El atentado contra Leonidas Iza, presidente de la CONAIE y del que resultara trágicamente heridos sus familiares, en especial su hijo, Javier, representa un acto inaudito que hiere profundamente el corazón de los ecuatorianos. Ejecutado en contra del dirigente de los pueblos indios que no solo representan el origen y lo mejor de nuestra historia sino una fuerza que en los últimos años ha vigorizado la vida política de la sociedad, este brutal atentado ofende la conciencia democrática y las tradiciones de convivencia civilizada de la sociedad ecuatoriana. No se trata lamentablemente de un hecho aislado. La cadena de asesinatos políticos puede remontarse al del Abogado Jaime Hurtado pero en los últimos tiempos ha cobrado una intensidad nunca antes vista. Los asesinatos del dirigente ambientalista Zxingri y del funcionario petrolero Campana, la persecución a Humberto Cholango, las relaciones del Embajador ecuatoriano en la Argentina con el célebre torturador Suárez Masson que montara los escuadrones de la Triple A en Buenos Aires y dirigiera los centros de detención y tortura de la dictadura militar argentina, la insensata política del gobierno de vincularnos al Plan Colombia, la formación de un centro de operaciones entre la CIA, los servicios secretos colombianos y algunos estamentos de la policía ecuatoriana, nos hacen temer la existencia de un plan que intente implantar en nuestra patria los métodos criminales de los paramilitares colombianos que, amparados en el Estado, han asesinado a miles de intelectuales, escritores, periodistas y dirigentes populares en Colombia. Tal es uno de los resultados del Plan Colombia al que este Gobierno, contra la voluntad mayoritaria del pueblo y del Ejército y de la Policía ecuatorianos, nos está conduciendo. Por otra parte, la violación de la inmunidad parlamentaria y los intentos de cerrar Radio La Luna, las amenazas a otros periodistas, entre ellos el Sr. Miguel Rivadeneira de Radio Quito y el Dr. Rodrigo Fierro, constituyen una amenaza muy grave en contra de la libertad de expresión y que afectan también las tradiciones libertarias de la sociedad ecuatoriana. Estamos viviendo momentos decisivos que pueden decidir el porvenir del Ecuador. O se mantiene y profundiza el clima de paz y democracia, resultado de la movilización activa de los pueblos indios y otros movimientos sociales y de las fuerzas políticas democráticas, en el que podamos avanzar hacia formas de equidad social o no despeñamos en el vértigo de la violencia de bandas paramilitares en el marco del Plan Colombia bajo un gobierno entregado a los más siniestros intereses del poder imperial. Nosotros, intelectuales, escritores, hombres de teatro y de cine, cientistas sociales, periodistas nos pronunciamos por la necesidad de integrar el más amplio frente de la sociedad ecuatoriana para detener la escalada fascista y preservar la convivencia civilizada y las tradiciones libertarias del Ecuador. Alejandro Moreano, Milton Benítez, José Moncada, José Lasso, Alberto Acosta, Eduardo Santos, Jaime Breihl, Napoleón Saltos, Silvia Vega, Pilar Bustos, María Augusta Calle, Pablo Dávalos, Valeria Coronel, Ileana Almeida, Lenin Oña, Ilonka Vargas, Irene León, Iván Oñate, Abdón Ubidia, Ulises Estrella, Pepe Ron, Natalia Sierra, Oswaldo León, Magdalena León, Ana María Larrea, Davis Suáres, Margarita Aguinaga y más firmas 13 de febrero de 2004