Entre la espada del paramilitarismo y la pared del neoliberalismo
14/03/2007
- Opinión
El pueblo colombiano se encuentra acosado por crisis que impiden su desarrollo como nación.
Por un lado, una crisis de legitimidad originada en la toma de los poderes públicos por parte de la derecha, que utilizando la coacción electoral se ha hecho al control de grandes porciones del país.
De otro lado, una crisis de representación por cuanto quienes dicen representar al pueblo, en su gran mayoría, no lo hacen efectivamente sino que encarnan intereses distintos a los populares.
En nuestro país la lucha diaria es por el más fundamental de los derechos, que es la vida.
The president of Columbia...
Los poderes establecidos han sucumbido por su contubernio con las bandas paramilitares ilegales, narcotraficantes y corruptos que les han tomado, apropiándose de los presupuestos y explotación de sectores como los de la salud, recursos naturales y obras públicas en general para su beneficio particular.
La complacencia del Presidente de la República Álvaro Uribe Vélez con estos reprochables hechos es evidente. Hoy, después de la judicialización y encarcelamiento de quince (15) de los principales aliados del proyecto político que representa y la posible de diecisiete (17) más entre congresistas y funcionarios, nadie puede dudar en Colombia y el extranjero que existe un vínculo claro entre los paramilitares y la cabeza del gobierno.
Todos los caminos del paramilitarismo conducen a Uribe, un presidente paramilitar.
Por sus apoyos tácitos a esa máquina de muerte, el Presidente Uribe aparece como cómplice y auspiciador del encarcelamiento, la desaparición, tortura y muerte de líderes y dirigentes sociales que abiertamente se han opuesto a su gobierno.
Víctima de ello han sido librepensadores como Jaime Gómez, mi asesor y quien fundara con nosotros Poder Ciudadano; este politólogo fue desaparecido una mañana de marzo de 2006 y luego de nuestra insistencia en marchas y movilizaciones populares a nivel mundial, encontrado asesinado con signos claros de tortura.
Actores sociales y dirigentes del sindicalismo que aparecieron en un listado de la central de la inteligencia DAS, fueron también ultimados en hechos que aún no han sido aclarados, lo que si ha quedado al descubierto es que el Jefe de Inteligencia nombrado y defendido por Uribe tiene alguna responsabilidad y por tanto está tras la rejas.
El cómplice silencio de los medios masivos y el acallamiento de las verdades por la autoridad oficial hace que desde afuera las cosas luzcan distintas.
Uribe miente una y mil veces al sostener que la infiltración paramilitar es un hecho aislado y cada vez más surge la verdad desde zonas inexpugnables en donde reinan el fusil y la pobreza.
Y es que el aspecto económico tampoco es como lo anuncian. Fiel seguidor de las políticas del Consenso de Washington el gobierno colombiano viene desde inicios de los noventa aplicando el neoliberalismo entronizado por el ex presidente y ex Secretario de la OEA, César Gaviria Trujillo hoy Director del Partido Liberal, a una de cuyas facciones pertenezco.
Como resultado de lo anterior en Colombia 6 de cada 10 personas son pobres, 4 de cada 10 desempleadas y muchas de las industrias nacionales han tenido que cerrar o ser vendidas a las transnacionales del capital.
En Colombia han privatizado todo, el sindicalismo sigue librando luchas contra las amenazas de su desaparición; las organizaciones populares han sido desmontadas; poco a poco, se concreta el estrangulamiento de los sectores populares y democráticos.
El desespero de las masas se condena, y se impide el ejercicio de la oposición al punto considerar terroristas a quienes nos oponemos al sistema neo-liberal y autoritario establecido, sin mas armas que nuestra palabra y nuestro sueño democrático.
