visto una enorme herida detrás de la cabeza del presidente, la misma que los empleados del Parkland Hospital de Dallas dicen haber notado cuando Kennedy llego allí poco después de ser balaceado.
Di Eugenio señala que esa herida detrás del cráneo indica que fue hecha durante el mortal ataque en Dallas, cuando Kennedy fuera balaceado desde enfrente.
El periodista apunta a la interrogante presentada por una bala que formaba parte de la evidencia en el crimen contra el presidente.
En entrevista realizada en 1967 por el escritor Josiah Thompson con O.P. Wright, el director de seguridad en el Hospital Parkland. Thompson mostró a Wright la foto CE 399, el respondió que esa bala no fue la que el dio al Servicio Secreto. Aclara que la CE 399 es redonda, tiene cobertura militar, y esta pintada de cobre.
Mientras que la que el entrego fue una bala color plomo, y con punta aguda, del tipo usada por cazadores.
En un artículo de Fidel Castro publicado en Mayo de 2009, el líder cubano señala que John F Kennedy se miraba a si mismo como representante de una nueva generación
Después de la crisis de los misiles en octubre de 1962, el presidente estadounidense emergió como una autoridad gracias a los errores de su principal adversario. Kennedy quería seriamente hablar con Cuba y eso fue precisamente lo que hizo al enviar a Jean Daniel a dialogar con Fidel y regresar después a Washington.
Su misión estaba siendo realizada al momento en que las noticias reportaron el asesinato en Dallas, Texas.
Por su parte, la escritora Elizabeth Woodworth dice que Kennedy, se oponía a una guerra contra Cuba, como también temía que los generales lo derrocaran y escalaran el conflicto a nivel nuclear, uno que ellos pensaban que era ganable.
.En Junio de 1963 hizo un llamado a la paz con los soviéticos, pero diciendo: Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, cuando menos. Para entonces ya había alienado agriamente a los halcones que ponían “ganar la Guerra Fría” por encima de la vida del presidente, acota la escritora Elizabeth Woodworth.
Añade que tanto el asesinato de John F Kennedy, como el de su hermano Robert, y el de Martín Luther King Jr, no fueron cometidos por un asesino solitario.
Concluye diciendo que Kennedy, al igual que el reverendo Luther King Jr, lanzó una campaña no violenta contra la guerra de Vietnam respondiendo a la brutalidad aplicada usando NAPALM contra los niños vietnamitas.
Un memorándum del FBI en 1963 describía al líder afro-americano como: el negro más peligroso en el futuro de la nación desde el punto de vista del comunismo, el negro y la seguridad nacional. Luther King Jr fue arrestado 29 veces y su casa fue bombardeada.
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