Juegos de poder
17/07/2011
- Opinión
La semana pasada nos devolvió a un escenario polarizado. El gremio minero anunció días atrás, cambiando su tono casi conciliador, que no está en condiciones de pagar más tributos. Enfrentaba abiertamente el futuro impuesto a las sobreganancias mineras que constituye una fuente central de financiamiento del nuevo gobierno. Sectores de prensa cuestionan el prometido aumento del salario mínimo vital (SMV) a 750 soles en los primeros 120 días de gestión. Buscan abrir un frente con la pequeña y micro empresa, pretendiendo dejar de lado el paquete integral de medidas promocionales –crédito barato, apoyo tecnológico, compras públicas, etc.– que deben acompañarlo.
Pero el centro ha estado en el caso del viaje de Alexis Humala. Su carácter inconsulto, arrogarse una representación política presidencial y nacional que no tenía, su negativo impacto en la relación con Rusia y un tratamiento sin definiciones oportunas han buscado cuestionar el compromiso de honestidad y transparencia en el manejo del poder hecho por Gana Perú y Ollanta Humala. Debe resolverse.
La derecha celebra que la popularidad poselectoral de Ollanta Humala se haya reducido de 70% a 41% de aceptación. Las encuestas dicen que un amplio sector de opinión quiere a la familia diferenciada del manejo del poder y cree que el viaje buscaba beneficios personales. Pero la derecha parece haberlo convertido, como advirtió un analista, en un mecanismo de desgaste para retomar el afán de colocar a su gente en puestos claves y recortar algunos de los temas centrales que el país reclama: una mayor participación en la renta minera y extractiva, la revolución educativa, los cambios que la salud pública y EsSalud, Pensión 65, aumento de SMV, apoyo al agro y Pymes, moralización e investigación de la corrupción que hemos vivido.
Llama la atención la renuncia, a días del cambio de mando, de Luis Miguel Castillo Rubio, viceministro del MEF alanista. El Comercio lo promueve como titular del MEF para “tranquilizar a los inversionistas”. Fue asesor de Carranza –¿es esa la clave?– y viceministro desde Aráoz. Una pieza importante de este crecimiento sin inclusión y del DS 012 que paralizó el gasto regional. ¿Juega en serio esta ficha? Si es así, ¿cuáles son sus implicancias?
Cierto que una derecha liberal, como MVLL incidió en la segunda vuelta, pero no son los grupos de poder económico que cogobernaron con García y Vargas Llosa criticó. ¿Creen haber reabierto un camino al poder fáctico? ¿A qué precio? Lo curioso es que el mismo diario vocea como premier a Salomón Lerner que coordinó técnicamente la Comisión de Transferencia, jugó importante papel en la campaña y promovió importantes espacios de la Confluencia Gana Perú, como Ciudadanos por el Cambio y la articulación con sectores de izquierda, movimientos regionales y sociales. ¿Buscan un juego de equilibrios y posiciones?
La definición del equipo que conduzca el primer periodo del gobierno está en debate. Hay crecientes denuncias sobre bombas de tiempo –gastos indebidos que comprometen recursos y proyectos de varios años– como por ej. en textos educativos por 3 años, transferencias improvisadas de programas sociales a gobiernos subnacionales, transferencias a último momento al bono solidaridad, personal indebidamente nombrado, conflictos activos, disminución del ritmo de crecimiento económico, etc. que Alan García deja. Y ahora un viceministro ministeriable según El Comercio.
El gobierno de Ollanta Humala y el nuevo Congreso tienen el enorme reto de llevar a la práctica las principales políticas sociales anunciadas, enfrentando un sector de oposición agresivo. Pero, a su vez, una expectativa social enorme y movilizada. El costo total de los programas sociales es de un 3,5% del PBI nacional, es decir, unos US$ 5,250 millones anuales. Un enorme reto cuando el ritmo de crecimiento y de gasto caen. Exige un equipo con convicción de atender lo comprometido, abrir canales de solución a los conflictos –especialmente el minero, el universitario y el educativo– y manejarse con firmeza. Los juegos del poder dirán.
La República, 18 de julio de 2011
https://www.alainet.org/pt/node/151266
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