Luchemos contra la guerra y el fundamentalismo
20/04/2002
- Opinión
Partidarios de la libertad, hermanas y hermanos,
Cuando el año pasado celebrábamos el 8 de marzo, la RAWA expresó la
esperanza de que un año después, en el 2002, celebrásemos el Día
Internacional de la Mujer en un Afganistán libre e independiente. A lo
largo del año, la comunidad mundial fue golpeada por acciones que se
originaron en Afganistán, y la historia contemporánea cambió
drásticamente a causa de ellas.
Muchas cosas han sucedido en Afganistán desde entonces -una de las más
importantes es la fumigación de la pestilencia talibán y sus portadores
de al-Qaeda- pero vemos con amargura que a pesar de esos cambios tan
grandes nuestra desventurada tierra está aún lejos de poder disfrutar
de libertad. Nuestras compañeras de todo el mundo celebran el Día
Internacional de la Mujer con pasión y entusiasmo, mientras que en
Afganistán las mujeres todavía no se sienten lo bastante seguras como
para quitarse las miserables burkas que las amortajan, para levantar
miles de voces que apoyen la libertad y la democracia. Todavía hay un
ancho abismo entre nosotras y el Dar voz a estas divagaciones
angustiosas no es ninguna indicación de desesperanza o falta de fe en
un mañana mejor.
Durante casi veinte años, la RAWA ha caminado intrépida y resueltamente
por una escarpada senda de lágrimas y sangre. Conocemos a la perfección
los peligros del camino que tenemos por delante y no vacilaremos ni un
segundo en nuestra decisión de continuar combatiendo el enloquecido
fundamentalismo religioso y a sus patrones, que se interponen en el
camino hacia nuestros objetivos de paz, democracia, progreso y
emancipación de la mujer. Y en el curso de este duro trabajo, no
sucumbiremos ni al desasosiego ni a la decepción.
A pesar de que a lo largo de los meses que siguieron al horrendo ataque
de fanáticos religiosos a Nueva York y Washington hemos establecido
nuestra postura sobre temas relevantes en numerosas ocasiones,
aprovechamos la presente oportunidad para reiterarla una vez más en
estos temas clave. Esperamos que, al hacerlo, hayamos respondido a las
numerosas peticiones de las seguidoras de la RAWA, dentro y fuera de
Afganistán:
1. La RAWA y la campaña militar estadounidense contra los talibanes y
la banda de Osama.
La RAWA ha señalado con insistencia el hecho de que los talibanes,
Osama y compañía y otras bandas fundamentalistas en Afganistán, son
producto de las políticas miopes de Estados Unidos en relación con la
guerra afgana de resistencia a la agresión soviética. Mientras fueron
útiles cual monstruos de Frankenstein para la ejecución de políticas
estadounidenses, los sucesivos gobiernos de EE.UU. les dieron su apoyo
e hicieron la vista gorda a los intereses superiores del pueblo de
Afganistán y a las consecuencias que ese apoyo tendría para la libertad
y la democracia en nuestro país y en la región. La RAWA se enorgullece
de haber condenado insistentemente esta política de Estados Unidos, y
de nunca haber sucumbido a las presiones ni a la "cautela", ni tampoco
al cebo del oportunismo político o financiero.
Consideramos que la nación estadounidense es un gran pueblo que ha
hecho inmensas contribuciones a la civilización humana y al progreso
social y científico. La conciencia del pueblo de Estados Unidos es la
primera en sentirse ofendida por la matanza de afganos inocentes como
consecuencia de los bombardeos en Afganistán. Prueba de ello son las
manifestaciones contra esta guerra en la mayoría de las ciudades
estadounidenses. Miles de correos electrónicos desde Estados Unidos
inundaron la RAWA, expresando simpatía hacia nuestro pueblo y
condenando los bombardeos de víctimas inocentes. La visita a Afganistán
de grupos de desconsolados estadounidenses, que han perdido a sus seres
queridos en la tragedia del 11 de septiembre, para simpatizar y
conmiserarse con las víctimas de los bombardeos es un brillante ejemplo
del humanismo y el amor a la paz, típico del pueblo de Estados Unidos.
El pueblo afgano nunca olvidará esos gestos. Las lágrimas de angustia
de miles de estadounidenses enlutados y de afganos afligidos.
