Los consumidores hacen sentir su voz ante la nueva reunión Ministerial del ALCA en Miami
17/11/2003
- Opinión
El ALCA se apresta a llevar a cabo una nueva reunión
ministerial en Miami el próximo 20 y 21 de noviembre.
Esta reunión tendrá lugar frente a un escenario muy
diferente, caracterizado por una nueva crisis de la
Organización Mundial del Comercio (OMC) manifestada
recientemente en Cancún. En medio de esta situación, los
gobiernos de varios países en desarrollo enviaron la
señal de que no aceptarían las presiones de las potencias
económicas y grupos corporativos, por lo que harían valer
sus intereses desde diversos agrupamientos (Grupo de los
20 plus, Grupo de los 37, Caricom, etc.).
El fracaso de la OMC hizo tambalear temporalmente las
negociaciones en el ALCA, no sólo por la falta de
acuerdos, sino además porque los países del hemisferio
terminaron posicionados en campos diferentes,
destacándose el enfrentamiento entre Washington y
Brasilia. Muchos creyeron, en su momento, que en este
nuevo escenario se abría una gran oportunidad para que
todos los gobiernos involucrados en las Negociaciones del
ALCA escucharan, -de una vez por todas-, las demandas
provenientes de los consumidores y de la sociedad civil y
avanzaran hacia la propuesta de un ALCA diferente, que
condujera a nuevas formas de integración. No obstante, un
gran número de gobiernos se ha doblegado frente a la
fuerte presión de los Estados Unidos y han abandonado los
grupos conformados en Cancún, aceptando así la agenda que
quiere imponer el gobierno norteamericano.
Las organizaciones de consumidores y de la sociedad civil
hace tiempo vienen reclamando por una integración cuyo
centro esté constituido por la satisfacción de las
necesidades básicas de los consumidores y de toda la
sociedad, que sirva para superar los problemas más
urgentes que enfrentan nuestros países -como la pobreza-
y para sentar las bases que posibiliten un desarrollo
sustentable de la región. Todos tenemos derecho a mejorar
cada vez más nuestra calidad de vida respetando el medio
ambiente y la biodiversidad.
Creemos que para avanzar en este tipo de integración, la
puesta en práctica de la democracia, la participación, la
transparencia y el acceso a la información son vitales.
Se requiere promover a nivel nacional e internacional
mecanismos efectivos capaces de recoger todas las
demandas sociales, única forma de representar los
intereses de todos los sectores comprometidos con la
integración. Nadie puede quedar excluido.
Los consumidores tienen derechos fundamentales que están
contenidos en las directrices de Naciones Unidas para la
Protección del Consumidor, adoptadas por la ONU en 1985 y
extendidas en 1999. El ejercicio pleno de los derechos de
los consumidores y el fortalecimiento de las agencias
gubernamentales de protección al consumidor deben ser uno
de los objetivos claves de la política comercial de todos
los gobiernos. Más aún, éste debe ser el marco dentro del
cual se formulen y negocien los acuerdos económicos y la
vara con la cual se midan sus resultados. En especifíco,
nos referimos fundamentalmente a:
El Derecho a la información: Los consumidores y la
sociedad civil en general deben estar plena y
oportunamente informados respecto de los contenidos de la
negociación en curso. Además, todo individuo tiene
derecho a la libertad de opinión y de expresión; esto es,
a participar activamente no sólo en las negociaciones,
sino también en la resolución de disputas en la
aplicación del acuerdo.
El Derecho de todo consumidor a acceder a los servicios
públicos esenciales (como Educación, Salud, Electricidad,
Agua Potable, entre otros). Todo acuerdo debe respetar la
soberanía regulatoria de los países sobre los servicios,
permitiéndoles distinguir entre servicios comerciales y
servicios públicos esenciales. También se debe respetar
la opción de excluir estos últimos del acuerdo
hemisférico si el único camino planteado es su
mercantilización. No puede haber acuerdo sobre servicios
sin antes haber hecho una evaluación -con participación
de los consumidores y la sociedad civil- sobre los
impactos provocados por la liberalización en el sector.
El Derecho a la Alimentación sana y culturalmente
adaptada. Una política coherente con el planteamiento del
derecho a la alimentación debe tener como prioridad
asegurar la disponibilidad de alimentos en los mercados
domésticos. La exportación de alimentos no debe tener
primacía sobre el derecho a la alimentación. El acceso a
otros mercados debe basarse en el principio de la
eliminación de todos los subsidios y practicas
comerciales y no comerciales que distorsionen el comercio
internacional y que exacerben las desigualdades y afecten
negativamente a los consumidores.
El Derecho a gozar de los beneficios del progreso
científico y de sus aplicaciones. Se debe evitar que
estos acuerdos consoliden monopolios transnacionales del
conocimiento que socaven dicho derecho. Llamamos a los
gobiernos a oponerse a cualquier intento de incluir los
derechos de propiedad intelectual en las negociaciones
del ALCA u otros acuerdos de libre comercio bilaterales.
En el derecho de acceso a los medicamentos esenciales,
promovemos la elaboración de políticas nacionales de
medicamentos. Para ello, debería permitirse la producción
e importación de medicamentos genéricos sin
restricciones.
Lamentablemente, más allá de los diferentes intereses y
posiciones existentes entre los gobiernos del hemisferio,
las negociaciones en el ALCA estarían generando mayores
privilegios para los inversores y las grandes
corporaciones, mientras renuncian a la protección de los
consumidores, el medioambiente y a la promoción del
desarrollo económico sustentable. Para ello quieren
introducir una cláusula que permite a los inversionistas
realizar juicios para demandar al Estado en tales
materias u otras. No se puede seguir adelante con la
negociación de un tratado de libre comercio en las
Américas hasta tanto los gobiernos participantes dejen de
representar exclusivamente los intereses minoritarios de
las grandes corporaciones transnacionales. Los ciudadanos
y consumidores sienten una gran frustación por la
incapacidad de los gobiernos de poner fin a los flagelos
del desempleo, la pobreza, el hambre y la exclusión.
Pareciera que los gobiernos han olvidado que una de sus
obligaciones es promover y fortalecer la participación de
los consumidores y del conjunto de la sociedad en las
negociaciones comerciales. También las autoridades
públicas, dedicadas a la protección de la salud pública,
seguridad alimentaria y otras materias de interés para
los consumidores, han dejado de lado su responsabilidad
de evaluar los eventuales impactos que tendrían sobre sus
funciones los acuerdos del ALCA.
Es hora que los gobiernos, una vez consideradas las
demandas de los consumidores y de la sociedad civil,
negocien dignamente sin someterse a las presiones e
intimidaciones de los grupos corporativos y de los países
más poderosos. Sólo de esta forma podrán contar con el
apoyo de las organizaciones de consumidores y las
organizaciones sociales del hemisferio que buscan una
integración basada en la equidad y la justicia.
https://www.alainet.org/pt/node/108814?language=en
Del mismo autor
Clasificado en
Clasificado en:
Libre Comercio
- José Ramón Cabañas Rodríguez 01/04/2022
- Jorge Murga Armas 31/03/2022
- Jorge Murga Armas 30/03/2022
- Lori Wallach 22/03/2022
- Néstor Araujo 22/03/2022