Soy Senadora elegida por la izquierda democrática dentro del Partido Liberal Colombiano, un colectivo con casi 160 años de existencia en el que han militado mujeres y hombres progresistas tales como Rafael Uribe Uribe, Alfonso López Pumarejo y el asesinado Jorge Eliécer Gaitán, que dejaron huellas trascendentes en Colombia y la América Latina. Pertenezco a la línea histórica de aquellos que no dudaron en tomar las armas y estrategia guerrillera para defenderse de la agresión conservadora en los años cincuenta.
Por lo anterior, tengo el compromiso de decir sin miedos que Colombia se encuentra entre la espada del paramilitarismo y la pared del neoliberalismo, con un Presidente guerrerista, autoritario, que rompe los propósitos de la nación y persigue la causa popular. Que con sus políticas públicas impide el desarrollo democrático y lo más grave es que se ha convertido en «cabeza de playa» del Imperio.
El actual mandatario colombiano, alumno aplicado del neoliberalismo está al servicio de los Estados Unidos para desestabilizar la región e impedir el avance del socialismo democrático en toda nuestra América y el Mundo.
Prueba de lo anterior han sido las provocaciones a Venezuela, con disonantes reclamos diplomáticos a Ecuador con el tema de las fumigaciones.
Palpable también con la permanencia hasta el último momento en su cargo de la ex Canciller Araujo, hija de una reconocida familia aliada del paramilitarismo en el norte del país.
Para los demócratas de Colombia no esta fácil el desafío, por ello el apoyo solidario y atento de todas y todos es indispensable e inaplazable en esta hora crítica de Colombia.
En primer lugar, desde nuestro movimiento Poder Ciudadano y al interior del Partido, tenemos como propósito replegar el avance de Cesar Gaviria Trujillo que aspira seguir en la Dirección de la organización partidista, para cumplir órdenes de Washington y satisfacer intereses de las transnacionales a las cuales representa desde The Otun Group, su particular empresa de lobby a favor de tratados comerciales con los Estados.
Recobrando para la izquierda el Partido Liberal de arraigo popular, lograremos unir esfuerzos como lo hicimos cuando llegamos al poder en la ciudad capital Bogotá y cuando derrotamos por abrumadora mayoría el referendo fiscalista del gobierno de este otro típico ’cachorro’ del imperio.
En segundo término, por la gravedad de la crisis humanitaria y social que vive nuestro pueblo, requerimos desatar las crisis en las que estamos por cuenta de la toma del poder por la derecha.
Tres millones de desplazados, cinco mil secuestrados, miles de detenidos políticos y un gobierno ilegítimo nos llaman a la acción para pedir a los gobiernos progresistas de la América distinta a romper relaciones diplomaticas con Colombia, para presionar cambios que permitan el cumplimiento de las garantías mínimas de la democracia, realizar el efectivo desmonte paramilitar y plantear escenarios de diálogo y resolución del conflicto social y armado por el que atraviesa la república.
No son tiempos fáciles para estas tierras, el imperio no se quedará con los brazos cruzados viendo como llegamos a gobernar con dignidad. Por ello, haciendo un llamado a la coherencia en la acción me considero en la obligación de alertar sobre la inestabilidad que se cierne en la Región al mantener relaciones formales con un gobierno mentiroso y fascista como el que encarna Álvaro Uribe en Colombia. Hemos demostrado que la alianza macabra de la derecha, los narcotraficantes, los paramilitares y los corruptos es derrotable, pero requerimos el concurso urgente de los hombres y mujeres progresistas de la región.
Finalizo con un grito de batalla de Gaitán, vigente para el momento: ¡Por la restauración moral y democrática de la Republica…. a la carga!
(Intervención de la Senadora Piedad Córdova, durante la realización del XI Seminario Internacional ’Los partidos y la nueva sociedad’, convocado por el Partido del Trabajo-PT y realizado en Ciudad de México DF los días 9, 10 y 11 de marzo del 2007)
- Piedad Córdova, colombiana,sSenadora, integrante del Parlamento Latinoamericano, Directora Nacional del Movimiento PODER CIUDADANO, tendencia de izquierda democrática del Partido Liberal Colombiano.
