Raíces del MST
30/05/2004
- Opinión
En enero de 2002, el Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST)
cumplió 20 años de edad. La fechas son, sin embargo, apenas referencias
históricas, lo más importante son las conmemoraciones en la base a lo largo de
todo el año. Quien lucha por tierra solo está cobrando una deuda social que
el Estado brasileño contrajo con los pobres. Por esto, quien lucha por tierra y
reforma agraria, lucha también por el cambio de la estructura agraria y por los
cambios sociales en Brasil. Más que en las conquistas materiales, el MST se
afirmó sobre elementos de la cultura brasileña, tomándolos como sustento de
sus propias convicciones.
Somos fruto de una larga historia. El Movimiento no puede ser comprendido
solamente por sus últimos veinte años. En verdad es fruto de la historia
realizada por nuestro pueblo. Somos hijos del pueblo brasileño. De hecho solo
existimos hoy porque, antes de nosotros, el pueblo organizó otras formas de
organización y de lucha por la justicia. Somos herederos de las luchas históricas
de los pueblos indígenas, de los negros, de los blancos, de los movimientos
campesinos y de resistencia. Somos fruto de muchas reflexiones. Somos fruto
de la teorización de muchas experiencias de lucha que nos antecedieron, sea
en Brasil o en los movimientos campesinos de América Latina.
Elementos que precedieron y acompañan al Movimiento:
1º El descubrimiento del derecho. El MST vive desde hace 20 años por haber
descubierto el derecho de tener acceso a la tierra. Al ver a otras personas que
eran propietarias de tierras, descubrimos que también podemos serlo, y
buscamos las causas por las cuales no somos. Ese descubrimiento puede llegar
a la conciencia por la comparación entre el tener y el no tener, y por la
enseñanzas de la historia de otros movimientos y de la solidaridad entre las
personas.
2º La confianza y solidaridad. Quien cree, confía. Este sentimiento de
credibilidad da a los otros el merecimiento de liderar, representar el colectivo,
guardar objetos y recursos financieros, etc. El MST se empeña por el grado de
fidelidad, compañerismo, espíritu solidario, simpatía y respeto, vislumbrando a
aquel que debe merecerlo. Los pobres son solidarios por naturaleza. Sabemos
que no precisamos de muchas cosas, apenas unos de otros.
Elementos que desarrollaron y expandieron el Movimiento:
a) Ser nacional: el MST se volvió nacional porque la necesidad de los
trabajadores sin tierra se extendió por todo el territorio. Las fuerzas sociales,
sindicales y religiosas determinaron las posibilidades de instalación y
organización del MST en cada lugar. Siendo así, luego de ganar la confianza,
el Movimiento ganó apoyo estructural, financiero y moral para hacer las
reuniones y las ocupaciones.
b) Adopción de principios: Elaboramos principios para garantizar la línea
política de no apartarnos de los objetivos: hacer la reforma agraria y conquistar
una nueva sociedad. Memorizados los principios, otros dos elementos se
presentaron como forma de implantarlos: identificación de los desafíos y
elaboración de los métodos. La responsabilidad con las tareas fue y es la razón
de la eficiencia del MST. El respeto a las decisiones colectivas es un deber
incuestionable.
c) Aceptar las tácticas y ampliar las reivindicaciones: Un movimiento social
tiene su causa específica, pero debe vincularla a las causas generales. Si la
principal reivindicación es la tierra, no podemos darnos por satisfechos cuando
la conquistamos, porque aún faltarán el crédito, la escuela, la casa, el
transporte, etc.
En la historia del MST aprendimos que la fuerza de la opinión pública favorece o
dificulta las victorias. Llegamos a los veinte años apoyados por la sociedad
brasileña. La discusión para elaborar un proyecto popular para el país: La
alternativa es el proyecto popular porque solamente éste puede garantizar
definitivamente los derechos negados por el capitalismo.
¿Cómo se mantiene un movimiento social?
Hay infinidad de aspectos que determinan la construcción y la preservación de
un movimiento durante mucho tiempo. Simplificando, podemos decir que un
movimiento social se mantiene por la combinación de elementos básicos,
como por ejemplo, preservar los elementos que lo originaron. Fue importante
para el MST mantener esa fidelidad a lo largo de los años. Las contribuciones
iniciales del Movimiento permanecen. Por ello, a cada paso surgen nuevos
desafíos; por eso la organización requiere enfrentarlos.
La injusticia social está en el origen del MST, y no podría haber surgido si no
hubiese concentración de la tierra en Brasil, donde tan solo el 1% de los
propietarios detentan el 46% de las propiedades. La necesidad de enfrentar el
latifundio hizo que los trabajadores buscasen formas organizativas. Como la
tarea de derrotar al latifundio no era pequeña, la función inicial del MST
continúa siendo válida y actual. La primera consigna surgida en la lucha por la
tierra en el inicio de la década de 1980 fue: "Tierra para el que la trabaja",
simbolizando la relación que hay entre reforma agraria y generación de
trabajo.
