Frente a la ideología de la muerte, la fe en el Evangelio de la Vida
23/08/2005
- Opinión
La ideología del Rev. Pat Robertson es más fuerte que la fe. En su
programa de televisión The 700 Club, Pat Robertson dijo este lunes
que el mandatario es “un peligro terrorífico” para los Estados Unidos
y por lo tanto ¨Hugo Chávez debe ser asesinado por expandir el
comunismo y el islamismo en América Latina''.
Robertson, fundador de la Coalición Cristiana de Estados Unidos y ex
candidato presidencial, afirmó que Estados Unidos tenía el deber de
impedir que Chávez convierta a Venezuela en una plataforma de
lanzamiento para la infiltración comunista y el extremismo musulmán.
“Yo no sé nada sobre esta doctrina del asesinato, pero si él cree que
estamos tratando de asesinarlo, creo que deberíamos hacerlo'', dijo
Robertson. Es mucho más barato que iniciar una guerra... y no creo
que detendrá los envíos de petróleo'', dijo Robertson.
Tenemos la capacidad de eliminarlo y creo que ha llegado el momento
de ejercer esa capacidad'', dijo Robertson.
“No necesitamos otra guerra de 200.000 millones de dólares para
deshacernos de, ustedes saben, un dictador autoritario'', prosiguió.
``Es mucho más fácil enviar a agentes clandestinos a hacer la tarea
de una buena vez''.
Para nosotros no es una sorpresa, y mucho menos nos asombra. Porque
Mr. Robertson es un fiel representante de la nueva derecha religiosa
norteamericana (NDR). La NDR es el resultado de la gran confluencia
en la cual se encontraron, a partir del año 1980, el fundamentalismo
religioso con la extrema derecha política del partido republicano en
los Estados Unidos. El Club de los 700, la Mayoría Moral y el
Instituto de Religión y Democracia en esencia persiguen el mismo
objetivo: la legitimación teológica del sistema capitalista en su
expresión más salvaje, el neoliberalismo.
Al leer estas afirmaciones hechas, por alguien que se autotitula
predicador de las “Buenas nuevas” de nuestro Señor Jesucristo, no nos
es posible permanecer en silencio, porque como denunciara el Apóstol
San Pablo a los pseudos cristianos que por una parte tenían un
discurso religioso y a la vez negaban con sus acciones la
autenticidad de la fe, afirmamos con él: “Pues, como está escrito: El
nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de
vosotros” (Carta a los Romanos, 2::24)
Acabo de regresar de Venezuela donde tuve la oportunidad de visitar
diferentes parroquias, especialmente aquellas secciones de la
población que viven en los cerros que rodean a la capital de ese país.
No hay que ser sociólogo ni estar necesariamente identificado con
ideología política alguna, para darse cuenta de las consecuencias de
lo cruel, inhumano y anti evangélico de la herencia legada por el
sistema por cuyo regreso apela y defiende el “evangelista” Pat
Robertson. Comparto la sensibilidad de mi hermano cristiano el Dr.
Samuel Kobia, Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias,
quien al verse impedido de llegar a Cuba por las irregularidades de
la compañía aérea, tuvo que viajar en un vuelo donde precisamente
venían decenas de personas pobres para recuperar la visión en Cuba.
Al saludar a los representantes de Iglesias cubanas al llegar al
aeropuerto de La Habana exclamó: “He podido contemplar la compasión
de Cristo”.
Frente a las palabras del Sr. Robertson. anti signos de los valores
del Reino de Dios proclamados y vividos hasta las últimas
consecuencias por Jesús de Nazaret, recuerdo la voz profética del Dr.
Martin Luther King Jr, quien denunció la alienación religiosa de su
tiempo, cuando con la fogosidad que lo caracterizaba señaló: “La
religión que solo piensa en las puertas de oro y la calles doradas de
los cielos y se olvida de las condiciones crueles e injustas en que
viven millones de hombres y mujeres en los gethos y en los tugurios
de las ciudades, necesita un transfusión de sangre nueva”.
Como director del Centro “Dr. Martin Luther King Jr.” de La Habana,
y pastor bautista por más de 45 años, hago un llamado a las Iglesias
de Estados Unidos, como valientemente lo ha hecho el Rev. Jesse
Jackson, a que levanten su voz evangélica una vez más, para repudiar
criterios que son radicalmente opuestos al sentir de Jesucristo quien
nos desafía a la radicalidad del amor al prójimo y a ¨buscar
primeramente el Reino de Dios y su justicia¨.
Como parte de la familia ecuménica que integramos a la familia
mayor en el Concilio Mundial de Iglesias, recordamos también a las
autoridades de los Estados Unidos que estamos en el Decenio para
superar todas las formas de violencia. La posición de Pat Robertson
no surge por generación espontánea, no podemos olvidar las recientes
declaraciones de un alto representante de la administración
norteamericana actual en la República del Paraguay, al
responsabilizar a Venezuela y a Cuba de desestabilizar la región. Sin
duda alguna, existe un condicionamiento ante la opinión pública
internacional que promueven actitudes como la antes mencionada.
Una vez más, nos desafían las palabras de despedida de Moisés a su
pueblo encaminado a la Tierra Prometida: “A los cielos y a la tierra
llamo por testigos hoy contra vosotros, de que he puesto delante la
vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida,
para que vivas tú y tu descendencia”. (Libro de Deuteronomio 30:19)
Una vez más afirmamos: frente a los instrumentos de la muerte,
nosotros escogemos la promoción de la Vida.
- Centro Memorial Dr. Martin Luther King, La Habana.
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