Por un lado, una crisis de legitimidad originada en la toma de los poderes públicos por parte de la derecha, que utilizando la coacción electoral se ha hecho al control de grandes porciones del país.
De otro lado, una crisis de representación por cuanto quienes dicen representar al pueblo, en su gran mayoría, no lo hacen efectivamente sino que encarnan intereses distintos a los populares.
En nuestro país la lucha diaria es por el más fundamental de los derechos, que es la vida.
The president of Columbia...
Los poderes establecidos han sucumbido por su contubernio con las bandas paramilitares ilegales, narcotraficantes y corruptos que les han tomado, apropiándose de los presupuestos y explotación de sectores como los de la salud, recursos naturales y obras públicas en general para su beneficio particular.
La complacencia del Presidente de la República Álvaro Uribe Vélez con estos reprochables hechos es evidente. Hoy, después de la judicialización y encarcelamiento de quince (15) de los principales aliados del proyecto político que representa y la posible de diecisiete (17) más entre congresistas y funcionarios, nadie puede dudar en Colombia y el extranjero que existe un vínculo claro entre los paramilitares y la cabeza del gobierno.
Todos los caminos del paramilitarismo conducen a Uribe, un presidente paramilitar.
Por sus apoyos tácitos a esa máquina de muerte, el Presidente Uribe aparece como cómplice y auspiciador del encarcelamiento, la desaparición, tortura y muerte de líderes y dirigentes sociales que abiertamente se han opuesto a su gobierno.
Víctima de ello han sido librepensadores como Jaime Gómez, mi asesor y quien fundara con nosotros Poder Ciudadano; este politólogo fue desaparecido una mañana de marzo de 2006 y luego de nuestra insistencia en marchas y movilizaciones populares a nivel mundial, encontrado asesinado con signos claros de tortura.
Actores sociales y dirigentes del sindicalismo que aparecieron en un listado de la central de la inteligencia DAS, fueron también ultimados en hechos que aún no han sido aclarados, lo que si ha quedado al descubierto es que el Jefe de Inteligencia nombrado y defendido por Uribe tiene alguna responsabilidad y por tanto está tras la rejas.
El cómplice silencio de los medios masivos y el acallamiento de las verdades por la autoridad oficial hace que desde afuera las cosas luzcan distintas.
Uribe miente una y mil veces al sostener que la infiltración paramilitar es un hecho aislado y cada vez más surge la verdad desde zonas inexpugnables en donde reinan el fusil y la pobreza.
Y es que el aspecto económico tampoco es como lo anuncian. Fiel seguidor de las políticas del Consenso de Washington el gobierno colombiano viene desde inicios de los noventa aplicando el neoliberalismo entronizado por el ex presidente y ex Secretario de la OEA, César Gaviria Trujillo hoy Director del Partido Liberal, a una de cuyas facciones pertenezco.
Como resultado de lo anterior en Colombia 6 de cada 10 personas son pobres, 4 de cada 10 desempleadas y muchas de las industrias nacionales han tenido que cerrar o ser vendidas a las transnacionales del capital.
En Colombia han privatizado todo, el sindicalismo sigue librando luchas contra las amenazas de su desaparición; las organizaciones populares han sido desmontadas; poco a poco, se concreta el estrangulamiento de los sectores populares y democráticos.
El desespero de las masas se condena, y se impide el ejercicio de la oposición al punto considerar terroristas a quienes nos oponemos al sistema neo-liberal y autoritario establecido, sin mas armas que nuestra palabra y nuestro sueño democrático.
Soy Senadora elegida por la izquierda democrática dentro del Partido Liberal Colombiano, un colectivo con casi 160 años de existencia en el que han militado mujeres y hombres progresistas tales como Rafael Uribe Uribe, Alfonso López Pumarejo y el asesinado Jorge Eliécer Gaitán, que dejaron huellas trascendentes en Colombia y la América Latina. Pertenezco a la línea histórica de aquellos que no dudaron en tomar las armas y estrategia guerrillera para defenderse de la agresión conservadora en los años cincuenta.