Nosotras vemos esta campaña militar no como una agresión contra
Afganistán o como una guerra contra el pueblo afgano o incluso como una
agresión contra el Islam o los musulmanes; sino más bien como una
disputa entre protectores y ex-protegidos. Contrariamente a lo que
dicen algunas organizaciones de mujeres excesivamente comedidas, el
exterminio total, no sólo de los talibanes y de sus adeptos de al-
Qaeda, sino también de los yihadis criminales, es una prioridad
política de la RAWA. El derramamiento de sangre y la miseria que rodean
a nuestro pueblo inocente, flagelado por el fundamentalismo -lo que
eufemísticamente suele llamarse "daño colateral"- como consecuencia del
castigo que EE.UU. aplica a sus ex-agentes indisciplinados no puede
sino afianzar nuestra oposición a la guerra estadounidense contra
Afganistán. Muchas veces en el pasado proclamamos que la forma de
contener a los talibanes y a al-Qaeda, de acortar la vida de estas
sabandijas, era un llamamiento significativo, decisivo y oportuno de
las Naciones.
2. La RAWA y la guerra contra el terrorismo
No es posible combatir una banda fundamentalista apoyando otra. En esta
guerra contra los talibanes y al-Qaeda, Estados Unidos ha puesto en
marcha la Alianza del Norte haciendo la corte y armando a ciertos
infames señores de la guerra. Al hacerlo, EE.UU. instiga a los peores
enemigos de nuestro pueblo y continúa la misma política tiránica contra
la gente y el destino de Afganistán que los sucesivos gobiernos
estadounidenses han adoptado en los últimos veinte años. Los talibanes
y al-Qaeda no pueden ser erradicados sólo con el poder militar y
económico. La guerra contra los talibanes y al-Qaeda no es sólo una
guerra en los frentes militar y financiero, sino también en el frente
ideológico. Mientras permanezcan la actitud y las ideas características
de los talibanes y de Osama y compañía, será inevitable que brote su
barbarie una vez más, en Afganistán o en cualquier otra parte del
mundo. Están asediando la guarida de estos malvados criminales en
Afganistán.
3. La situación después de la caída de los talibanes.
La reunión en Bonn sobre Afganistán fue convocada con la ambición de
formar un gobierno de transición y decidir qué debe hacerse a largo
plazo tras la caída de los talibanes y de al-Qaeda. Con la excepción de
quienes apoyaban al antiguo rey, más de tres cuartos de los
participantes de la reunión eran ignominiosos representantes de la
Alianza del Norte y afiliados a la famosa organización terrorista de
Golbodin Hekmatyar. Por consiguiente, y a pesar de las vociferantes
bendiciones de la prensa occidental, la reunión de Bonn no puede ser un
presagio de paz y democracia para nuestro pueblo. El reparto de
ministerios clave entre figuras cuyos terribles crímenes todavía
horrorizan a nuestro pueblo y el empeoramiento de la seguridad en Kabul
y en otras provincias han confirmado por enésima vez la veracidad de
nuestras predicciones basadas en la trayectoria de la Alianza del
Norte. La existencia de una o dos mujeres de adorno en el gobierno de
transición (una que pertenece a un partido famoso por servir al régimen
La RAWA ha sostenido repetidamente que en las circunstancias actuales
ningún poder que no sea el mismo pueblo afgano puede o podrá ayudarse a
sí mismo para luchar contra el fundamentalismo, y no hay precedente en
la historia de que una nación o naciones extranjeras que han sido a su
vez patrocinadoras e instigadoras de los agentes de la esclavitud y el
fundamentalismo hayan garantizado la libertad de una nación esclavizada
por estos mismos agentes. Por eso la RAWA invitó persistentemente a
nuestro pueblo a levantarse contra los talibanes, al-Qaeda y otros
fundamentalistas. Ésta era la condición previa para prevenir las
circunstancias que han llevado al bombardeo estadounidense y a la
matanza de inocentes, y para prevenir que ningún grupo de vampiros
religiosos tenga poder en el Afganistán post- talibán.
Karzai, que no tiene apoyo ni respaldo de ninguna organización o fuerza
armada, juntamente con un número de sus colegas en la misma situación,
son rehenes en las manos de los criminales de la "Alianza del Norte".
Aunque no es fundamentalista, tiene una larga historia de cooperación y
connivencia con Burhanuddin Rabbani y su banda y, por ello, se ha
ilusionado creyendo que el unirse a los criminales que lo rodean y el
alabar a los señores de la guerra, como Rabbani, le brindaría
beneficios políticos. Desdichadamente no sabe o no quiere saber que sus
ministros más importantes han perpetrado atroces crímenes contra
nuestro pueblo, infamias mucho más imperdonables e inexpiables que las
de los talibanes.
