Nigale: significado histórico y afinque de un renacer
23/06/2014
- Opinión
23 de junio de 2014: se cumplen 407 años de la caída en combate del cacique Nigale y sus compañeros guerrilleros añú.
Como he acostumbrado desde 1994, trato de escribir algo nuevo sobre Nigale y la épica añú, para insistir en la tarea utópica de luchar contra el olvido.
La Colonia y la República burguesa borraron a Nigale y la resistencia de nuestros ancestros de la enseñanza de la historia y de todo conocimiento científico o esotérico posible. Intencionalmente nos negaron nuestro pasado.
La clase política regional se esmera en cultivar la ignorancia. Celebran el genocidio cada 8 de Septiembre rindiendo pleitesía al criminal Alfinger.
Los invasores merecen plazas, los héroes añú ni la existencia. Para restaurar la casa de un burgués se botan millones, pero no se honra el compromiso de erigir un monumento a la resistencia indígena con el nombre de Nigale. No se aportan recursos para las publicaciones de literatura añú, ni para dejar un registro audiovisual con el testimonio de los ancianos. La gobernación zuliana está en deuda con los legítimos dueños de la región.
No hay políticas públicas para rescatar, revalorizar y revitalizar las culturas ancestrales, mucho menos para reconstruir la historia y etnicidad de la casi eliminada nación lacustre: los añú.
En el acto homenaje a Nigale que organizamos el año pasado en Moján, el gobernador se comprometió a dar apoyo a las iniciativas que venimos desarrollando sin recursos públicos, pero no se honró ninguna de las promesas.
No hay conciencia de la importancia de reivindicar lo originario, pero se malgastan millones en alienantes adoraciones extranjeras.
Nigale es la figura más significativa de la historia de la región del lago de Maracaibo. Esa página es el hito conectivo con nuestras raíces más puras, y la verdad científica embrionaria de una etnohistoria del Zulia, hasta hoy basada en nociones legendarias y falsedades impuestas por el colonialismo, el racismo y la ignorancia.
Aún los aparatos burocráticos emanados de las conquistas de la Revolución Bolivariana, incluida la Constitución de 1999, no se dignan reconocer la gesta del pueblo añú, actuando con mezquindad frente a lo que constituye sin duda, el más grande sacrificio humano de nuestra historia, al resistir un siglo la invasión europea.
Los nombres de Nigale, Telinogaste, Mopaure y Tomaenguola quedaron registrados como héroes olvidados, y los pueblos de Parepi, Cumari, Parahedes, Paraute, Payahuaiten, Ajarayare, como silentes topónimos del genocidio añú causado por la invasión imperialista.
Y quedamos los perseverantes descendientes de Nigale, los que no nos rendimos nunca. Este sábado 28 iremos a Zapara a reiterar nuestro juramento de lealtad y lucha.
Ildefonso Finol
Constituyente de 1999
https://www.alainet.org/fr/node/86632?language=es
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