Por lo anterior, tengo el compromiso de decir sin miedos que Colombia se encuentra entre la espada del paramilitarismo y la pared del neoliberalismo, con un Presidente guerrerista, autoritario, que rompe los propósitos de la nación y persigue la causa popular. Que con sus políticas públicas impide el desarrollo democrático y lo más grave es que se ha convertido en «cabeza de playa» del Imperio.
El actual mandatario colombiano, alumno aplicado del neoliberalismo está al servicio de los Estados Unidos para desestabilizar la región e impedir el avance del socialismo democrático en toda nuestra América y el Mundo.
Prueba de lo anterior han sido las provocaciones a Venezuela, con disonantes reclamos diplomáticos a Ecuador con el tema de las fumigaciones.
Palpable también con la permanencia hasta el último momento en su cargo de la ex Canciller Araujo, hija de una reconocida familia aliada del paramilitarismo en el norte del país.
Para los demócratas de Colombia no esta fácil el desafío, por ello el apoyo solidario y atento de todas y todos es indispensable e inaplazable en esta hora crítica de Colombia.
En primer lugar, desde nuestro movimiento Poder Ciudadano y al interior del Partido, tenemos como propósito replegar el avance de Cesar Gaviria Trujillo que aspira seguir en la Dirección de la organización partidista, para cumplir órdenes de Washington y satisfacer intereses de las transnacionales a las cuales representa desde The Otun Group, su particular empresa de lobby a favor de tratados comerciales con los Estados.
Recobrando para la izquierda el Partido Liberal de arraigo popular, lograremos unir esfuerzos como lo hicimos cuando llegamos al poder en la ciudad capital Bogotá y cuando derrotamos por abrumadora mayoría el referendo fiscalista del gobierno de este otro típico ’cachorro’ del imperio.
En segundo término, por la gravedad de la crisis humanitaria y social que vive nuestro pueblo, requerimos desatar las crisis en las que estamos por cuenta de la toma del poder por la derecha.
Tres millones de desplazados, cinco mil secuestrados, miles de detenidos políticos y un gobierno ilegítimo nos llaman a la acción para pedir a los gobiernos progresistas de la América distinta a romper relaciones diplomaticas con Colombia, para presionar cambios que permitan el cumplimiento de las garantías mínimas de la democracia, realizar el efectivo desmonte paramilitar y plantear escenarios de diálogo y resolución del conflicto social y armado por el que atraviesa la república.
No son tiempos fáciles para estas tierras, el imperio no se quedará con los brazos cruzados viendo como llegamos a gobernar con dignidad. Por ello, haciendo un llamado a la coherencia en la acción me considero en la obligación de alertar sobre la inestabilidad que se cierne en la Región al mantener relaciones formales con un gobierno mentiroso y fascista como el que encarna Álvaro Uribe en Colombia. Hemos demostrado que la alianza macabra de la derecha, los narcotraficantes, los paramilitares y los corruptos es derrotable, pero requerimos el concurso urgente de los hombres y mujeres progresistas de la región.
Finalizo con un grito de batalla de Gaitán, vigente para el momento: ¡Por la restauración moral y democrática de la Republica…. a la carga!
(Intervención de la Senadora Piedad Córdova, durante la realización del XI Seminario Internacional ’Los partidos y la nueva sociedad’, convocado por el Partido del Trabajo-PT y realizado en Ciudad de México DF los días 9, 10 y 11 de marzo del 2007)
- Piedad Córdova, colombiana,sSenadora, integrante del Parlamento Latinoamericano, Directora Nacional del Movimiento PODER CIUDADANO, tendencia de izquierda democrática del Partido Liberal Colombiano.
https://www.alainet.org/pt/node/119992?language=en
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