Karzai puede estar seguro de que la banda de Rabbani que está a su
alrededor, después de haber saboreado varios años en el poder y el
tráfico de drogas sin restricciones y de un legendario acopio de
riqueza bajo el manto de la inmunidad diplomática, no se contentarán
sólo con la usurpación de puestos clave en el Los desagradables
esfuerzos del grupo de Rabbani para canonizar a su icono Ahmad Shah
Massoud y las entusiastas ululaciones políticas bajo su retrato son
parte de la preparación de conspiraciones futuras. Los "caballeros" de
la banda de Rabbani, ex-fundamentalistas convertidos en "demócratas",
han llevado el collar de lealtad al origen de Abdullah Ozzam u Osama
bin Laden mucho más que los talibanes, y se han alimentado durante más
tiempo de las migajas que caían de sus mesas. Con su ridícula obsesión,
recientemente adquirida, por la apariencia "civilizada" y su parodia de
la última moda masculina europea, podrán lograr el enmascaramiento de
sus rasgos políticos e ideológicos a ojos de gente superficial, sobre
todo en Occidente, pero nunca lograrán ocultar sus puños manchados de
sangre ante los ojos de nuestro pueblo. La carga reciente de los
fundamentalistas de la Jihad entre sí en las provincias de Patkia y
Ningarhar, los gruñidos de Karim Khalili en la región de Hazarajat, el
pillaje de Rashid Dostum y su El asesinato del Ministro de la Aviación,
doctor Abdurrahman, es una señal no muy sutil al antiguo rey, el Sr.
Karzai, de sus amigos. Es un atisbo de las intrigas e infamias que los
enemigos más depravados de nuestro pueblo-esos que rodean a Karzai- son
capaces de hacer para proteger sus intereses criminales.
El doctor Abdurrahman fue eliminado porque sus asesinos no confiaban en
que callase los vergonzosos secretos que conocía acerca de Ahmad Shah
Massoud, el doctor Abdullah, el general Fahim y otros líderes de
Jamiat-i-Islami.
Cualquier filtración de Abdurrahman habría roto lo que queda de las
máscaras que siguen luciendo y con las que pretenden engañar a todo el
mundo.
Señor Karzai: puede que los afganos se abstengan de tacharlo de segundo
Shah Shuja o de segundo Babrak Karmal porque ha sido puesto en ese
lugar en circunstancias difíciles y como una alternativa a asesinos
como Golbodin Hekmatyar, Sayyaf, Khalili y otros de su calaña, pero no
perdonarán su indefinida indulgencia o su acuerdo con yihadis
degolladores, acuerdo que últimamente no lo deja en buen lugar. La
prueba de su valía, competencia y honradez -o de los de cualquier otro
líder afgano- es su actitud hacia los fundamentalistas y sus líderes en
el extranjero, y su fidelidad a los principios de la democracia.
Hay algunos que presentan el tema de la necesidad de reconciliación
nacional en Afganistán y citan a los nazis en Alemania y en otros
países a modo de ejemplo. Si esta alegoría no es un producto de la
ignorancia en cuanto a la naturaleza y el historial de los
fundamentalistas afganos, no puede tener otro significado que el de
pedir a los afganos que se muestren alegres y festivos en el funeral de
sus seres queridos. ¿Cómo se puede pretender que la nación afgana
perdone y se reconcilie con las bandas e individuos que entre 1992 y
1996 perpetraron tan horribles salvajadas y maldades, y nos causaron
tanta devastación? Además, estos "caballeros" no sólo no muestran el
menor remordimiento acerca de su pasado, sino que además se apoyan en
sus carteras con inconfesable arrogancia y desdén por la gente de la
que tanto han abusado. Para seguir con la alegoría de los nazis:
primero, no ha habido ningún líder de los nazis que no haya recibido o
haya sido sentenciado a la pena capital; segundo -y más importante- los
nazuosas o parciales parodias de la justicia. Los criminales serbios o
sus enemigos parecen niños inocentes cuando se los compara con sus
colegas afganos. Si el despliegue de tropas y la acción militar contra
los talibanes y al- Qaeda es una causa justa, la persecución de los
crímenes escalofriantes de la Alianza del Norte es el sine qua non para
la paz, la democracia y la justicia en Afganistán.
