Entre la vida y la muerte: un acercamiento a los cuidados paliativos
01/12/2010
- Opinión
Por Carmen Vera R., Belén Sanz B., Laura Otero G. y Teresa Blasco
La llamada muerte digna, aviva el debate social sobre las medidas encaminadas a proteger la integridad de las personas, con enfermedades progresivas, avanzadas e incurables. Siguiendo con gran reflexión e interés las últimas reflexiones en el tema de cuidados paliativos, la palabra dignidad se torna compleja, tal pareciera que su indiscriminado uso la complejizada cada vez mas, siendo difícil acotar su definición.
No obstante buscando una mirada positiva, de todo esto y que nos permita una formación para atender al paciente moribundo no solo no es discutible sino que es una obligación; aún así necesitamos una definición de “origen humana”, es decir una “fiabilidad” mayor que la del ordenador, con calidez y decisión, una cualidad única que quizá nos permita, sentir, empatizar y comprender el sentido de una lagrima, una sonrisa o un silencio; que incluso no poder solucionar el sufrimiento del enfermo, que está ante nosotros si se escucha con un corazón compasivo, solidario y movilizarnos desde ahí mismo, en ese acompañamiento hasta donde sea permitido, dentro de la próxima transformación, quizá de esta manera estaremos sosteniendo un poco en ese paso inevitable.
Dado lo anterior surgen interrogantes, como: ¿El proceso de la muerte será acaso parte de la vida? ¿Realmente el paciente moribundo necesita ayuda para morir? ¿Todo esto es posible enseñarlo en las aulas? ¿Cómo extender la mano para acompañarle el último trayecto de la vida?
Sin ir mas lejos, creemos que el término dignidad puede ofrecer un marco de referencia humano si especificamos que todo ser humano en este proceso comparte características comunes e identificables, la enfermedad puede estar menoscabando la calidad de vida pero no necesariamente la de la dignidad humana.
Mas aún todo esto hace la persona acreedora de una cuidadosa atención; debía ser una oportunidad de aprendizaje para los cuidadores del equipo de salud, como compañeros de viaje en este proceso (único e irrepetible), no exento de dificultades por supuesto, pero en definitiva un proceso que nos precisa quizá de respeto y compasión hacia él; con coherencia hacia la situación que vive, se puede ser honesto al mismo tiempo pero sin derruir la esperanza que el mismo alberga.
De esto se ocupan los cuidados paliativos (CP), un enfoque asistencial que es necesario insertar ya de manera precisa y eficiente en los sistemas de de salud; para poder ofrecer a los pacientes y a sus familias la tan necesitada atención frente a problemas asociados a las enfermedades en fases terminales y avanzadas, a través de la prevención y alivio del sufrimiento mediante la detección precoz y adecuación cuidadosa de cada persona.
II
Morir es pues una difícil, transición que se lleva a cabo implicando los no menos complejos procesos, físicos, emocionales, familiares y médicos por supuesto por mencionar algunos; dado lo anterior no es posible asumir el proceso de la muerte sin hacer frente a los mencionados mecanismos, por lo que es necesario considerar la seriedad del proceso asistencial integrado de CP, estableciendo un modelo de organización de estos cuidados, se prioriza organizar la intervención de los recursos generales (atención primaria y especialidades, basadas en las necesidades del paciente y su familia.
No discutiremos jamás la importancia de ayudar a nacer y no lo es menos ayudar a morir en la actualidad desde la dual perspectiva tanto biológica como humana.
En las grandes metrópolis se ha dejado de morir en casa, al igual que se ha dejado de nacer en casa, así morir en el hospital es consecuencia de un proceso médico que atañe a la atención primaria, ya que es el primer contacto que establece muchas veces el paciente con el tema terapéutico.
En Norte América, se está hablando mucho en estas últimas décadas de death education, o educación para aprender a morir, asumir la muerte y acompañar al que muere y es que después de trabajar bastante el tema de esperanza de vida, que es incluso un tema prioritario para darle las características de desarrollo a un país, era importante poner a relieve esa necesidad; siendo igualmente importante poner de manifiesto que estos planteamientos sobre el morir humano, tienen implicación de premisas antropológicas que condicionan todo el tema, es por lo tanto el enfoque biológico y cultural con una plataforma bioética, necesarios de asumir.
III
La Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptó, en un documento clave para el desarrollo de los cuidados paliativos publicado en 1990, la definición propuesta por la Asociación Europea de Cuidados Paliativos como el «cuidado total activo de los pacientes cuya enfermedad no responde a tratamiento curativo. El control del dolor y de otros síntomas y de problemas psicológicos, sociales y espirituales es primordial».
La referencia anterior enfoca quizá hacia la posibilidad de que se mire con un proceso, que podría llevar etapas, es decir, de manera progresiva, según vaya avanzando la enfermedad.
Posteriormente, la OMS ha ampliado la definición de cuidados paliativos: «Enfoque que mejora la calidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan a los problemas asociados con enfermedades amenazantes para la vida, a través de la prevención y alivio del sufrimiento por medio de la identificación temprana e impecable evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas, físicos, psicológicos y espirituales»
Amaro, nos invita a pensar que al abordar los problemas relacionados con la muerte no resulta suficiente asumir las dificultades que en el orden intelectual ello trae aparejado, sino que deberían enfrentarse además las relativas a los aspectos psicológicos, sociales, culturales, morales, religiosos y legales". ( Amaro M, 1998 ).
Que interesante sería seguir las palabras de Carlos Pellicer cuando cansado de esperar la muerte dice …Y no puedo esperarla: tengo cita con la vida a las luces de un cantar…
- Carmen Vera R. es Prof. Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, invitada en periodo sabático en la Escuela Nacional de Sanidad Carlos III.
Belén Sanz B., Laura Otero G. y Teresa Blasco son profesoras investigadoras de la Escuela Nacional de Sanidad Carlos III, Madrid.
Referencias
Amaro M (1998): Una muerte digna para una vida digna. En: Cuadernos de Bioética. Vol. IX.No.36,4ª. España. Págs. 822-824.
Espinoza, J., Gómez X.,Picaza J. (2010): Equipos de Soporte domiciliario de cuidados paliativos en España. Med Clin(Barc);135(10):470–475
IONA HEATH (2008): Ayudar a Morir; Edit. Katz. Argentina.
JONATHAN R. G. (2006): Clínicas Anesiológicas de Norteamérica.Vol.4
Num. 1. Ed. Elsevier Masson, Barcelona.
Plan Integral de Cuidados Paliativos en el Servicio Murciano de Salud, (2006-2009). Consejo de Sanidad y Consumo. Servicio Murciano de Salud.
Gonzalez M. B.(2007): Tratado de Medicina Paliativa. Edit Panamericana. Barcelona.
Jonathan R.G.(2006): Cuidados Paliativos, Clínicas anestesiológicas de Norteamérica. Vol. 24 num.1. Ed Elsevier Masson. España
https://www.alainet.org/pt/node/145927
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