El descubrimiento de que la tierra se conquista con organización, lucha y
presión, llevó al Movimiento a vincularlo con el derecho a la educación.
Cuando surge la posibilidad de ocupar el latifundio, la preocupación central es
si hay escuela para los hijos. Este ideario se extiende cada vez más a los
jóvenes y a lo adultos, sea a través de la alfabetización o de la búsqueda de
universidad. Sin el conocimiento científico, la reforma agraria no prospera.
Con la tierra, el conocimiento científico debe tornarse patrimonio colectivo.
La fuerzas de la movilización para enfrentar los desafíos y buscar soluciones a
los problemas, llevó a las personas, individual y colectivamente, a tener el
reconocimiento público de las sociedades local, nacional e internacional.
Solamente la participación en la lucha social y política de forma organizada es
capaz de devolver a las personas el espacio negado. En la medida en que se
estructura la organización a través de las personas, la percepción social
cambia completamente a su respeto. Nadie teme un grupo que pide limosna
en las veredas de la ciudades, pero teme un acampamento de los Sin Tierra
porque está organizado. Así, el excluido se integra nuevamente por la fuerza al
convivir social con identidad colectiva. Rescata los espacios perdidos en la
relación social, pero también la dignidad perdida.
Avance de la conciencia
Sería difícil, sin embargo, construir un proyecto, por más simple que fuese, si no
hubiese una organización de personas. A través de la lucha no se edifica solo
construcciones materiales que adquieren forma a través de casas, escuelas,
puestos de salud, almacenes, etc. Se edifican también seres humanos. En este
período, muchas personas se vuelven pedagogos, historiadores, filósofos,
médicos, agrónomos, cantores, escritores, poetas, guitarristas, agentes de
salud. Con eso, el incremento del nivel de conciencia es inevitable. El simple
hecho de hacer cosas que no fueron realizadas anteriormente en forma
colectiva ya es señal de avance en la conciencia de cada ser social. Hay una
conciencia en el acampamento y otra en el asentamiento, ya que los
elementos que componen las estructuras de cada uno de ellos son diferentes.
La conciencia es un factor determinante para cualificar una organización y
darle larga vida sin –por tanto- desviarse de sus objetivos estratégicos.
El MST, además, no sería un movimiento social si no fuese creativo. Lo
imprevisto es característica indispensable de los movimientos sociales. Esta
creatividad hace que se produzca una nueva manera de vivir la colectividad,
de resolver los problemas. Se crean nuevos métodos para seguir siempre
adelante. Se comprende que el mayor legado que dejaremos a las futuras
generaciones serán los valores. Compañerismo es una palabra nueva que
entra en la conciencia y su explicación se da a través de la actitudes. La
solidaridad entre los pobres es el involucramiento en las luchas de otros
sectores, contribuyendo con nuevas ocupaciones o realizando el trabajo
voluntario internamente en la sociedad en que vivimos. Eso genera cuidado y
respeto a la vida y a la naturaleza y gusto de pertenecer a la organización
como parte de su historia. En ella está escondida y sumergida en inexplicables
razones la energía que mueve las fuerzas del enfrentamiento y la contestación
al orden vigente. Sin esta energía sería imposible justificar sacrificios, martirios y
pérdidas registradas en todo momento. Nuestro destino continúa siendo el
mismo.
El MST sigue siendo un movimiento social que pretende organizar a los pobres
del campo y sus amigos, para luchar por una sociedad con menos pobreza y
menos desigualdad. Y encontramos que el combate con relación al latifundio,
el capital, la ignorancia y la dominación tecnológica es la mejor forma de
construir una sociedad igualitaria en el medio rural en Brasil. Por eso, en la
conmemoración de los veinte años, todos los derechos serán rescatados y
conmemorados porque, a través del descubrimiento de los mismos, los
obstáculos fueron vencidos. Debemos mirar a la historia para divisar un futuro
más claro. Aprovechar la madurez de quien ya caminó tanto y consiguió llegar
a los veinte años, poder tener la lucidez de mirar atrás, divisar cada curva del
camino andado y superar los errores, fortalecer los aciertos, sacando lecciones
para los próximos pasos. Los veinte años del MST pertenecen a quien soñó, a
quien luchó, a quien murió y a quien aún no nace. Conmemoramos por quien
dio por lo menos un paso en esta ruta y por toda la sociedad que nos dio la
solidaridad.
* Marina dos Santos integra la Dirección Nacional del MST.
https://www.alainet.org/pt/node/109990
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