Algunos preguntan: "¿Por qué la RAWA no puede aprobar ningún gobierno
en Afganistán?" La respuesta es simple: porque no consideramos que
ninguna fuerza política actual o anterior que haya accedido al poder
sea democrática y crea en los derechos inalienables de las mujeres.
Nosotras no podemos entendernos con cancerberos que llevan marcas de
años de atroces crímenes contra el pueblo en sus rostros.
4. La instauración de la paz
Si Kabul no puede considerarse un lugar seguro incluso con la presencia
de varios miles de soldados extranjeros, no hay alternativa al uso de
una fuerza efectiva de seguridad de Naciones Unidas alrededor del país
para asegurar condiciones seguras para convocar una Loya Jirga (Gran
Consejo) y, más importante, un sufragio nacional. A pesar de todas las
críticas que se alzaron contra el modus operandi de la ONU, la RAWA
prefiere la presencia de sus tropas mucho más que la dispersión de
yihadis psicópatas sobre la población afgana. De todas formas, estas
tropas de la ONU no deberían de incluir soldados de países que hasta
ahora han ayudado e instigado a los fundamentalistas y a los brutales
señores de la guerra, como Turquía, que ha sido uno de los principales
patrocinadores del criminal Dostum.
5. Países vecinos
Parece que el régimen iraní, después de años de mimar a Golbodin
Hekmatyar y de crear el "Proceso de Chipre" para favorecer sus
intereses, se está divorciando de él. Pero una separación así no puede
engañar a nadie. La única meta del régimen iraní, manchado de sangre,
con este espectáculo de la separación de Golbodin es una cortina de
humo para esconder sus peligrosas y desvergonzadas maniobras para
prevenir, con el fortalecimiento y el apoyo a sus lacayos de confianza
Ismael Khan y Karim Khalili, la reunificación de Afganistán. Con el
colapso de sus colegas talibanes, el régimen de Vilayat-e-Faqih en Irán
tembló hasta los cimientos y, para mantener las aguas turbias en
Afganistán, no desistieron en garantizar un refugio seguro a los
talibanes o miembros de al-Qaeda que escapasen a su país.
Nuestro desventurado país padece la horrenda suerte de tener en la
frontera del Oeste un régimen tan sediento de sangre como el iraní,
pero la desventura es doble si consideramos que el vecino del Este -con
el que comparte una frontera de cientos de millas desde el Noreste
hasta el Sudoeste- los regímenes paquistaníes han basado durante 23
años sus políticas hacia Afganistán en borradores en los que los
líderes, los servicios de inteligencia y los partidos fundamentalistas
islámicos han trabajado duro para crear, nutrir y entrenar a los
yihadis criminales y posteriormente a las bandas talibanes y arrojarlas
sobre el pueblo de Afganistán. El actual gobierno paquistaní ha tomado
medidas para amordazar a los partidos terroristas fundamentalistas de
su país, pero tal como denuncia una declaración de la RAWA, estos pasos
no son adecuados para asegurarse la confianza del pueblo afgano a menos
que: 1). cientos de asesinatos, secuestros, extorsiones, torturas y
otros casos criminales contra los líderes y miembros más connotados.
Asimismo, los gobiernos de Rusia, Tayikistán y Uzbekistán sólo podrán
lograr la confianza y la buena disposición del pueblo afgano si
distribuyen los documentos relacionados con la asistencia que han
prestado durante años a los terroristas de la Alianza del Norte y si
prometen cesar cualquier apoyo futuro a sus otrora protegidos.
6. La reconstrucción de Afganistán
La afluencia de billones de dólares a un país aún gobernado por la
mafia fundamentalista poco puede beneficiar al pueblo afgano. En estas
circunstancias, la única consecuencia de la afluencia de dinero sería
el llenado de las arcas de la Cosa Nostra religiosa y, por
consiguiente, la financiación de sus planes terroristas dentro y fuera
de Afganistán. En un país como Afganistán, en el que no hay ni rastro
de una infraestructura legal o de un gobierno cuasi democrático, la
mayoría de los asuntos sociales y económicos deben ser tratados como
temas políticos. La gestión satisfactoria de los problemas sociales y
económicos en Afganistán, y su resolución en interés de la gente de
Afganistán, dependen sobre todo de la formación de un gobierno afgano
democrático. Llamamos la atención de todos los países interesados en
colaborar con la rehabilitación y reconstrucción de Afganistán sobre el
punto que destacamos más arriba.
7. Loya Jirga (Gran Consejo)
La RAWA no considera que la Loya Jirga sea una institución democrática
compatible con las exigencias de la vida política civil en el mundo
contemporáneo. A pesar de ello, creemos que bajo las circunstancias
actuales en las que la sombra de las barbas y bayonetas de los
fundamentalistas se ciernen altas y amenazantes sobre la tierra, la
anacrónica Loya Jirga puede desempeñar todavía una función nacional e
histórica positiva. A pesar de que tenemos grandes reservas porque
ninguno de los 21 miembros del Comité Preparatorio para la Convocatoria
de la Loya Jirga tiene un pasado de lucha contra los criminales de la
Jihad, y algunos de ellos tienen antecedentes de silencio obsecuente y
de compromiso con los talibanes. Con un comité de preparación así, la
naturaleza y competencia de la Loya Jirga está en entredicho.
Es "divertido" notar que una de las mujeres miembros de este comité,
además de haber sido miembro de la facción Parcham del desgraciado PDPA
(partido colaboracionista soviético), fue puesta en el centro Es
evidente que los asesores indígenas de Lakhdar Barahimi lo han
aconsejado mal, en contra de las aspiraciones del pueblo afgano, en lo
relativo a la selección de miembros del Comité Preparatorio para la
Convocatoria de la Loya Jirga.
Barahimi debería de saber que el hedor de la obra fundamentalista
emponzoñará la Loya Jirga -al igual que ya emponzoña la Autoridad
Provisional -, y la ONU será la única responsable de la renovada
tragedia afgana, ya que nadie echará la culpa a sus asesores indígenas.
La selección de participantes para cualquier función, en cualquier
institución, basada únicamente en su filiación religiosa o étnica, es
algo impropio y totalmente descaminado. Los problemas cruciales han de
ser liberados de la contaminación fundamentalista por los
representantes de todos los grupos religiosos o étnicos. De lo
contrario, es muy probable que la composición de la Loya Jirga incluya
representantes de todos los grupos tribales, étnicos y religiosos de
Afganistán, pero la mayoría de ellos, o todos, seUna de las mujeres que
forman parte de la Autoridad Provisional, que niega falazmente su
pertenencia a la jefatura de un partido fundamentalista
etnochauvinista, ha admitido legítimamente que no representa al pueblo
de Afganistán. No ser representativa de un pueblo por haber vivido
fuera de él durante largos periodos de tiempo no es importante. Sí lo
es tener una mente libre de basura fundamentalista que le permita a uno
pararse firme en el frente patriótico, democrático, progresista de la
sanguinaria guerra ideológica contra los soldados de la Jihad y los
villanos talibanes. Si la Loya Jirga no se convierte en este frente,
será simplemente un instrumento vil para adoptar decisiones de línea
fundamentalista y antidemocrática.
8. La constitución
La constitución de Afganistán de 1964, con las siguientes enmiendas,
puede ser aceptada por la mayoría de la población de Afganistán (con
excepción de los fundamentalistas).
Extirpación de las referencias a la religión oficial y a las ramas
religiosas herejes. Las constituciones de muchos países islámicos
carecen de tales referencias. ¿Por qué debería negarse una
característica democrática de este tipo a la Constitución de
Afganistán? ¿Por qué, al reconocer nuestra religión y nuestra rama
religiosa, podrá marginarse a los adherentes de otras religiones o
ramas religiosas? Para que la misma Constitución se convierta en una
barrera formidable contra el surgimiento del fundamentalismo y la lucha
religiosa, debe estipular que el uso de la religión para la obtención
de objetivos políticos esté prohibido y sea perseguido por la ley.
El laicismo y la separación de la religión y del estado. La RAWA ha
asegurado repetidas veces que la única manera de impedir que nuestra
nación sea arruinada por el fundamentalismo o por cualquier otra
pestilencia disfrazada de religión, ya sea ahora o en el futuro, es la
separación de la religión y del Estado. La inclusión de esta cláusula
explícita en la Constitución de otros países islámicos no ha sido
considerada extraña ni anti-islámica. No hay razón para que la
Constitución de Afganistán no posea este principio democrático tan
importante. Aquellos que consideran las llamadas al laicismo como una
"tendencia antirreligiosa" lo hacen, si no es por ignorancia, para
servir consciente o inconscientemente a los intereses fundamentalistas.
La instauración de un cupo constante de escaños para las mujeres
diputadas en cualquier parlamento futuro.
La abolición de la tortura y la pena capital bajo cualquier nombre o
excusa. La RAWA presentará sus propuestas más elaboradas en una
oportunidad futura.
9. El próximo Estado Afgano
Dada la composición de la Autoridad Transitoria, la RAWA no la
considera adecuada ni competente para desempeñar las bases de los
principios democráticos. Incluso si Karzai y una selecta porción de su
equipo comprometiesen sinceramente su fe en la democracia y su
adherencia a sus principios, están atrapados y paralizados por los
tentáculos de los reconocidos enemigos de la democracia que los rodean.
La RAWA hace un llamamiento por un futuro Estado Afgano basado en los
siguientes principios: Adhesión incondicional a los principios y al
criterio de la democracia y su principio más importante, el laicismo.
Prohibición estricta de todo tipo de decretos, fatwas, etc., sobre las
mujeres y sobre lo que éstas deben vestir, etc. (¿No es suficiente con
diez largos años de supresión y empeño en una salvaje y vil guerra
contra las mujeres?)
Abolición total y absoluta de organizaciones de vigilancia política, u
otras instituciones de espionaje civil, tortura u hostigamiento, ya
sean del tipo de los regímenes Parchami, Khalqi, Yihadi o Talibán, o de
cualquier otra forma. (Sería necesario crear un museo de la vergüenza
para registrar la totalidad de las infamias perpetradas por estos
sucesivos regímenes).
Persecución de todos los individuos que, durante los últimos 23 años,
hayan cometido traición a la patria, crímenes de guerra, abierta
violación de los derechos humanos y saqueo del patrimonio nacional.
Abolición y proscripción de todas las madrazas religiosas y otras
guaridas de terroristas donde se promueven y enseñan los pensamientos
yihadis y talibanes.
Investigación y recuperación de cientos de los millones de dólares
apropiados ilícitamente por los ladrones yihadis y talibanes de las
arcas públicas o de los fondos de asistencia financiera internacional.
(Esta investigación y recuperación debería de incluir los diez millones
de dólares concedidos por el entonces Primer Ministro paquistaní, Nawaz
Sharif, a Sebghatullah Mojadedi, el primer "presidente" yihadi de
Afganistán. Esta suma es irrelevante si se la compara con la
malversación de cientos de millones de dólares por parte de otros
líderes yihadis, pero por fortuna está bien documentada).
Exclusión de los miembros superiores de los partidos yihadi y talibán
de los cargos públicos. Asimismo, la exclusión de intelectuales que, ya
sea dentro o fuera de Afganistán, ponen desvergonzadamente su talento,
su pluma y su voz al servicio de los criminales yihadis y talibanes.
Sería necesario pedir la extradición de estos ideólogos de la Alianza
del Norte a las autoridades estadounidenses, europeas y canadienses,
así como a las de todos los demás países en los que se refugien estos
elementos. Será necesario iniciar procedimientos legales contra tales
individuos por su servidumbre comprada a los sinvergüenzas yihadis y
talibanes. Dejemos que los oponentes de la RAWA lancen cualquier
acusación con los argumentos que deseen. Dejemos que los denominados
intelectuales, lacayos de las bandas criminales yihadis y talibanes, no
desistan de ningún tipo de sus asquerosas habladurías contra la RAWA.
Dejemos que los imbéciles clamen que las mujeres afganas, a causa de
los condicionamientos religiosos y culturales, cInspiradas por la
sangre que Meena derramó en su camino, y con la férrea resolución de
crear un Afganistán libre, próspero y democrático, marcharemos hacia
delante y lucharemos a la vanguardia de la legión de mujeres de nuestro
país. Como un batallón del gran ejército de mujeres partidarias de la
libertad en todo el globo, las mujeres del resto del mundo nos
encontrarán en nuestros puestos.
¡Hagamos que el auxilio y el apoyo a la lucha de las mujeres de
Afganistán contra la guerra y el fundamentalismo, por la libertad y la
democracia, se fortalezca y se desarrolle como nunca antes!
¡Larga vida a la solidaridad de la RAWA con las mujeres que aman la
libertad y con las organizaciones de mujeres a lo ancho de todo el
mundo!
22 de marzo de 2002
Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA), 8 de marzo
de 2002 - Peshawar
Enlace: http://www.zmag.org/content/TerrorWar/rawa_statement.cfm
Título: Let Us Struggle Against War and Fundamentalism
Autor: RAWA (Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán)
Origen: Znet, 22 de marzo de 2002
Traducido por Tatiana de la O y revisado por Manuel Talens
https://www.alainet.org/pt/node/105957?language=es
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